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Los testigos desmontan la defensa del acusado de matar a una mujer marroquí

EFE

Los testigos en el juicio que se sigue contra F.M.S., de 63 años, por la muerte en Ciudad Rodrigo (Salamanca) de Hafida Amer, con quien tenía relaciones de amistad o noviazgo, según diversas versiones, han desmontado la defensa del acusado, que argumentó el lunes embriaguez y trastorno mental transitorio.

La vista oral de hoy ha servido para que algunas personas testificaran sobre esos argumentos y todos los que han declarado ante el jurado popular han asegurado, sin dudarlo, que F.M.S. estaba sereno en el momento de matar a Hafida Amer.

El primero en comparecer fue el guardia civil que recibió al acusado cuando se entregó en el Cuartel de la Benemérita de Ciudad Rodrigo y aseguró que F.M.S. salió del coche "aturullado, nervioso" y le dijo al gente que "la había matado con una escopeta que tenía en su vehículo".

Tanto el representante del ministerio fiscal, como los abogados de la defensa y de la acusación particular insistieron en preguntar sobre el estado del acusado y la respuesta fue, en los tres casos, unánime: no estaba bebido pero sí nervioso, por lo que le tuvieron que sujetar porque se daba golpes en la cabeza.

El resto de testigos, conocidos de la víctima y clientes del bar que regentaba donde murió, reconocieron que el acusado no estaba "borracho" el 30 de marzo de 2008 cuando entró en ese establecimiento y sin mediar palabra disparó, una sola vez, una escopeta de caza contra Hafida Amer, que murió en el acto.

La abogada de la defensa fue la más interesada en que compareciera en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Salamanca la hermana de la fallecida, aunque su pobre español -es marroquí y apenas habla el idioma- impidió que su declaración fuera concluyente.

En todo momento negó que el acusado mantuviera relaciones de pareja con su hermana, afirmó que sólo eran de carácter profesional y precisó, en este sentido, que Hafida conoció a F.M.S. en un club donde trabajaba y, para ella, era "sólo un cliente".

Pese a que en las declaraciones ante la Guardia Civil, el día del suceso, varios testigos habían asegurado que habían vivido juntos, la hermana de Hafida negó esta posibilidad, aunque reconoció que se había trasladado varias veces a la localidad natal del acusado, Fuenteguinaldo, para visitarle.

Fue en ese momento cuando F.M.S. pidió hablar al tribunal, algo que no es posible, por lo que tuvo que ser su abogada defensora quien hiciera de intermediaria: sólo quería dejar claro que "conocía de sobra la vivienda de Hafida, hasta el punto que podía dibujar un plano del piso", sin que fuera tenida en cuenta por la Audiencia esta opinión.

También compareció el ex marido de la fallecida, con el objeto de dejar clara la mala situación económica en la que se habían quedado los dos hijos de Hafida, de 10 y 14 años.

Otros testigos revelaron el miedo que había pasado la muerta por "las amenazas" de F.M.S.

Uno de ellos, con quien había estado Hafida la noche antes de fallecer, reveló que el acusado les había seguido por diversos bares de Ciudad Rodrigo y que, incluso, les llegó a "poner contra la pared" con el vehículo de F.M.S.

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