Este artículo se publicó hace 12 años.
Human Rights Watch critica medidas sanitarias por Fukushima
Por Yoko Kubota
Un año después de la crisis nuclearde Fukushima, el Gobierno de Japón sigue siendo demasiado lentoa la hora de ofrecer controles de salud e información a losciudadanos, lo que los deja confundidos y suspicaces de lasautoridades, dijo el martes Human Rights Watch.
El tsunami que azotó la costa del Pacífico de Japón el 11 demarzo del 2011 tras un fuerte sismo devastó la central nuclearde Fukushima, situada a 240 kilómetros al noreste de Tokio, loque provocó fugas de radiación que contaminaron tierra, aire yagua y obligaron a huir a decenas de miles de personas.
"Un año después, no estamos viendo realmente serviciosbásicos de salud ofrecidos de una manera accesible y no estamosviendo que la gente reciba información precisa, coherente y nocontradictoria de forma regular", dijo a Reuters Jane Cohen,investigadora del grupo de derechos humanos con sede en NuevaYork.
"La gente tiene que contar al menos con información precisapara poder evaluar su situación basándose en hechos reales",añadió.
Desde la crisis nuclear, muchos de los habitantes de laprefectura de Fukushima han estado viviendo con miedo a losefectos de la radiación en su salud.
"Debería haber un plan y lugares claros para medir laradiación de todo el mundo en Fukushima", dijo Cohen, queestudió las condiciones de los habitantes. Sugirió que elGobierno local podría tener que pedir prestado equipo médico ollevar a más facultativos.
El Gobierno de la prefectura está proporcionando controlesmédicos para niños y mujeres embarazadas, que tienden a ser másvulnerables a la radiación, pero el proceso está llevandotiempo.
Los 360.000 menores de 18 años en el momento del desastreserán sometidos a análisis de tiroides para el resto de susvidas. Hasta el momento se ha examinado a 40.000, dijo unresponsable del Gobierno de Fukushima.
MALA COMUNICACION
Alrededor de 380.000 niños y mujeres embarazadas tienenderecho a que se les midan los niveles de exposición a laradiación internos y 15.400 ya lo habían hecho en enero, segúnel sitio web del Gobierno.
Las preocupaciones de los habitantes de Fukushima se venagravadas por la falta de información fiable sobre su situación,dijo Cohen, un problema que surgió en una etapa temprana de lacrisis nuclear.
La oficina del primer ministro amplió gradualmente la zonade evacuación a 20 kilómetros en los dos primeros días despuésde la crisis.
Sin embargo, no hizo públicas inmediatamente las previsionespor computador -llamadas SPEEDI- que mostraban la dirección enla que se diseminarían los materiales radiactivos debido a unamala comunicación interna. El resultado fue que miles depersonas huyeron en dirección a donde se dirigían los materialesradiactivos.
El ex ministro de Comercio Banri Kaieda, que supervisaba lapolítica energética en ese momento, ha dicho que sintió una"sensación de vergüenza" por la falta de divulgación.
Cohen dijo que la desconfianza hacia las autoridades habíacrecido e instó al Gobierno a explicar el razonamiento detrás desus decisiones.
"La gente no siente que tiene una idea real de cuál es susituación de seguridad", dijo.
"Al no hacer pública información fiable, precisa de unamanera transparente, que es un componente muy importante para elderecho a la salud, realmente estamos viendo que el Gobierno nocumple con su deber de proteger el derecho a la salud de supueblo", añadió.
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