La puerta del vestuario se entreabre y la cabeza de David Villa (Tuilla, 3-12-1981) asoma tímidamente para buscar con la mirada al periodista. 'La entrevista la hacemos aquí detrás', dice El Guaje señalando un campo anexo de que dispone la Federación. El sufrido verano de Villa ha dejado a un lado las apariciones públicas. Sus declaraciones son contadas y tuerce el gesto cuando mira los meses que ha pasado.

Por fin, una alegría: dos goles ante Bélgica y la clasificación para el Mundial casi resuelta.

Necesitaba algo así, aunque no sólo por mí. Marcar siempre me alegra, pero quizás era más importante que nos volviéramos a divertir juntos y lo conseguimos. Necesitábamos un partido como el de Bélgica. No sólo por el resultado, sino por el nivel de juego. Así, en esta línea, será muy difícil que nos derrote alguien.

¿Lo dice como si se hubiera quitado un peso de encima?

Yo diría que ha sido algo similar a un reinicio.

¿Ya se hablaba que usted estaba en mala racha y que no veía puerta?

Lo leí. Pero eso es bueno. Eso significa que la gente está acostumbrada a que marque goles y se extraña cuando no marco. Es un orgullo que te digan que llevas tres días sin marcar.

¿La eliminación ante EEUU y la primera parte en Macedonia habían dejado un poco tocado al equipo?

La Copa Confederaciones fue un palo. Debe servir para el futuro y creo que nos vendrá bien para el Mundial. Y lo de Macedonia no es comparable en ningún caso. Estábamos muy poco rodados y había mucho más que perder.

¿Por qué?

Me refiero a que, en agosto y con tan poco margen de preparación, no es fácil. Desde hace unos años, siempre tenemos ahí ese partido en el calendario y no es fácil. Ponemos todo nuestro empeño, pero casi todas las selecciones nos superan siempre en lo físico y sufrimos porque llevamos muy pocos entrenamientos.

¿Y eso de que juegan mejor con el sistema 4-5-1?

No me preocupa lo externo. En la selección, nos hemos acostumbrado a dejar los debates en la puerta del vestuario.

Usted preferirá el de dos delanteros, aunque sólo sea por el número de puntas en uno y otro dibujo táctico.

Realmente, me da igual. Es que jugamos igual de bien con los dos sistemas. Lo que hay que entender es que hay equipos con diferente fisonomía y por eso un día u otro luce más una táctica que otra en un momento determinado.

¿Qué dice el seleccionador?

Del Bosque sabe que no tenemos predilección por ningún tipo de sistema. El míster sabe de primera mano que aquella táctica por la que se decante va a salir a la perfección.

Hablemos de Raúl.

Sigue siendo de los mejores jugadores de España. Un ejemplo en toda regla.

Yo me refería que, con los dos goles del sábado, el récord de Raúl de goles con la selección ya lo tiene más cerca. A 11.

Yo diría relativamente cerca. Todavía son muchos goles, pero está claro que es un objetivo que está ahí y que hace poco nadie podía pensar que un jugador estaría tan pronto tan a tiro de Raúl.

¿Le motiva?

¡Cómo no me va a motivar! Soy delantero y ser el máximo goleador de la historia de la selección es algo con lo que todos soñamos.

Le queda margen. Por el ritmo goleador que lleva, podría sobrepasar esa cifra en Suráfrica.

Sí. Pero mi misión ahora no es marcar el gol 44 ya. Hay que marcar el miércoles el 34 y si puede ser el 35, mejor. Lo importante siempre es el siguiente que tienes que marcar.

Da la impresión de que empieza a valorar las cosas día a día. ¿Goles antes que títulos?

Mira. Si no marcas goles, no ganas títulos. Por eso la importancia de pensar siempre en el próximo partido. Si marcas y ganas, pasas al siguiente.

Tiene 27 años. ¿Sabe que puede llegar a una cifra de goles estratosférica en todas las competiciones que juegue?

Eso es lo que intento hacer ahora. Me gustaría batir todos los récords que hay. Soy goleador, por lo que soy ambicioso. Aunque también soy consciente de que no es bueno obsesionarse con estas cosas. Por eso, lo mejor es ir día a día.

¿Todo el verano en el mercado y ahora de nuevo Silva y Villa vuelven a ser el referente de la roja?

Nadie nos va a descubrir a estas alturas, pero lo que está claro es que es importante volver a ser un referente. A todos nos gusta. Si después dicen que eres el jugador de moda, es otra cosa. No depende de mí. Mi reto es seguir trabajando al máximo.

Hablando de todo lo que ha pasado en relación a usted este verano, ¿cuántas veces se tuvo que morder la lengua por lo que sucedía a propósito de su posible traspaso?

¿Morderme la lengua? No sé. No lo diría así. A ver cómo se lo explico. Mira, si no hablé en todo este tiempo fue porque era lo correcto. No hubiera servido de nada, viendo todo lo que salía diariamente. Por eso creo que no me mordí nunca le lengua. Lo de no hablar fue decisión exclusivamente mía y me alegra de que la mayoría de la gente lo respetara.

¿Algo que haya aprendido tras todos estos tumultuosos meses?

Nada. Todos los veranos son iguales. Rumores, más rumores, pero acrecentados porque el Valencia me dijo en un momento dado que estudiaría ofertas, ya que estaba en un momento delicado. Esto es el fútbol y si miramos atrás, siempre me ha pasado lo mismo cada verano.

¿Y usted cómo lo vivió?

Siempre desde el punto de vista de que soy jugador del Valencia, que dependía de la decisión que tomara el club. Pasé el verano en Asturias y esperé noticias. Cuando el Valencia me dijo que no me vendía, se acabó el asunto.

¿Pero pondría condiciones en algún momento?

Yo sólo pedí al Valencia, al ver que se daba esta situación de ponerme en el mercado, que mi deseo era quedarme en España y que estudiaran las ofertas que habían llegado del Real Madrid y Barcelona. Nada más. Pero después el club cambió de opinión y me declaró intransferible. Así que yo tan contento, porque en Valencia soy feliz. Tengo contrato hasta 2014 y mi objetivo ahora es marcar goles y hacer más grande al Valencia. No hay más que hablar.

¿Eso de que su entorno decía que estaba más cerca de un equipo que otro?

Nada. Me hace gracia, pero ya estoy acostumbrado. Mi entorno es mi familia y yo sé que nunca ha comentado nada a nadie y sabía lo que pensaba yo. A partir de ahí, qué quieres que piense. No se puede hacer nada. Vivir tranquilamente y confiar en la palabra del club.

¿Cómo ve al Valencia esta temporada?

El Valencia tiene una filosofía que me gusta. Este club apuesta por lo español y eso, además, beneficia a los jugadores que estamos en la selección. En el apartado de refuerzos, hemos salido ganando. Ever Banega está a un nivel sensacional, el otro día ante el Sevilla fue el mejor del partido, y hemos fortalecido la plantilla, sobre todo en los laterales, que tantos problemas nos dieron la pasada temporada.

¿Pero no jugará la Liga de Campeones?

Es cierto. El año pasado no estuvimos al nivel de Atlético o Sevilla y eso nos debe servir para aprender y ser más constantes. Hay que marcarse objetivos importantes, como la Liga Europa (antigua Copa de la UEFA), sin olvidar cada partido de Liga, que debe ser una final para estar pronto en el grupo de cabeza.

¿Objetivo ganarla?

¿Por qué no? Esta competición le ha dado al Valencia muchas satisfacciones en su historia reciente. Tenemos una buena plantilla y es la primera vez que se disputa con el nuevo nombre y debe ser otro acicate para conseguirla. Aunque, repito, debemos estar más centrados en la Liga para devolver al club a lo más alto.

A nivel personal, ¿cómo va de ambición después de todo lo que ha sucedido?

La ambición nunca se pierde ni se perderá. Estoy convencido de que voy a hacer la mejor temporada de mi carrera. Desde que debuté con el Sporting, siempre he llevado esa filosofía en los equipos en que he estado y hasta ahora no me ha ido tan mal.

¿Con qué sueña Villa en estos momentos?

Ahora, con lo que sueño es en levantarme cada día, ponerme la camiseta del Valencia o la de España y marcar un gol. Ser feliz en el campo. Seguro que después llegarán más alegrías. La primera alegría tiene que ser el miércoles ante Estonia. Certificar la clasificación y después centrarse en el Valencia.