Este artículo se publicó hace 13 años.
Jaime Martínez-Bordiú: "Mi abuelito Franco era un tío divino"
El polémico nieto del dictador elogia a su abuelo y crítica la obligación de abrir el pazo de Meirás.
Jaime Martínez-Bordiú, el nieto pequeño y más polémico de Francisco Franco, ha salido en defensa de su abuelo, el dictador que durante cuarenta años gobernó España con puño de hierro. "Mi abuelito eran un gran tío, una buena persona. Murió cuando yo tenía casi doce años, pero recuerdo que era divino y muy familiar", afirma Martínez-Bordiú en una entrevista concedida a la página web Vanitatis.
Además de reivindicar la figura de su abuelo, Martinez-Bordiú, uno de los seis nietísimos del dictador, aprovecha la entrevista para cargar contra la obligación de abrir el Pazo de Meirás al público cuatro veces al mes al ser declarado Bien de Interés Cultural.
El pazo fue "un regalo" que el pueblo de A Coruña le hizo al dictador en los años 40 por suscripción popular. A la familia Franco no le costó ni un duro. Bordiú califica de "demagogia barata" el conflicto con la Xunta de Galicia y apunta que su madre, Carmen Franco, se ha dejado mucho dinero en la remodelación de la mansión: Todo eso es política y tonterías. Mi madre se gastó una fortuna en arreglarlo para que fuéramos a veranear allí. Estaba todo quemado. En 2000, se animó y ha tardado diez años en reconstruirlo. Se ha invertido mucho dinero".
Bordiú también se justifica tras su polémica trayectoria de los últimos años, trufada de incidentes violentos. En abril de 2010 fue detenido por amenazar con un arma a un conductor con el que había tenido un accidente de tráfico. En enero de ese mismo año fue condenado por la Audiencia de Barcelona a un año de prisión por maltratar a Ruth Martínez, su exnovia, en agosto de 2007 mientras pasaban unos días en un hotel de lujo de Mijas (Málaga).
El incidente con el conductor fue archivado, algo de lo que alardea el nietísimo en la entrevista: "El juez me dijo que podía denunciar al señor que me acusaba, porque se demostró que no había ni metralla ni balas en ninguna parte. Lo dejé pasar, pero podría haber ido a por él porque fue una falacia y una barbaridad. Me ha hecho mucho daño. Reconozco que yo soy cazador, aunque ahora mismo estoy sin permiso de armas por otros motivos. Él sabe que hizo mal".
Sobre la condena de un año por maltratar a su expareja, Martínez-Bordiú no dice ni media palabra.
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