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Igualdad Animal denuncia torturas en los mataderos

La industria cárnica niega que sacrifiquen a las reses con dolor

DIEGO BARCALA

Un ternero de más de 300 kilos se retuerce en un especie de camilla de acero. Poco a poco, entre cabezadas violentas, es subido a una percha donde un matarife se encarga de su sacrificio. Desde el punto de vista de los colectivos vegetarianos como Igualdad Animal, la escena es repulsiva. Desde el lado de los ajenos al trabajo en los mataderos la imagen es simplemente ilegal. La UE prohibe tajantemente provocar ansiedad, dolor o sufrimiento innecesario a los animales de granja antes de su sacrificio.

El colectivo radical vegetariano Igualdad Animal publicó ayer centenares de fotografías y vídeos que denuncian torturas a animales en cinco mataderos españoles. Cerdos que mueren entre gritos, terneros a los que se les rompen los huesos del rabo para moverlos con facilidad y corderos que agonizan a la espera del degüello. Son ejemplos que el investigador y activista José Valle ha extraído en un mes de infiltración en estos centros.

Los mataderos, a través de la Asociación de la Industria de la Carne en España, niegan que se incumplan los protocolos relacionados con el sacrificio de animales. 'La industria cárnica, por la seguridad alimentaria es de las más controladas', asegura su portavoz.

El investigador de Igualdad Animal criticó ayer a los veterinarios por no poner coto a la falta de respeto a los animales por parte de los matarifes. 'Se preocupan sólo de la calidad de la carne', ejemplificó. Valle presenció como los empleados de los mataderos bromeaban con los veterinarios para aplicar las descargas eléctricas que dejan aturdidos a los animales.

Según el activista, las descargas deben aplicarse en las sienes de los animales para que la corriente sea más efectiva y evitar sufrimiento. Sin embargo, según puede comprobarse en uno de los vídeos que grabó haciéndose pasar por un hombre interesado en la industria ganadera, queda comprobado como las descargas son aplicadas en otras zonas.
Igualdad Animal no aboga por la reforma de la ley de bienestar anima

l, que limita el daño a las reses, sino que directamente pide su abolición. Su postura es absolutamente radical. Entre sus reclamaciones aluden al respeto incluso verbal de los animales. 'Los empleados incluso insultaban de manera sexista a los cerdos', denunció Valle. La ideología vegetariana extrema el buen comportamiento con los animales, pero la ley también pone límites al salvajismo.La regulación europea y autonómica sobre el trato a los animales de granja impiden tenerlos días sin alimentar o ejercer maltrato injustificado. Valle aseguró que uno de los cerdos que visitó en uno de los mataderos en los que estuvo infiltrado estuvo tres días sin comer ni beber.

El maltrato a los animales afecta tanto a la dignidad de los animales y los matarifes como a la calidad de la carne. Los veterinarios aseguran que una de sus funciones es evitar que los animales sufran estrés al ser sacrificados.

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