Cómo leer y entender tu nómina
Estos son todos los apartados que figuran en el documento, más allá del salario base.

Zaragoza-
Trabajamos por dinero. Es una realidad innegable, por mucho que en ocasiones se quiera disfrazar. Es cierto que el desempeño laboral ocupa una gran parte de nuestra vida adulta y, como tal, es deseable que satisfaga alguna necesidad más allá de las económicas. Sin embargo, el principal motivo para subrogar nuestra fuerza de trabajo es el vil metal.
Salvo el caso de los trabajadores por cuenta propia, el dinero nos llega a través de la nómina. Para muchas personas, se trata del mejor momento de cada mes. La nómina recoge el sueldo de cada trabajador, esto es la cantidad que se ingresa en su cuenta bancaria a cambio de los servicios prestados. Sin embargo, esa es solo una de las muchas cifras que aparecen en el documento. Todas ellas son importantes, pues son las que nos detallan algunos aspectos clave que tienen que ver con nuestra economía personal.
Toda nómina se puede dividir en cuatro apartados básicos: encabezado, devengos, deducciones y, finalmente, el líquido a percibir. esto es, la cantidad que se va a ingresar en nuestra cuenta.
El encabezado de una nómina
Como su nombre indica, el encabezado de una nómina suele aparecer arriba del todo. Es el apartado en el que se incluye toda la información relevante del documento. Entre ellos los datos de la empresa (nombre, CIF y dirección), los datos del trabajador (nombre, DNI, número de afiliación a la seguridad social y título laboral) y el periodo de liquidación, esto es la fecha a la que corresponde dicha nómina.
Sin duda esta es la parte más sencilla de comprender, aunque no por ello deja de ser importante. Por ejemplo, una nómina es una prueba legal en un posible juicio, por lo que es necesario comprobar que los datos allí recogidos son correctos y están actualizados.
Qué son los devengos
Después de la información de cabecera, es hora de sumergirnos en los números. En resumidas cuentas, los devengos son el dinero bruto que el trabajador percibe por parte de la empresa. Unas cantidades entre las que se encuentra el salario base, pero donde puede haber otras partidas según el tipo de acuerdo contractual al que se haya llegado previamente.
De esta manera, en los devengos se ha de incluir las horas extras trabajadas, los posibles complementos salariales (por antigüedad, por nocturnidad, por trabajar en fin de semana, por disponibilidad, pluses por peligrosidad, antigüedad, etc.), las pagas extras (ya sean prorrateadas o no) y las comisiones. Todos estos puntos aumentan el salario bruto y, por ello, se incluyen en la base de cotización y el IRPF.
Además, existen una serie de ingresos llamados devengos no salariales que no tributan, pues son fundamentalmente compensaciones a otros esfuerzos realizados previamente por el trabajador. En esta categoría entran: las dietas de viajes, el kilometraje, el plus de distancia, las herramientas, la ropa de trabajo, etc.
Deducciones en una nómina
Hasta ahora estábamos hablando del salario bruto, por lo que hay que restarle algunas de las obligaciones que posee el trabajador, generalmente con el erario público. De esta manera, en la nómina también han de quedar reflejadas todas las deducciones que se realizan. Un asunto importante: es obligación de la empresa practicar los descuentos de manera correcta. Es decir, si hubiese algún error o algún impuesto se quedase sin pagar, es el empleador quien deberá hacerse cargo de ello.
Uno de los apartados más importantes son las contribuciones a la Seguridad Social, o en otras palabras los impuestos que cada trabajador ha de pagar al fisco para financiar el sistema de protección social que existe en España. Cada deducción debe estar especificada. De esta manera, cada trabajador aporta aproximadamente un 4,7% de su salario a contingencias comunes, fundamentalmente bajas médicas ya sea por enfermedad, accidente laboral o maternidad. Además, también destina un 1,55% para sufragar el desempleo, que puede ser más en contratos personales, y un 0.1% para la formación profesional.
Además, a partir de 2025 se ha añadido una nueva deducción del 0,13% en lo que se ha llamado el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, y que posee como misión garantizar la viabilidad del sistema de pensiones. Esta cantidad está prevista que vaya aumentando progresivamente hasta 2029, cuando se ha de establecer en el 0,20% del salario bruto.
Qué es el IRPF
Claro que la cuota de la Seguridad Social no es la única deducción que figura en la nómina. Además también se encuentra el descuento del IRPF, siglas de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. En realidad se trata de una retención, es decir es un adelanto que se hace al Estado y que después se ha de calibrar en la declaración de la renta. Es entonces cuando se comprueba si al trabajador le han retenido a lo largo del año más o menos de lo que en realidad debe pagar. Si se ha adelantado más dinero del debido, es entonces cuando se produce una devolución de la renta; y si es menos se debe pagar la diferencia.
El porcentaje de IRPF que se retiene puede variar de una nómina a otra. Generalmente es la empresa la encargada de calcularlo, en base a variables como: el estado civil del trabajador, si tiene hijos o no, si posee alguna discapacidad o si trabaja en más de un sitio. La idea es hacer un cálculo ajustado a lo que esa persona ha de pagar a final de año, por lo que a la hora de hacer la declaración de la renta no haya grandes fluctuaciones.
Líquido a percibir
El líquido a percibir es el dinero que finalmente llega a la cuenta bancaria del trabajador. El cálculo es sencillo de realizar, ya que el salario bruto menos las deducciones y retenciones. Además, debe ir acompañado de la firma de la empresa, generalmente con un sello.

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