Este artículo se publicó hace 15 años.
Yonquis, bobos y reproporciones
080 devuelve a Barcelona el liderazgo de la modernidad
Los peores augurios abrieron la primera jornada de 080 Barcelona Fashion. Zazo & Brull, una de las firmas más estimulantes de la moda catalana, tropezaron con el uso abusivo de los mismos drapeados, volúmenes y patrones: neo romanticismo repetitivo, estirado y reciclado hasta la saciedad. Tan sólo los detalles empleados para elevar el nivel visual de sus ya de por sí abigarrados estilismos, como las filigranas textiles, los apliques metálicos y los flecos consiguieron oxigenar una colección demasiado previsible, aunque lujosa en su concepción.
Por suerte este fue el único gran traspié del día. De ahí en adelante las variaciones sobre la nueva modernidad mostraron las diferentes caras de la vanguardia. La joven Andrea Ayala, formada en la muy experimental Royal Academy of Fine Arts de Amberes (de donde se extraen buena parte de sus influencias formales y estéticas), invirtió los valores, ofreciendo unas propuestas pobres en la selección de tejidos y en los acabados, pero cargada de ideas tan iconoclastas como efectistas, que la convierten en uno de los nuevos valores en alza de la moda española. La brutal reproporción de la anatomía humana desarrollada por Ayala fue, sin duda, uno de los mejores looks de la jornada.
Zazo & Brull tropezaron por el uso abusivo de volúmenes
De la extrema juventud de Ayala a la espléndida madurez de uno de los nombres clave de la moda masculina catalana. El creador Josep Abril volvió a hacer suyo el término Bobo (bourgeois & bohemian) acuñado por el escritor norteamericano David Brooks. Una nueva tribu urbana formada por personas que buscan un lujo intimista y sin ostentaciones, y que el creador hace suya mezclando la elegancia occidental con un suave aire sahariano, capaz de combinar perfectas chaquetas sastre y amplios pantalones bombachos o sencillas camisas con pashminas y sandalias repletas de abalorios.
Japón deslumbraDesde el lejano Japón llegó Mikio Sakabe para poner las cosas en su sitio y demostrar por qué su país es una de las primeras potencias del mundo de la moda: el nipón subió a la pasarela la más poderosa estética heavy, de manos de uno de sus grupos musicales más míticos, Metallica, del que Sakabe extrae su representativa tipografía para llenar la pasarela de un oscurantismo tan apocalíptico y degradado como sofisticado e inquietante, donde se habla sin tapujos de conceptos como muerte y religión sobre camisetas y jerseys oversize.
Mikio Sakabe llevó el heavy y la música de Metallica a la pasarela
Un gusto por lo suburbano que tuvo su reflejo en las creaciones de Alexis Reyna, joven diseñador autodidacta con fuertes influencias orientales (vivió en China durante varios años), más desestructurado y raído que Mikio, quizás también menos romántico y sofisticado, pero con unas propuestas que cerraron con garra el arranque de 080 Barcelona Fashion: sus chaquetas de yonqui con glamour son casi obras de arte. Una posición que buena falta le hace a la moda contemporánea, demasiado evidente y poco estimulante.
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