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Sáenz de Santamaría acusa a Salgado de mentir sobre el déficit

La vicepresidenta asegura que su predecesora 'nunca dijo' cuál sería el desvío de las cuentas públicas de 2011. Su 'prueba documental' sería un correo electrónico al que el Ejecutivo socialis

El Gobierno sintió con un tiro en la nuca que el Ejecutivo anterior, el de José Luis Rodríguez Zapatero, saliera de las catacumbas para intentar desmontar la tesis central que tanto miman Mariano Rajoy y su equipo: la herencia recibida, el monumental desajuste en las cuentas públicas que ahora obliga a recortes y más recortes.

Pero eso fue lo que ayer, en la Comisión de Economía del Congreso donde ya ha desfilado la primera ronda de comparecientes para explicar el fiasco financiero, hizo Elena Salgado, desvelar una conversación con el líder del PP pocos días antes de su investidura como presidente.

Una charla en la que le previno que el déficit sería mayor del esperado (del 6% del PIB), pero donde no le adelantó cifras, porque dependía también de cómo cerraran el año las comunidades gobernadas por los conservadores, una absoluta mayoría (11 de 17).

Soraya Sáenz de Santamaría venía ya preparada hoy, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, para combatir las declaraciones de la exvicepresidenta y exministra de Zapatero. Evocó la imagen del debate de investidura, el pasado 19 de diciembre, cuando Rajoy se refirió a que su Ejecutivo partiría de un desfase del 6%, y 'Salgado asintió'. La número dos del Gobierno subrayó que Salgado 'nunca dijo' que el desequilibrio se dispararía. 'Y tengo la prueba documental de que nunca lo dijo', reseñó, aunque sin darla ni mostrarla.

'Me tocó el traspaso de poderes y le pedí a su equipo la cifra de déficit –relató–. Como no me la mandaban, tuve que enviar un correo para decirles que nos faltaba la cifra, y ese correo nunca llegó. Y ahora resulta que la señora Salgado advirtió de una desviación. Tres puntos [de desviación] dice mucho también de cómo estaban las cosas en ese momento'.

Santamaría volvió a cargar el fardo de los recortes sobre la espalda de Zapatero. Explicó que Rajoy ya contaba con tener que hacer ajustes, porque la UE abrió un procedimiento de déficit excesivo en cuanto España llegó a un desfase superior al 11% en 2009. Para embridar las cuentas y cerrar 2012 con el 4,4% comprometido con Bruselas, había que meter la tijera de todos modos. Pero el Gobierno, justificó, se encontró con un déficit superior. Primero, del 8,51% y después –en este caso por la revisión que hicieron varias comunidades del PP– del 8,9%. Ello, más el agravamiento de la recisión, ha conducido al Ejecutivo a 'hacer los esfuerzos necesarios' para controlar las cuentas, alegó.

Ayer compareció también en la citada comisión el expresidente de BFA y de Bankia, Rodrigo Rato, héroe económico de los Gobiernos de José María Aznar. El exvicepresidente sostuvo que las 'autoridades' –o sea, el Ministerio de Economía que hoy dirige Luis de Guindos– le frenaron su plan para recapitalizar la entidad, que prevía una inyección de 7.000 millones de euros. Es decir, que su proyecto de saneamiento de Bankia era casi cuatro veces más barato del diseñado por el nuevo equipo, capitaneado por su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri.

'El Gobierno no es quién para decir qué cifra sí o no', contesta a Rato 

Se le preguntó a la vicepresidenta por qué vetó el Ejecutivo ese programa. Santamaría ni mencionó el nombre de Rato. 'El Gobierno no es quién para decir qué cifra [de recapitalización] sí o qué cifra no, porque sobre todo ya hay un procedimiento para fijar esa cifra', apuntó, y son el Fondo Monetario Internacional y los evaluadores independientes, Roland Berger y Oliver Wyman, que ya dieron sus previsiones de necesidades de capital el mes pasado, y las cuatro auditoras que están escrutando cada entidad y que darán a conocer su informe en septiembre. Y terminó, lavándose las manos, ateniéndose a los análisis 'independientes' y rehuyendo polemizar con Rato: 'A esa cantidad me remito, a la pasada y a la futura'. Lo cierto es que Goirigolzarri ya planteó cuál sería la inyección de capital necesaria para la nacionalización de Bankia antes incluso de que trascendieran esos informes: 23.465 millones.

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