El príncipe Felipe presidió el viernes en Las Palmas el funeral por el cabo Cristo Ancor Cabello, fallecido hace dos días por la explosión de un artefacto al paso de su vehículo en Afganistán.

La ceremonia religiosa tuvo lugar en el acuartelamiento de la Isleta con la presencia de numerosas autoridades, como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, o la ministra de Defensa, Carme Chacón, así como el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y los jefes del Estado Mayor de la Defensa y del Ejército de Tierra, José Julio Rodríguez y Fulgencio Coll, respectivamente.

El Príncipe, que llevaba el uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra, saludó a los familiares del cabo, a quienes trasladó sus condolencias. Cristo Ancor fue condecorado a título póstumo con la Cruz al Mérito Militar, que reconoce la labor de los militares en zona de conflicto.

El cabo, de 24 años, murió cuando el vehículo blindado en el que patrullaba como parte de un convoy pisó un artefacto explosivo improvisado en una carretera en las proximidades de Shinwashan, en el oeste del país.

En la explosión resultaron heridos leves los otros cinco soldados que iban en el BMR, uno de ellos una mujer. Cuatro de ellos han pedido quedarse en Afganistán a completar la misión, mientras que el colombiano Juver Steven Muñoz volvió a España en el mismo avión que trasladó el cadáver de su compañero.

El cabo, que ingresó en el Ejército de Tierra en 2003, había sido condecorado con la medalla de las Naciones Unidas por su participación en la misión en Líbano.

62 en el accidente del Yak-42 en Turquía cuando un contingente español volvía de Afganistán.