Las víctimas del terrorismo cuentan a los jóvenes en las aulas sus experiencias personales para transmitirles valores como la tolerancia, la democracia y la no violencia, porque "no son caminos a seguir", como tampoco lo es la venganza, a la que nunca han recurrido a pesar de sentir "un enorme dolor".

Estas son algunas de las reflexiones que quisieron transmitir hoy la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, y Pedro María Baglietto, hermano de un simpatizante de UCD asesinado por ETA en 1980, a los alumnos de la ESO y BUP del colegio madrileño Joyfe.

Una charla que forma parte del proyecto de la Fundación denominado "Educar para la Convivencia" y que pretende, a través de los testimonios en primera persona de las víctimas del terrorismo, que los jóvenes entiendan que "el fenómeno del fanatismo perturba las mentes" y que ayuden a las víctimas a transmitir que la violencia "no es la forma".

Y el fenómeno del terrorismo en el País Vasco, según relataba Pagazaurtundúa, hermana del jefe de la Policía Local de Andoaín asesinado por ETA en febrero de 2003, sirve para tener "un modelo de lo que nunca hay que hacer".

Blagietto es uno de los voluntarios de la Fundación que están implicados en el proyecto y que imparte conferencias por los colegios contando cómo mataron a su hermano Ramón, sus vivencias y sus sentimientos y cómo viven las víctimas en el País Vasco.

Su relato comienza recordando que, cuando asesinaron a Ramón, se encontraba en la dirección de ETA su primo, Antxon Etxebeste.

Ramón, que contaba con 43 años, fue asesinado en el Alto de Azkarate cuando regresaba de su lugar de trabajo en Elgoibar a su domicilio guipuzcoano de Azkoitia, una secuencia que Pedro María describe con detalle en su libro "Un grito de paz" y con la que se emociona cada vez que la lee ante los jóvenes, como hizo hoy.

Además el etarra que apretó el gatillo fue alguien a quien Ramón había salvado la vida años atrás, cuando el terrorista era sólo un bebé.

Durante su charla ante los chicos, Pedro María se refiere al asesino de su hermano con el seudónimo de "Basilio" porque, dice, "no tengo intención acusatoria".

Recuerda también que Ramón salvó a "Basilio" de las ruedas de un camión, que atropelló y acabó con la vida de la madre del que luego se convertiría en un etarra y de su hermano.

Los chicos escuchan fascinados a Baglietto, al que preguntan a continuación: "si usted dice que la mayoría de los vascos se sienten españoles ¿por qué reciben tantos votos los partidos nacionalistas?", "¿cómo reaccionaría si se encontrara al asesino de su hermano?" o ¿en ningún momento ha sentido deseo de venganza?"

"Yo le diría: soy el hermano de Ramón, pero tranquilo yo no te voy a matar; esto es lo que nos diferencia; a la violencia sólo se le puede combatir con la ley y esta batalla sólo la vamos a ganar con los instrumentos del Estado de Derecho y sólo con la ley", contesta Pedro María.