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Netanyahu insufla aire a los laboristas

Barak también entra en el Gobierno de coalición israelí y Livni se queda aislada al no querer gobernar con la extrema derecha

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El comité central del Partido Laborista aprobó anoche, por 680 votos contra 507, su entrada en el Gobierno del líder del Likud, Binyamin Netanyahu. La decisión constituye una victoria de Ehud Barak, quien se consolida como número uno del partido, a pesar de las numerosas críticas que sus continuos y erráticos cambios de actitud le han acarreado.

El pacto con el Likud prevé trabajar para conseguir un acuerdo de paz global en Oriente Próximo sobre la base de los compromisos anteriores de Israel, aunque nadie cree que ésa sea la verdadera intención de Netanyahu. Fuentes del Likud indicaron que el pacto es tan vago que no tendrá ninguna repercusión a corto o medio plazo.

Los laboristas dan a Netanyahu y a su coalición un falso toque progresista, puesto que bajo Barak han conducido políticas que apenas se diferencian de las tradicionales de la derecha. Según algunos analistas, Netanyahu espera usar a los laboristas como pantalla frente a cualquier presión de Estados Unidos.

Los laboristas se suman a los otros dos partidos que ya han entrado en la coalición (el ultranacionalista Israel es Nuestra Casa y el ultraortodoxo Shas ) y todos juntos ya constituyen la mayoría en el Parlamento, con 66 escaños.

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