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Huelga en Francia por la crisis económica

Reuters

Cientos de miles de trabajadores franceses secundaban el jueves la huelga general convocada para intentar forzar al presidente Nicolas Sarkozy y a los dirigentes empresariales a que hagan más para proteger los empleos y los salarios en medio de la crisis económica.

La huelga en este país con una fuerte cultura de la protesta pública pretende poner de manifiesto el temor por el creciente desempleo, el descontento ante la reticencia de Sarkozy a ayudar a los consumidores y el resentimiento hacia los banqueros, a quienes se culpa de la crisis económica.

Es la primera protesta de este tipo vinculada a la crisis en uno de los principales países industrializados y tiene el apoyo de la mayoría de los votantes franceses, según los sondeos.

Sin embargo, no llegó a paralizar totalmente la actividad, como ha ocurrido en anteriores paros. El "jueves negro" anunciado por los medios no llegó a materializarse.

"El Gobierno ha adoptado medidas para los bancos, pero hoy son los trabajadores los que están sufriendo", dijo Charles Foulard, un técnico en una refinería gestionada por Total.

"Esta crisis procede de Estados Unidos, es la burbuja financiera que está explotando. No corresponde a los trabajadores pagar por ello", dijo mientras una multitud se concentró en la plaza de la Bastilla en París, lugar de nacimiento de la Revolución Francesa.

40 por ciento para el sindicato mayoritario -, mientras que en la red de transportes SCNF un 36,7 por ciento de los empleados había dejado de trabajar.

Además, hubo una reducción de 11.000 megavatios en la capacidad eléctrica, aunque EDF dijo que el suministro no se vería interrumpido.

A media jornada el dirigente de CGT Bernard Thibault, contabilizaba un millón de manifestantes, de los cuales 300.000 se concentraron en Marsella (24.000 según la policía). También hubo manifestaciones en Lyon, Burdeos, Rennes y Nantes.

En una extraña demostración de unidad, los ochos sindicatos nacionales elaboraron una lista de demandas conjunta al Gobierno y las empresas, a las que acusan de usar la crisis como pretexto para despedir trabajadores y recortar costes.

"Necesitamos emitir un grito de ira", dijo François Chereque, líder del sindicato moderado CFDT.

AUMENTO DEL DESEMPLEO

Aunque Francia no se enfrenta al mismo tipo de problemas económicos que están alcanzando a España o Reino Unido, su tasa de desempleo está creciendo sostenidamente. En noviembre del año pasado llegó a 8,5 millones de personas, un aumento del 8,5 por ciento interanual. La Comisión Europea ha predicho que alcanzará el 9,8 por ciento este año y el 10,6 por ciento en 2010.

Los analistas han previsto que la economía se contraerá hasta el 2 por ciento en 2009 y Sarkozy ha anunciado un plan de estímulo económico de 26.000 millones de euros, centrado principalmente en alentar la inversión y en proteger a los sectores principales.

Pero los dirigentes sindicales han dicho que debería seguir el ejemplo británico y ofrecer ayuda a los consumidores.

"Desde hace varios meses, especialmente desde que explotó la crisis, hemos estado pidiendo al Gobierno varias medidas, sobre todo para ayudar a impulsar el aumento del gasto de los consumidores", dijo Jean-Claude Mailly, líder del sindicato Fuerza Obrera.

"Hasta ahora no hemos tenido ninguna respuesta, y cuando no obtienes diálogo, entonces haces una demostración de fuerza", declaró a Reuters.

Los sindicatos esperan demostrar su error a Sarkozy, que dijo en julio que su nueva ley que establecía niveles de servicios mínimos en caso de huelga había funcionado tan bien que "estos días, cuando hay una huelga, nadie lo nota".

"Aquellos que pensaban que ya no había un movimiento social visible, van a tener la respuesta", dijo Bernard Thibault, responsable del sindicato de línea dura CGT, antes de los paros.

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