La remontada del Sevilla en el Sánchez Pizjuán ha frenado un tanto la ilusión que el Athletic Club había puesto en estas semifinales de la Copa del Rey, pero no ha acabado con ella, ya que, aunque se vio mejor de cara a la vuelta durante todo el partido que al final, cree que puede devolver la moneda a su rival en San Mamés.

El equipo bilbaíno regresa hoy de la capital hispalense con sentimientos encontrados. Por un lado, con la decepción de haber visto como se le esfumaba y, además ya en el tiempo añadido, la ventaja que el había concedido un nuevo gol -y van 13 esta temporada- de Fernando Llorente.

Pero también con la convicción de que el marcador con el acabó el encuentro (2-1) no es malo. Así lo consideraba a priori y así lo verá en cuanto digiera el disgusto, ya que le permite volver a Bilbao con los dos objetivos que perseguía antes de acometer el choque: marcar algún gol y dejar la eliminatoria 'viva' para la vuelta.

En ese sentido, que el segundo partido no llegue hasta dentro de un mes puede ser algo que juegue a favor del equipo rojiblanco, ya que a medida que vayan pasando los días y las semanas las sensaciones del jarro de agua fría recibido ayer casi sobre el pitido final se irán diluyendo en favor de un marcador final que no parece insalvable para los de Joaquín Caparrós.

Por ello, el propio técnico sevillano dio por bueno el resultado, sin duda confiado en lo que pueda dar su equipo al amparo de una afición que ha recuperado la ilusión hasta el punto de hacer del partido ante el Málaga de la última jornada liguera el primero de los ensayos de cara a la cita del 4 de marzo.

Es de esperar también que el Athletic llegue a ese día con sus jugadores claves más frescos de lo que pudieron estar en el campo sevillista, donde el conjunto vasco sumó su décimo partido en un mes, desde que el 4 de enero acabase con su vacaciones navideñas para medirse al Espanyol.

De cómo se encuentre ese día Fernando Llorente, la última 'perla' salida de Lezama, dependerán mucho las opciones rojiblancas; aunque que Pablo Orbaiz siga al nivel de los últimas semanas y que el incombustible Andoni Iraola no tenga ningún percance también será básico para que el Athletic pueda llegar a la final 24 años después.

Por lo demás, lo que esperan poner 'los leones' sobre el césped de 'La Catedral' es la valentía en la portería de Gorka Iraizoz, muy sólido en el último tramo de la temporada; una defensa camino de la eficacia del año pasado (Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili); esfuerzo de Javi Martínez en el medio campo; clase y peligro en la estrategia por las bandas con David López y Yeste; y trabajo y pelea constante de Ion Vélez al lado del decisivo Llorente.

Ustaritz, Balenziaga, Susaeta, Gabilondo y Toquero completan la gama de recursos de un Caparrós que de tiempo acá, justo desde que estuvo con el agua al cuello cuando su equipo cayó a puestos de descenso, parece haber dado con la tecla.

Habrá que ver si todo ello, que en los dos últimos meses está siendo mucho, le da al Athletic para devolver la remontada de ayer a un rival en estado de gracia en los últimos años y que, a pesar de su tan sorprendente como temprana eliminación este año de la UEFA, tiene en la rondas de ida y vuelta una auténtica especialidad. La respuesta: el 4 de marzo.