Este artículo se publicó hace 15 años.
Lorca no aparece donde señaló su enterrador
La excavación del punto donde Manolo El Comunista aseguró que había sepultado al poeta termina sin que aparezcan restos humanos. Aún queda por abrir una de las seis posibles fosas
Los restos de Federico García Lorca no se encuentran en el lugar en que su enterrador forzoso, Manolo El Comunista, aseguró haberle dado sepultura. De las seis posibles fosas localizadas mediante georradar, los arqueólogos ya han abierto y explorado cinco sin que aparezcan restos óseos, según fuentes conocedoras de la excavación.
La quinta, la última en abrirse sin resultados, es especialmente relevante, ya que se corresponde con el lugar en el que Manuel Castilla Blanco, apodado El Comunista, aseguró en 1955 y 1966 ante los investigadores Agustín Penón e Ian Gibson, respectivamente, haber inhumado el cadáver del poeta. Y ahí tampoco hay huesos. "No obstante, no podemos descartar que aparezca. Aún queda una fosa", señalan las mismas fuentes.
Los expertos del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada localizaron seis posibles enterramientos en la zona. Hay que destacar que los trabajos de georradar, que se desarrollaron entre los meses de septiembre y octubre, no detectan fosas comunes, sino alteraciones del terreno que son compatibles con las mismas. Hasta ahora, ninguna de las cinco zonas exploradas ha revelado la existencia de un enterramiento.
La excavación, que comenzó el 2 de noviembre dirigida por el arqueólogo Francisco Carrión, se centró primero en cuatro de esas áreas, que fueron previamente acotadas y cubiertas por una carpa: Z-1, Z-2, Z-4 y Z-5 (ver infografía). El resultado del trabajo en estas zonas fue únicamente el hallazgo de "una gran roca" natural, según el informe enviado por Carrión a la Consejería de Justicia, promotora de toda la iniciativa.
Indicios históricosLa excavación se prolongará hasta mediados de la próxima semana
La búsqueda se trasladó el lunes de la semana pasada a las dos últimas posibles fosas localizadas mediante georradar: Z-3 y Z-6. La excavación de la Z-3 ya ha concluido sin que aparezcan restos humanos. El chasco para quienes esperan que la incógnita sobre el paradero del poeta se desvele con esta búsqueda está servido, ya que los indicios históricos más sólidos señalaban precisamente a ese punto. No en vano, es ahí donde se colocó, precisamente atendiendo al testimonio de Manolo El Comunista, el monolito en memoria de Lorca. Y es ahí donde sus admiradores han dejado flores en su recuerdo, donde se han celebrado los homenajes y los tributos al poeta andaluz.
La búsqueda de restos óseos en el entorno en que se cree que fue enterrado Lorca aún no ha terminado. Todavía queda una sexta posible fosa por abrir en el paraje de Fuente Grande, la Z-6, la situada más cerca de la entrada del Parque Federico García Lorca. Allí trabajan ahora los arqueólogos a las órdenes de Francisco Carrión. Todos los que trabajan en la zona acotada están sujetos a una cláusula de confidencialidad.
El último cartuchoEn las cinco primeras zonas exploradas no hay restos óseos
Los trabajos en esta última fosa e prolongarán hasta mediados de la semana próxima, según las mismas fuentes. La fecha estimada para la finalización es entre el 10 y el 12 de diciembre, fecha a partir de la cual estaba previsto que, en caso de que apareciesen restos humanos, comenzase la fase de investigación forense. Esta última posible fosa también se encuentra a escasos metros, apenas dos o tres, del monolito. Y es la más próxima al olivo donde supuestamente fue fusilado el poeta. No es descartable que Manuel Castilla, que mostró a Penón el lugar 18 años después de cuando supuestamente enterró a Lorca, errase en la ubicación exacta.
El propio Ian Gibson ha señalado, en diversas ocasiones, que Manuel Castilla se pudo equivocar en algún metro arriba o abajo en su apreciación, y también ha advertido de la posibilidad de que los rebeldes cambiasen de lugar el cadáver para eliminar las huellas de lo sucedido. De no hallarse restos óseos en la última fosa, las especulaciones sobre el paradero del poeta volverán a dispararse.
Una eventual ausencia de restos óseos en todas las zonas exploradas no afectaría únicamente a quienes esperan ver resuelto el enigma sobre el destino último del autor de Poeta en Nueva York y Romancero gitano. En rigor, los trabajos en el Paraje de Fuente Grande de Alfacar ni siquiera van encaminados a hallar los restos de Lorca, cuya familia se ha opuesto encarnizadamente a la búsqueda, aunque sí que abrían la posibilidad de que a lo largo del proceso los Lorca pidiesen la identificación.
El último posible enterramiento está también próximo al monolito
La Consejería de Justicia ha promovido la iniciativa únicamente a demanda de los familiares del banderillero Francisco Galadí, del inspector de tributos Fermín Roldán y del restaurador Miguel Cobo, que reclaman la recuperación e identificación de los restos de sus parientes y sostienen que los mismos se encuentran junto a los del poeta granadino. La CGT también ha solicitado, en calidad de familia ideológica del banderillero anarquista Joaquín Arcollas, la recuperación e identificación de sus restos, ya que carece de descendientes conocidos. A este empeño se ha sumado la Unión de Picadores y Banderilleros.
Muestras de ADNLos familiares de Galadí, Roldán y Cobo han mostrado ya su disposición a dar muestras de ADN para la identificación de los restos en caso de que aparezcan huesos, cosa que aún no ha ocurrido. Si finalmente hubiera algún hallazgo, tampoco es seguro que los forenses puedan siquiera intentar la identificación de Lorca, ya que su familia ha evitado clarificar su postura al respecto de si ofrecería o no muestras genéticas para cotejarlas con los restos encontrados.
El único hallazgo en la primera área actoada fue una gran roca natural
Similar ambigüedad sobre sus intenciones ha mostrado Nieves Galindo, nieta del maestro Dióscoro Galindo, cuyos restos también se creía que podían encontrarse junto a los del poeta, que según los indicios históricos fue fusilado al pie de un olivo, en el Paraje de Fuente Grande, la madrugada del 19 de agosto de 1936.
El proceso para exhumar cuerpos en Alfacar ha estado desde el principio marcado por la controversia. La oposición de la familia Lorca ha enrarecido todo el proceso, que ha vivido en la permanente contradicción de desarrollarse en un clima de máxima discreción pero bajo la presión de una expectación enorme.
La atención se centra ahora en la fosa Z-6¿Pueden aún aparecer restos?
Sí. Todavía no ha concluido la búsqueda en las seis posibles fosas localizadas por el Instituto Andaluz de Geofísica. Es más, la fosa restante, la Z-6, también está muy próxima al lugar donde Manuel Castilla testimonió haber enterrado a Lorca. En caso de que en dicha fosa aparezcan huesos, serán trasladados al Laboratorio de Identificación Genética que dirige José Antonio Lorente, donde se cotejarán los restos con muestras de ADN
de las familias.
¿Qué familiares darían ADN?
La familia de Lorca y la del maestro Dióscoro Galindo aún no han aclarado si ofrecerán muestras genéticas y se oponen de forma notoria a todo el proceso exhumatorio. En cuanto a Joaquín Arcollas, su identificación debería intentarse por métodos antropológicos, al no tener descendencia conocida. Sí aportarían ADN los descendientes de Francisco Galadí, Fermín Roldán y Miguel Cobo.
¿Y si se amplía la búsqueda?
El convenio que creó el marco legal para realizar la búsqueda en Alfacar deja abierta la puerta a ampliarla a otros puntos del Paraje de Fuente Grande, siempre dentro de los límites del Parque Federico García Lorca, en caso de que la excavación de las seis fosas localizadas no ofrezca resultados. La zona ya fue declarada en octubre, a instancias del Ayuntamiento de Alfacar, “lugar apto para el enterramiento”. No obstante, fuentes de la investigación señalan que “podría ser una búsqueda a ciegas” que, en caso de dar frutos, supusiera el hallazgo de cuerpos que no han sido reclamados por sus familiares, propósito que no está recogido por el protocolo de exhumaciones de la Junta de Andalucía. Justicia ha negado que exista un ‘plan B’ para buscar restos en el próximo paraje de El Caracolar, donde algunos testimonios ubican al poeta.
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