Este artículo se publicó hace 17 años.
Verhofstadt logra una salida temporal a la peor crisis política vivida en Bélgica
Bélgica ha encontrado una solución temporal a la peor crisis política de su historia gracias al acuerdo forjado por el primer ministro saliente, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, que dirigirá hasta marzo un Gobierno interino.
Tras meses de bloqueo en las negociaciones para formar un Ejecutivo salido de las elecciones del pasado mes de junio, será una coalición de cinco partidos con amplia representación francófona la que finalmente se hará cargo del país de forma transitoria.
Democristianos y liberales, reforzados con la presencia de los socialistas francófonos, han logrado un consenso en torno a la figura de Verhofstadt, el único líder que a día de hoy -y pese a su derrota en los últimos comicios- recibe las simpatías de las dos grandes comunidades del país.
El gabinete interino contará con 14 ministros, incluido el "premier", que se repartirán los democristianos flamencos del CD&V (4), los liberales flamencos del Open Vld (3), los reformistas francófonos del MR (3), los socialistas francófonos del PS (3) y los "humanistas" francófonos del cdH (1).
Verhofstadt dirigirá el país hasta marzo, cuando tiene previsto dejar paso a un Ejecutivo definitivo que lideraría casi con toda seguridad el cabeza de cartel del CD&V y ganador de las elecciones, Yves Leterme, que tras meses de negociaciones desistió de su tarea de formar Gobierno.
Por el momento, Leterme será, según diversos medios, uno de los dos vicepresidentes del Gabinete de crisis, junto al líder del MR, Didier Reynders, el otro ganador (en el sur del país) de los comicios.
El Gobierno interino se construirá sobre la base de la coalición "violeta" saliente (liberal-socialista) a la que se suman los democristianos del CD&V y del cdH, y en la que no estarán los socialistas flamencos, que desde su derrota electoral en junio han insistido en permanecer en la oposición.
Tampoco el aliado electoral de Leterme, el nacionalista flamenco N-VA, participará finalmente en el Gobierno, tras ser uno de los principales escollos para la formación del Ejecutivo "naranja-azul" (liberales y democristianos) que se preveía con los resultados de las elecciones.
Así, la coalición de crisis será "asimétrica", con tres partidos francófonos por dos flamencos, algo inusual en el país.
Las negociaciones de los últimos días, que arrancaron después de que el lunes el Rey encargara a Verhofstadt crear un gabinete interino, tuvieron como principal dificultad las disputas entre liberales y socialistas francófonos sobre la participación de los democristianos del cdH en el Gobierno.
El PS se negaba a tomar parte en una coalición que no incluyese a las tres grandes fuerzas francófonas, mientras que el MR amenazaba con vetar la participación del partido liderado por Joëlle Milquet, que tampoco aceptaba las condiciones de Verhofstadt.
Cuando ayer todo apuntaba a un bloqueo, los partidos terminaron por encontrar un acuerdo para formar un Gobierno que haga frente a los problemas más urgentes del país.
El nuevo Ejecutivo debe recibir la confianza de la Cámara de Diputados en una votación que se producirá el domingo, según informó la agencia Belga.
Antes, Verhofstadt leerá el viernes la declaración gubernamental del nuevo equipo, que tendrá que ocuparse de la negociación del presupuesto de 2008, de iniciar algunas reformas económicas y sociales urgentes y de despejar el camino para la revisión de la Constitución, entre otras tareas.
La intención del primer ministro es poner en marcha dos negociaciones, una sobre las reformas económicas, medidas de cohesión social y política medioambiental y otra sobre las reformas institucionales.
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