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El huracán Alex frena algunas tareas de limpieza del vertido

Reuters

La cercanía del primer huracán de la temporada 2010 en el Atlántico detuvo el martes parte de las tareas de limpieza de BP en el golfo de México y retrasó los planes de recoger más cantidad del petróleo que sale de un pozo averiado, en el peor derrame de la historia de Estados Unidos.

El Centro Nacional de Huracanes estadounidense dijo que la tormenta tropical Alex se fortaleció y se convirtió en huracán, con vientos de alrededor de 120 kilómetros por hora (km/h). La tormenta va camino de tocar tierra cerca de la frontera entre México y Texas, el miércoles o por la noche el jueves por la mañana.

Alex pasaría lejos de las principales instalaciones petroleras en aguas del golfo de México. Sin embargo, las labores para limpiar el crudo de la costa se postergaron por el mal clima generado por la tormenta.

Las quemas controladas de petróleo en el océano, los vuelos para arrojar dispersantes químicos y las operaciones de contención quedaron interrumpidas, dijeron las autoridades.

Sin embargo, las tareas de BP de recogida de petróleo y perforación de un pozo de alivio continuaban.

Unos 8.475 barriles de petróleo fueron recuperadas en las primeras 12 horas del martes, dijo BP.

Pero los ejecutivos de BP dijeron que olas de hasta 4 metros demorarían varios días los planes de acoplar un tercer mecanismo de absorción de crudo al pozo submarino dañado.

Las autoridades estadounidenses estiman que entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo salen cada día del pozo. El sistema de contención actual puede captar diariamente hasta 28.000 barriles, y el tercer mecanismo llevaría esa cifra a 53.000.

La capitalización de mercado de BP se redujo en 100.000 millones de dólares desde que la plataforma Deepwater Horizon se hundió en un área de 1.525 metros de profundidad el 22 de abril, dos días después de que una explosión matara a 11 de sus operarios.

Las acciones de la petrolera han perdido más de la mitad de su valor, pero el martes cerraron con un alza de un 2,29 por ciento, a 27,67 dólares, por caza de gangas.

LOS COSTES CRECEN

Los costes económicos y ecológicos para el turismo, la vida salvaje, la pesca y otras industrias, que ya son enormes, siguen creciendo para cuatro estados estadounidenses en las costas del golfo.

Mientras el crudo y los dispersantes químicos flotan sobre la superficie de las aguas, los equipos de emergencia luchan por alejarlos de las playas y de santuarios naturales de procreación animal.

El lucrativo sector turístico en el Golfo de México podría resultar golpeado durante años por la falsa percepción de que el derrame ha arruinado todas las playas, dijeron responsables de turismo.

Muchos negocios están al borde de la ruina. En la costa de Misisipi, las sombrillas y las hamacas han sido reemplazadas por los equipos que combaten el derrame vestidos con uniformes de plástico blanco.

"Esto es tan triste. No podemos nadar o sentirnos seguros en nuestras propias playas. Incluso aunque las abran no nos acercaremos por el petróleo", dijo Ethel Williams, quien vive en Ocean Springs, Misisipi.

Altos cargos del Gobierno estadounidense continúan visitando la región, respondiendo a las críticas de que el presidente Barack Obama y su administración respondieron con lentitud a la crisis.

El vicepresidente Joe Biden, en su primera visita a la región desde que comenzó el desastre hace 71 días, recalcó el compromiso a largo plazo del Gobierno.

"No vamos a terminar esto hasta que todo esté reparado completamente", dijo Biden en Pensacola, Florida. "Esta región ha sido golpeada muy duramente por actos de Dios y ahora por un acto humano", agegó.

Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos fijó el 8 de julio para las audiencias por la petición del Gobierno de suspender el fallo que dejó sin efecto la moratoria de seis meses a la exploración petrolera en aguas profundas.

Un juez federal la bloqueó a petición de las compañías perforadoras, argumentando que la suspensión era demasiado amplia y arbitraria.

Las encuestas dan a Obama una mala calificación por su gestión del desastre, aunque no tan malas como las que da a BP.

"El manejo del derrame (...) entrará a la historia como uno de los grandes ejemplos de cómo empeorar una situación a través de una mala comunicación", dijo Michael Gordon, de la firma Group Gordon Strategic Communications.

Los deslices incluyen menospreciar el daño potencial al medio ambiente, culpar a otros del desastre y minimizar la estimación de la cantidad de petróleo que se estaba fugando al mar, dijeron analistas.

La temporada de huracanes va del 1 de junio al 30 de noviembre y se pronostica muy activa, lo que sugiere mayores problemas para los esfuerzos de limpieza de la marea negra.

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