España lleva un año remando contracorriente para recuperar eso que llaman confianza. Recortes, reformas, reestructuración del sistema financiero... Ahora, con la deuda pública liberada ya de buena parte del sobrecoste que se le exigía cuando se la incluía en el grupo de países rescatables, el Gobierno central exige más ajustes a las autonomías.

Los planes presentados por los gobiernos regionales para su aprobación por el Consejo de Política Fiscal y Financiera no sirven en la mayoría de los casos para cumplir el objetivo de déficit autonómico del 1,3% del PIB en 2011. Así lo aseguró ayer el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña. 'Si los planes cumplieran el objetivo, no haría falta verlos con detalle. En bastantes, los problemas son mínimos, pero otros están muy por encima'. Para estos casos, 'hace falta tomar medidas' que pasan por aplicar más a fondo la tijera.

El superávit del Estado cae un 44% hasta febrero por la nueva financiación

Aunque Ocaña reconoció que 'tras asumir la gestión de la sanidad y la educación, las autonomías se enfrentan a un déficit difícil de reducir', fue implacable al recordar que los objetivos comprometidos 'no son renunciables'. Los gastos de las CCAA ya superaron en 36.000 millones de euros a los ingresos en 2010, con desviaciones especialmente desbocadas como las de Castilla-La Mancha, Murcia, Balears y Catalunya. Para lograr el reequilibrio, por mucho que 'los ingresos mejorasen a lo largo del año, obviamente hay que gastar menos', sentenció Ocaña.

¿En qué? El secretario de Estado ya se vio atrapado en esa polémica una vez y ayer no quiso hablar de fórmulas como el copago. 'Cada CCAA puede elegir, y yo no voy a entrar en esa polémica'. Mucho menos en pleno proceso electoral en casi todas las autonomías, con gobiernos salientes presentando los planes de reequilibrio. Y todo ello con la presión de llevar a Bruselas a final de abril (antes de las elecciones autonómicas) el Plan de Estabilidad que incluya las fórmulas de recorte.

Ocaña anunció ayer que el Estado registró hasta febrero un superávit de 1.900 millones de euros, un 43,6% menos que en el mismo periodo de 2010 debido fundamentalmente al nuevo sistema de financiación autonómica. Los ingresos por IVA crecieron un 6,6 %, lo que permitió mantener la misma recaudación que en igual periodo de 2010 pese a descender la del resto de los tributos

Por otro lado, el Congreso aprobó ayer, con la abstención del PP, una moción para que el Gobierno publique las balanzas fiscales entre Estado y CCAA cada tres años.