El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, calificó hoy de "indecentes, al borde de la histeria" algunas reacciones en Occidente al veto de Rusia y China al proyecto de resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU.

"Algunas de las voces que se oyen en Occidente para evaluar el resultado de la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU (...) suenan, diría yo, indecentes, al borde de la histeria", apuntó Lavrov en rueda de prensa tras reunirse con su homólogo de Bahrein, Halid al Halifa.

Lavrov, que se desplazará mañana a Damasco para reunirse con el presidente sirio, Bachar al Asad, tachó de "inaceptable" lo que considera como la incitación por parte de algunos países de conflictos étnicos y religiosos en Oriente Próximo y el norte de África.

El jefe de la diplomacia rusa dijo que los coautores del proyecto de resolución sobre Siria lo sometieron de manera precipitada a la votación del Consejo de Seguridad.

"Y eso que les pedimos unos días para poder analizar la situación después de que (el jefe del espionaje exterior ruso) Mijail Fradkov y su servidor visiten Damasco el 7 de febrero", se quejó el canciller ruso.

Agregó que "para algunos era más importante achacarle a alguien la culpa (del fracaso de la resolución) que alcanzar el consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU, algo que era del todo posible".

Lavrov no quiso desvelar el objetivo de su reunión con el líder sirio.

"Es lo que prefieren hacer algunos países, mandar mensajes a través de los micrófonos y los medios de comunicación", dijo el ministro, quién aseguró que "en política exterior y diplomacia se requieren métodos más clásicos".

El ministro de Asunto Exteriores insistió en que la postura de Rusia sigue y seguirá siendo la misma.

"Queremos que se cumpla el punto más importante de la iniciativa de la Liga Árabe sobre la necesidad de que cese la violencia provenga de donde provenga", señaló en alusión a la exigencia de Rusia de que oposición armada siria sea condenada por la ONU al menos en la misma medida que el Gobierno de Asad.

Además, reiteró que Rusia se opone a cualquier intervención externa en los asuntos sirios y aboga por el diálogo nacional integrador sin condiciones previas.

"Nuestro apoyo a estos tres pilares de la iniciativa árabe permanece inmutable", resumió.

Lavrov tachó de "inaceptable" lo que considera como incitación por parte de algunos países de conflictos étnicos y religiosos en Oriente Próximo y el norte de África.

"Son inaceptables los intentos de provocar enfrentamientos entre entre etnias y entre confesiones (religiosas), guerras civiles", dijo Lavrov.

Según el canciller, tanto Rusia como Bahrein comparten la postura de que las aspiraciones democráticas de los pueblos de Oriente Próximo y del norte de África merecen un apoyo total, y que las reformas que piden deben ser debatidas en procesos exclusivamente internos, son injerencia exterior.