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Raúl Castro dice que la economía retrasa los cambios en Cuba

Reuters

Por Esteban Israel

Los daños provocados por tres huracanes y el azote de la crisis financiera obligaron a Cuba a postergar cambios y también una reestructuración del Gobierno, dijo el sábado el presidente Raúl Castro.

Castro dijo ante el Parlamento que la prioridad de garantizar alimentos, salud y educación frente a las dificultades económicas relegaron "asuntos importantes" a un segundo plano.

"No se ha engavetado ninguno de los temas de los que he hablado en los últimos tiempos", dijo al clausurar la segunda de dos sesiones anuales del Parlamento.

Castro, un general de 77 años que reemplazó a comienzos de este año a su convaleciente hermano Fidel, adoptó inicialmente algunas pequeñas reformas para mejorar, explicó, la calidad de vida material y espiritual de los cubanos.

Liberó, por ejemplo, la venta de ordenadores y móviles, así como el acceso a hoteles antes reservados para extranjeros. Además, entregó tierras ociosas a los agricultores, descentralizó la distribución de insumos y vinculó los salarios a la productividad.

Sin embargo, muchos en Cuba consideran que se están retrasando otras reformas de mayor calado en una economía controlada en un 90 por ciento por el Estado.

Castro explicó el sábado que los 10.000 millones de dólares en pérdidas dejados por los huracanes, la subida de los precios de las importaciones y la caída de los ingresos por exportación de níquel requirieron toda la atención de su Gobierno.

"Las prioridades de otros asuntos nos impidieron concluir los estudios y presentar a esta sesión de la Asamblea (Parlamento) la nueva composición del Gobierno", dijo.

En su discurso ante el Parlamento, Castro anunció medidas de austeridad como, por ejemplo, una reducción del 50 por ciento en los viajes de los funcionarios al extranjero.

También dijo que eliminaría las vacaciones subsidiadas para funcionarios y trabajadores destacados, que, dijo, cuestan unos 60 millones de dólares anuales al Estado.

Castro dijo que trabaja por devolver el poder adquisitivo a los salarios públicos y, paralelamente, eliminar algunos subsidios y gratuidades.

"De lo contrario las cuentas no cuadran (...) Hay que actuar con realismo y ajustar todos los sueños a las verdaderas posibilidades", dijo.

El presidente cubano, un militar con fama de pragmático, tuvo, además, duras palabras para las ineficiencias del sistema socialista.

"He llegado a la conclusión de que uno de nuestros problemas fundamentales es la falta de exigencia sistemática en todos los niveles", dijo y lo repitió.

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