Este artículo se publicó hace 12 años.
Merkel y Putin destacan su "interés común" en una "solución política" para Siria
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladímir Putin, destacaron hoy su interés común en una "solución política" para Siria, sobre la base del plan de paz del enviado especial de la ONU, Kofi Annan.
"Nuestro interés común es respaldar el plan de Annan para superar el escenario actual del conflicto", afirmó Putin, en una conferencia de prensa conjunta con Merkel, al término de la reunión mantenida por ambos líderes en la Cancillería alemana.
El presidente ruso negó categóricamente que su país esté suministrando a Siria armas susceptibles de ser empleadas en una guerra civil y también que se comporte como un aliado del régimen de Bachar al Asad.
Moscú "no está "apoyando" al régimen de al Asad, porque no está "respaldando ninguna de las partes en conflicto", dijo Putin, sino que trabaja para evitar "una escalada de violencia" que degenere en una "guerra civil".
"Trabajamos para evitar nuevas, horribles masacres como la de Hula y estamos convencidos de que ello debe hacerse la base de una solución política", insistió Merkel, quien antes de la llegada de Putin había anunciado su propósito de hacer valer su influencia para que Moscú se una a la presión internacional sobre el régimen sirio.
"Tenemos que hacer absolutamente todo lo políticamente posible para evitar una guerra civil", enfatizó Merkel, para quien el plan de Annan es el "punto de partida adecuado" para conseguirlo, aunque, añadió, "llegado el caso deberemos adoptar medidas políticas adicionales".
La canciller alemana hizo una y otra vez hincapié en la palabra "política", de acuerdo al hasta ahora rechazo tácito de Berlín a cualquier intervención militar.
Putin llegó a Berlín procedente de Bielorrusia, en su primera visita al exterior tras su nueva elección como presidente, y seguirá viaje este mismo viernes a París, donde se entrevistará con su homólogo, François Hollande, quien en días pasados no descartó una intervención militar en Siria.
El Gobierno de Merkel ha rechazado hasta ahora toda opción militar, al igual que Moscú, uno de los últimos aliados que le queda a Damasco.
Desde esta relativa cercanía, y desde la posición de buenos aliados comerciales y políticos, el Ejecutivo de Merkel pretende mover a Moscú a que se sume a las presiones internacionales sobre Damasco.
Rusia, junto con China, se opone hasta ahora a un endurecimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como a cualquier intervención de la ONU para poner fin a la violencia en Siria.
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