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Jueza del caso de Alejandro Sanz escucha por primera vez una grabación clave

EFE

La jueza encargada del caso de presunta extorsión a Alejandro Sanz escuchó hoy por primera vez una conversación grabada de uno de los acusados en la que niega haber pedido 500.000 dólares al cantante español, pero todavía no emitió dictamen.

A petición del abogado de los acusados Sylvia Helena Alzate, de origen colombiano, y de su esposo Carlos González, cubano-estadounidense, la magistrada Rosa Rodríguez escuchó una conversación telefónica grabada por las autoridades de EE.UU. el 12 de diciembre de 2006, la cual sirvió en su día para la detención de ambos acusados.

La pareja, que trabajó para el artista en su residencia de Miami Beach, afronta un cargo de extorsión por presuntamente exigir dinero para no divulgar asuntos personales de Sanz.

El letrado Lonnie Richardson cuestionó la prueba de la Fiscalía, porque, según dijo, en ningún momento se escucha a sus clientes intentar extorsionar al artista madrileño, como sostienen los fiscales, y solicitó de nuevo que se desestime el cargo contra Alzate.

Aseguró que Alzate apenas interviene en una conversación telefónica entre su esposo y Juan Ramón Ramírez, director corporativo de Alja, una subsidiaria en Florida de la compañía Gazul Producciones S.L., propiedad de Sanz.

Pero los fiscales Michael Von Zamfit y Alicia García argumentaron que ella estaba detrás de González de una manera "maliciosa", incitándole.

Los fiscales al inicio de la audiencia se mostraron renuentes a que Rodríguez escuchara la grabación y cuando culminó la vista judicial tampoco hablaron a la prensa.

En la grabación, Alzate se queja del presunto acoso por parte de Sanz, mientras su esposo dice: "Él está intimidando, yo he recibido intimidaciones de parte de Alejandro y en este país eso está mal. Ya yo llamé a la policía".

Allí es cuando Alzate toma el auricular y grita: "No quiero a nadie extraño aquí".

Para Richardson, la grabación no demuestra que su cliente cometió el delito de extorsión del que es acusada, por lo que los fiscales carecen de pruebas para sustentar el cargo.

"Alzate nunca debió ser arrestada y mucho menos presentársele cargos. Debido a esta circunstancia y a las leyes del estado de Florida se le debería inmediatamente desestimar la acusación", enfatizó el letrado en una moción que presentó a la jueza.

La jueza Rodríguez, tras escuchar la grabación, dijo a los fiscales que "esto no es una prueba suficiente" para incriminar a Alzate y preguntó varias veces si existían otras evidencias.

Cuando los fiscales insistieron en señalar la conversación, la magistrada les preguntó si tenían una transcripción diferente a la que poseía ella, porque, a su juicio, la acusada dice "casi nada" en la grabación.

Rodríguez no emitió un dictamen sobre la desestimación del cargo y pidió que se efectuase una traducción independiente de la grabación, ya que la conversación fue en español y luego traducida al inglés.

En la grabación Ramírez le dice a González que quiere recuperar "todo lo que es de Alejandro: quiero recuperar las fotos, los vídeos, la documentación, todo eso. Simplemente es lo que quiero".

El acusado respondió que lo único que poseía eran "cosas que concernían" a su trabajo y desmintió a Manuel Riveira, un amigo cercano de Sanz, quien presuntamente le dijo a Ramírez que González tenía fotos del cantante.

"Bueno, ¿en qué quedamos, Carlos?", pregunta Ramírez, y González reiteró: "estás hablando por teléfono conmigo, diciendo que tengo cosas personales. No tengo nada personal de Alejandro".

A lo que Ramírez espetó "entonces cuando me llamaste el otro día para pedirme 500.000 euros, (se corrige) 500.000 dólares, ¿para qué me los pedías?".

"Estás equivocado, en ningún momento te pedí 500.000 euros, ni nada de cifras de dinero, ni mucho menos. Solamente te llamé para decirte que debíamos arreglarnos porque a mi esposa la botaron sin una carta de recomendación y sin una compensación por todo el tiempo que estuvimos con ustedes y a mi me hicieron lo mismo. Yo en ningún momento hablé de precio", dijo González.

Cuando finalizó la vista judicial, el abogado Richardson aventuró que "dentro de muy poco" la jueza tomará una decisión y "con suerte será la correcta".

"Lo más probable es que terminemos yendo a un juicio, pero con sólo Carlos Gonzalez y su acusación de extorsión, para la cual nosotros estamos preparados", agregó.

"Desde el inicio todos nosotros sabemos que Carlos González y Silvia Alzate son inocentes", aseveró.

Alzate, por su parte, declaró que intervino fugazmente en la conversación porque estaba cansada de ser intimidada. "Grité (en el teléfono) porque estaba cansada, cuando te acosan mucho llega un punto donde revientas", manifestó.

González, entretanto, dijo que el acoso comenzó desde que su esposa dejó de trabajar con Sanz.

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