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Philip Glass cree que las épocas de crisis son buenas para la creatividad

EFE

El compositor estadounidense Philip Glass, que mañana comienza en Santander una nueva gira española, está convencido de que las épocas de recesión económica son buenas para la creatividad y cree que en el mundo de la música ha surgido una generación de jóvenes con el mismo entusiasmo y la misma pasión que él tenía a sus comienzos.

Autor de más de una veintena de óperas y de un buen número de bandas sonoras, entre las que se encuentran "Kundun", "Los horas" y "El show de Truman", sin olvidar sus partituras sinfónicas y para agrupaciones de cámara, Glass ofrecerá cinco conciertos en España, junto a la violonchelista Wendy Sutter y el percusionista Mick Rossi.

Tras abrir su gira en el Palacio de Festivales de Santander, actuará al frente de este trío en el Festival Internacional Ciudad de Úbeda, en Burgos, en Gijón y en Bilbao.

Para este polifácetico compositor, el formato de cámara es "especial" porque le permite interpretar obras que habitualmente no puede tocar con su "ensemble" y porque con sólo tres músicos en escena, la comunicación y la interacción se convierte "en algo vital", ha explicado hoy en rueda de prensa.

La improvisación será también fundamental en esta gira, con la que Glass regresa a España unos meses después de poner la música al espectáculo de clausura de la Expo de Zaragoza, y que le ofrecerá de nuevo la oportunidad de actuar en directo ante el público y cerrar así el círculo "del compositor-intérprete", un círculo que empieza a trazar ante la partitura en blanco.

Philip Glass, que cada año dedica entre diez y quince semanas a tocar en directo, defiende que la música es la "suprema" forma de comunicación entre los seres humanos, "la más elocuente", y también, apostilla con una sonrisa, entre los animales, "que tienen su música".

Cuando no está embarcado en una gira, dedica su tiempo a componer y es consciente de que sus óperas y sus partituras para cine son el medio para que su trabajo llegue a audiencias mucho más amplias. En su estudio se amontonan los proyectos y ahora mismo está escribiendo una ópera inspirada en la vida del astrónomo Johanes Kepler que la ha encargado la ciudad austríaca de Linz, con motivo de su Capitalidad Europea de la Cultura, una nueva banda sonora, un concierto que será interpretado al aire libre, en el Central Park de Nueva York, y otro, de formato mucho más reducido, para violín y piano.

Pero ahí no acaban los proyectos porque ya ha empezado a trabajar en una ópera inspirada en los últimos años de la vida de Walt Disney, un proyecto que tiene como "padrino" a Gerard Mortier, quien se ocupará de la dirección artística del Teatro Real a partir de 2010 y que podría estrenarse, según ha desvelado, en el teatro madrileño, aunque aún no se han cerrado las conversaciones.

Basada en la novela "The perfect american" (el perfecto americano, en español) a Philip Glass le ha atraído, sobre todo, escribir sobre uno de los creadores más influyentes del siglo XX, un personaje "global", conocido en todo el planeta, por ser el padre de la factoría Disney y también por ser "un hombre no muy agradable".

Las contradicciones de Disney, su lado oscuro -que, ha recordado, todo el mundo tiene-, es precisamente lo que hace, para Glass, que enfrentarse a esta ópera se convierta en un trabajo tan interesante.

Glass, que empezó en los años sesenta y rompió esquemas con su primera ópera, "Einstein on the beach", no puede ocultar su entusiasmo cuando se le pregunta por los músicos más jóvenes. En su opinión, ahora ha surgido una generación "fantástica", que lo ha tenido en algunos aspectos más fácil que él, porque puede acceder a tecnologías impensables hace unas décadas y conocer sin complicaciones la música que se hace en cualquier rincón del planeta, algo que antes sólo se conseguía viajando.

A esa nueva generación, con la que está en contacto aunque él no se dedique a la enseñanza porque recibe con frecuencia la visita de jóvenes músicos en su estudio, le ha tocado vivir una etapa de recesión económica que, a su modo de ver, es paradójicamente buena para la creatividad.

Como él en sus inicios, se dedican al arte llevados por la pasión y el entusiasmo y no con la idea de hacer una gran carrera y ganar mucho dinero. "Empieza una nueva era", ha augurado.

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