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PSC y PP imponen su particular duelo

CiU, ERC e ICV-EUIA intentan movilizar a su electorado alertando del peligro de una mayoría absoluta del PSOE

Ferran Casas

La campaña se cierra en Catalunya con un éxito rotundo de PSC y PP. Faltará que las urnas lo confirmen mañana en forma de escaños, pero la carrera catalana hacia el 9-M ha sido más bipolarizada que nunca.

CiU, ERC e ICV-EUiA han sido incapaces de romper la estrategia de Zapatero y Rajoy que, con más o menos gracia, han interpretado Carme Chacón y Dolors Nadal. Tampoco han conseguido que asuntos estrictamente catalanes figurasen en la agenda de campaña. Los papeles de Salamanca, la financiación autonómica o el despliegue del Estatut han quedado soslayados.

Las dos candidatas han centrado su campaña en el intercambio de reproches y el resto han sido ladeados. Ni CiU tiene la Generalitat para pedir así el voto para el gobierno de Catalunya (como hacía Pujol) ni Esquerra ha podido repetir una coyuntura como la de 2004, cuando un Carod linchado sin piedad por la derecha mediática y política española gozó de un protagonismo notable.

El inútil voto a las minorías

Esta semana Chacón ha repetido que 'es lo mismo' que los nacionalistas o los ecosocialistas tengan un escaño más o menos y Nadal lanzó en su día la estrambótica propuesta de un cara a cara particular con la ministra de Vivienda, a quien ha hostigado con temas como la inmigración.

Antes de que el último acto de la campaña se viera interrumpido por el atentado de Mondragón, la candidata del PSC volvió a enarbolar una de las banderas del socialismo catalán durante las últimas semanas, la de la 'influencia' que ejercen los socialistas catalanes dentro del PSOE. El gran hit de su campaña ha sido, en cualquier caso, advertir del 'peligro' de un retorno del PP a la Moncloa después de cuatro años de continuada agitación de los conservadores contra el Estatut o la inmersión lingüística.

Perfil catalanista

La capacidad de incidir en las decisiones de Zapatero no sólo acentúa el perfil catalanista del PSC sino que, además, achica espacio a Josep A. Duran i Lleida, Joan Ridao y Joan Herrera. Los tres han tenido una campaña dura y presidida por la espada de Damocles del voto útil al PSC para impedir el retorno del PP a la Moncloa. Por eso después del último cara a cara Zapatero-Rajoy, donde el socialista fue claro vencedor ante la opinión pública, la federación, los independentistas y los ecosocialistas no dudaron en colgarle esa etiqueta para debilitar las apelaciones al voto útil.

La campaña del voto del miedo del PSC sólo chirrió en un Sant Jordi eufórico. Por eso ayer también era día de resaca en la calle Nicaragua después del llenazo del Palau, donde unas 40.000 personas según el partido, se congregaron para oír a Chacón, Montilla, Hereu, Zapatero y Felipe González, el dirigente del PSOE más efectivo a la hora de movilizar el voto antiPP, que tan resultón es en Catalunya. CiU, enrabietada por el efecto del mitin y más dura que nunca con Zapatero, pidió al Ayuntamiento de Barcelona que se pronunciara sobre el peligro para la seguridad de los asistentes que hubiera supuesto ese aforo.

En una entrevista en Catalunya Ràdio, Chacón llamó a desconfiar de 'intermediarios' que no sean el PSC para condicionar al PSOE porque sus propuestas son 'dispares' (caso de CiU) o 'piden la luna', en referencia a sus socios del tripartito. Chacón afirmó sentirse 'emocionada' por el mitin pese a que Zapatero no hizo esta vez propuestas concretas.
Mientras, Nadal aseguraba que votar a CiU mañana es 'ineficaz' y se mostraba segura de conseguir el apoyo ' de los catalanes que han sufrido el matrato de Zapatero' a Catalunya. Un argumento que viniendo del PP rechina bastante, pero es campaña y ya se sabe.

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