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Investigación

Doñana se muere: todas las masas de agua han descendido y el acuífero ha perdido tres metros de media

'Público' pone cifras a la desprotección del Parque Nacional. El descenso más acusado se ha registrado en la masa de agua Marismas, donde de media el nivel del agua ha decrecido 7,3 metros.

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La laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana y la última que ha mantenido agua en agosto, a 3 de septiembre de 2022. — cSIC / REUTERS

sevilla/madrid,

"Las personas que estamos en esta reunión no tenemos la responsabilidad de haber creado el problema. Sin embargo, tenemos la obligación legal, moral y social de resolverlo. De nuestras decisiones depende el futuro de Doñana y su comarca, que, les recuerdo, no solo es un valor local, o regional, sino que se trata de un patrimonio universal de toda la humanidad. Ustedes han de escoger cómo quieren pasar a la historia". Estas son palabras que pronunció el biólogo Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana –organismo del CSIC– en la última reunión del Consejo de Participación, en el que se sentaron todos aquellos que tienen intereses en la gestión del Parque Nacional, administraciones –Gobierno, Junta, Ayuntamientos de la zona–, científicos, empresarios y patronales, sindicatos, organizaciones agrarias y organizaciones ecologistas.

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Revilla presentó en esa reunión, convocada de urgencia tras la presentación de PP y Vox de una proposición de ley en el Parlamento de Andalucía que pretende ampliar los suelos agrícolas regables en el entorno de Doñana –rechazada por la Comisión Europea– un demoledor informe de situación, que reveló con toda crudeza que poco a poco, Doñana se muere.

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Los problemas se acumulan: algunos agricultores ya tienen problemas para regar, no hay agua suficiente para la demanda porque se extrae más de lo que se recarga, lo que, en último término, pone en riesgo toda la actividad económica que depende del acuífero.

Así, el escenario es hoy "crítico" y "no permite esperar otra década a que se tomen las decisiones que ajusten la demanda de agua a la disponibilidad". De todo esto resulta, una conclusión: "El nivel más alto de protección a nivel estatal y europeo no está sirviendo para proteger los hábitats y especies amenazados de Doñana".

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Público ha puesto cifras a esta desprotección. El acuífero que alimenta Doñana ha descendido 3 metros de media desde la primera vez que se tomaron muestras hasta 2020, según el análisis de los datos de la Red de Seguimiento del Estado e Información Hidrológica del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO).

Contenido adicional o infografía: ver versión completa del artículo.

Administrativamente, este acuífero ha sido dividido en cinco masas de agua: Almonte, La Rocina, Manto eólico de Doñana, Marismas y Marismas de Doñana. Tres de ellas (La Rocina, Marismas y Almonte) fueron declaradas "en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo" por el MITECO en 2020.

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Las primeras muestras del nivel de agua en Marismas, La Rocina y Marismas de Doñana se tomaron entre 1973 y 1974, mientras que en Almonte y Manto Eólico de Doñana los primeros registros tuvieron lugar 30 años después, entre 1991 y 1993.

Contenido adicional o infografía: ver versión completa del artículo.

Progresivamente, las autoridades competentes han ido instalando más dispositivos para medir el nivel de agua del acuífero (piezómetros) y en 2009 se instalaron los últimos piezómetros. Conforme más antiguos son los primeros registros, más destaca el descenso agónico de agua que sufre Doñana bajo tierra. Así, las medias anuales del nivel de agua recogidas por un piezómetro instalado en Marismas en 1975 registran, en comparación con las tomadas en 2020, un descenso de 19,7 metros del nivel del agua.

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Las muestras tomadas por la red piezométrica instalada a lo largo de todo el Estado permiten hacer un seguimiento cuantitativo de las aguas bajo tierra. Sin embargo, existen muchas lagunas de información y durante largas temporadas no se registran datos sobre el nivel del agua.

Alberto Fernández, miembro del Programa de Agua de WWF, reconoce que existe una "falta de recursos y una falta de personal en las confederaciones hidrográficas para hacer seguimiento de los niveles de agua. Los datos se almacenan pero no se analizan mucho". Cree que sería positiva la instalación de más piezómetros para vigilar el nivel de agua, pero apunta a que "con los pocos que hay ya se ve lo que está pasando".

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En Doñana, todas las masas de agua que componen Doñana han menguado. El descenso más acusado se ha registrado en la masa de agua Marismas, donde de media el nivel del agua ha decrecido 7,3 metros.

En Doñana, todas las masas de agua que componen Doñana han menguado

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La masa de agua subterránea denominada Manto Eólico de Doñana también se ha reducido considerablemente: una media de 4,2 metros entre el primer año en que se tomó una muestra,1991, y 2020. La misma tendencia se ha reflejado en las masas subterráneas de La Rocina, Almonte y Marismas de Doñana, que han descendido entre 1,8 y 1,3 metros.

Del acuífero de Doñana depende su sistema de lagunas, único en Europa por su abundancia. En 2004 se detectaron 3.000 lagunas temporales, es decir, que se secan cada verano. El informe del CSIC presentado por Revilla subraya que el deterioro de todas ellas es ahora generalizado.

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Además, las tres lagunas consideradas permanentes han dejado de serlo. "El Sopetón y la Dulce, que solo se secaban ocasionalmente, ahora se secan con frecuencia", abunda el informe. Y detalla: "El Sopetón se ha secado todos los años desde 2012. La situación de Santa Olalla ha sido extrema el verano de 2022, en que se secó completamente". Además, "el 59% de las lagunas estudiadas no se ha inundado al menos desde 2013".

Fresa y clima

Estos cambios, según el informe del CSIC, "están significativamente relacionados con la temperatura y la precipitación de cada año, así como con la extensión de áreas cultivadas, la superficie construida en Matalascañas, la distancia a las estaciones de bombeo de la urbanización y al funcionamiento de un campo de golf".

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Es la sequía, por tanto, pero también la presión de la fresa –el consumo de agua potable supone un 5%, según ¿sentencia, abogada?, que requiere cada vez más agua para sostener un negocio millonario, las que explican por qué se seca Doñana.

Así, por un lado, el cambio climático "está cambiando los patrones de precipitación", estos cambios indican una clara disminución de la disponibilidad de agua. En paralelo, las temperaturas han subido, y lo van a seguir haciendo. "Sabemos que estos episodios extremos van a ser cada vez de más duración y van a ser más frecuentes. Todos estos factores disminuyen la disponibilidad de agua", según Revilla.

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La demanda de agua en la comarca de Doñana no ha dejado de aumentar en paralelo al boom del cultivo del llamado oro rojo, fresa y frambuesa. De hecho, las exportaciones alcanzaron un valor de 1.392 millones de euros durante la campaña de 2021/22. Los regadíos en la corona forestal han pasado de 2.162 hectáreas en 2004 a 3.543 hectáreas en 2014 (lo que supone un incremento del más del 30%).

A mediados de 2022 un total de 6.634 hectáreas se dedicaban a cultivos bajo plástico, de las que 5.576 estaban en superficies agrícolas regables y 1.046 fuera de ellas, ilegales, por tanto, según los datos recogidos en el informe de la Junta de Andalucía que cada año evalúa el plan de la fresa.

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En este contexto de escasez de agua subterránea, falta de lluvias y altísima demanda, la proposición de ley que impulsa el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) es, en efecto, muy peligrosa

Mala gobernanza y desidia

El uso de los suelos en la comarca está regulado en el plan de ordenación del territorio del ámbito de Doñana, aprobado por la Junta de Andalucía en el año 2004. Esta es la normativa básica que está en vigor desde hace casi dos décadas y es la que se ha incumplido sistemáticamente. En ella se clasifican los suelos y sus usos: unos son regables, otros de secano, otros forestales. La memoria de ordenación de este plan ya recogía hace 19 años la preocupación por el agua: "Se pretende eliminar el riesgo de que se produzcan desequilibrios en el sistema hídrico debido a la proliferación de nuevas captaciones, evitar el incremento de los procesos erosivos y nuevas afecciones sobre ecosistemas de valor".

La memoria del plan urbanístico de Doñana ya recogía la preocupación por el agua hace 19 años

Diez años después –bajo la cobertura del POTAD– se desarrolló lo que hoy se conoce como el Plan de la Fresa, que en 2014 cerró el mapa de regadíos. A este plan no se le han destinado presupuestos adecuados y tiene la mayoría de sus medidas aún por ejecutar, según WWF. El plan, sin embargo, se aprobó con un alto grado de consenso –del que hoy carece la norma de Moreno y Vox– y después de numerosas discusiones, el Consejo de Participación de Doñana lo avaló con 37 votos a favor, una abstención y cinco noes, los de las organizaciones ecologistas. Estas dos fechas, la de 2004, cuando se aprueba el POTAD, y la de 2014, cuando se aprueba el plan de la fresa, son claves para comprender lo que hoy quiere hacer Moreno de la mano de Vox.

El POTAD establece tres categorías de protección para los suelos, la máxima es la A, donde está prohibidos los usos agrícolas, después vienen la B, que establece limitaciones específicas al uso, y la C, que se ocupa de las limitaciones generales. Si se aprueba la idea de PP y Vox tal y como está hoy redactada, quien haya regado antes de 2014 –y su tierra esté en esas zonas B y C– verá recalificada su finca. Así lo recoge la proposición de ley, en tramitación en el Parlamento de Andalucía: "Se integrarán en la zona agrícola regable los terrenos agrícolas de las zonas B y C que hubieran estado en regadío con anterioridad a la fecha de entrada en vigor del plan Especial [30 de diciembre de 2014]. Estos terrenos podrán obtener derechos de aguas, que procederán de aguas superficiales, salvo que la administración hidráulica de la Demarcación Hidrográfica donde se encuentran estos terrenos establezca un origen de recursos diferente".

¿Cuántas hectáreas son? No se sabe con exactitud. El Gobierno andaluz ha estimado unas 700. WWF las eleva a mil y tacha la medida de "amnistía" porque, consideran, "una vez se declaren tierras agrícolas de regadío, si siguen regando ilegalmente, no estarán vulnerando la normativa de ordenación del territorio, la Junta de Andalucía no les tendrá que abrir expediente ni aplicarles el régimen sancionador de la Ley Urbanística. A efectos legales estarán vulnerando la normativa de aguas y deberá ser la Confederación Hidrográfica la que tenga que actuar en solitario contra el uso ilegal del agua, porque para la Junta de Andalucía el uso del suelo estará acorde con la planificación territorial".

"Vamos camino del precipicio porque todas estas fincas que riegan de forma ilegal con aguas del acuífero no van a parar de hacerlo una vez ustedes las declaren de regadío, aun cuando no haya agua para ellas. Seguirán esquilmando el recurso subterráneo, el problema para Doñana y el acuífero continuará", afirma Juanjo Carmona, letrado de WWF.

Lo que nos ha traído hasta aquí "es la desidia y la falta de interés", afirma Juan Romero, de Ecologistas en Acción. Romero muestra un folleto de hace 33 años, del año 1990, cuando se montó la Plataforma Salvemos Doñana, que esta semana se ha reactivado por tercera vez. En ese documento, se recoge bajo el título Agresiones contra Doñana, entre otras, la "extracción desmesurada" de agua del acuífero, el uso "incontrolado" de pesticidas y el "explosivo" desarrollo urbanístico, "la mayoria de esos problemas están muy vigentes hoy". 

El análisis del CSIC va en esta línea. "La falta de ejecución del Plan Especial de Ordenación de los regadíos de la corona norte de Doñana a lo largo de varias legislaturas ha intensificado el problema de mala gobernanza, indicando una clara falta de voluntad política a la hora de solucionar el problema, como así reconoce la sentencia del tribunal europeo de justicia del 2021. Esta inacción ejecutiva es la que nos ha llevado al insostenible punto crítico en el que actualmente nos encontramos".

"Muchos consideraron durante bastantes años que Doñana es como el que pone una maceta en su balcón y ya tiene la cuota verde satisfecha. Doñana lleva muchísimos años. Yo llevo 30. Y todas las administraciones han sabido del deterioro, unos son culpables por acción y otros por omisión. S hubiesen gobernado aplicando estrictamente las leyes, Doñana no estaría como se encuentra hoy", asegura Juan Romero. La mayor parte de este tiempo, desde 2004, cuando se aprobó el POTAD, el PSOE ha gobernado la Junta de Andalucía, y PP y PSOE se han alternado en el Gobierno de España.

Avisos desoídos y sentencia

En junio de 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea certificó en una sentencia contra España que la falta de cuidado y la ausencia de previsión había perjudicado el acuífero. Hoy la Comisión Europea considera que la norma de Moreno y Vox no se ajusta a los parámetros marcados por ese fallo y ha amenazado con multas por incumplimiento de sentencia, que serían millonarias.

En la sentencia se condena a España por tres razones, dos de ellas relacionadas con el agua. Así, no se tuvieron "en cuenta las extracciones de agua ilegales y las extracciones de agua para el abastecimiento urbano en la estimación de las extracciones de agua subterránea de la comarca de Doñana en el marco de la caracterización adicional del Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021". Y, en segundo lugar, "España no previó, dentro del programa de medidas establecido en dicho Plan Hidrológico, ninguna medida para evitar la alteración de los tipos de hábitats protegidos situados en la zona protegida Doñana provocada por las extracciones de agua subterránea para abastecer el núcleo turístico de Matalascañas (Huelva)".

Además, el Tribunal de Justicia declaró también un incumplimiento de las obligaciones derivadas de la Directiva sobre los hábitats, "debido a que España no ha adoptado las medidas apropiadas para evitar las alteraciones apreciables de los tipos de hábitats protegidos situados en las zonas protegidas desde el 19 de julio de 2006 Doñana, Doñana Norte y Oeste y Dehesa del Estero y Montes de Moguer provocadas por las extracciones de agua subterránea del Espacio Natural protegido de Doñana a partir de esa fecha".

El Tribunal de Justicia destacó que de los datos científicos se desprendía “que la sobreexplotación del acuífero de Doñana ha acarreado un descenso del nivel de las aguas subterráneas (nivel piezométrico), descenso que ocasiona una alteración constante de las zonas protegidas del Espacio Natural protegido de Doñana". "Los datos confirman, por una parte, que el deterioro de estos hábitats continúa y que su estado seguirá deteriorándose debido al descenso del nivel piezométrico del referido acuífero y, por otra parte, que España no ha adoptado las medidas necesarias para poner fin a ese deterioro", recogió el TJUE en un comunicado en castellano en el que resumía el fallo.

Las denuncias y avisos comenzaron diez años antes. Según WWF, el proceso se inició tras la queja que la organización conservacionista presentó en abril del 2010 ante la Comisión Europea en la que se denunciaba "la extracción abusiva e insostenible de agua en el entorno de Doñana con destino al cultivo intensivo de fresas […] ante la total inacción y los reiterados incumplimientos durante años de las autoridades españolas, los ayuntamientos de la zona, la Junta de Andalucía y el Gobierno central". Nueve años después, en enero de 2019, y tras múltiples escritos e informes, la Comisión Europea se decidió a llevar a España ante el TJUE. Hoy, ya con la sentencia en la mano, los comisarios estudian qué hacer llegado el caso de que la proposición de ley de PP y Vox se apruebe en el Parlamento andaluz. El Gobierno de España ya ha anunciado un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la norma, si esta prosperase.

En la última reunión del Consejo de Doñana, su presidente, el biólogo Miguel Delibes, afirmó: "Esta iniciativa supone hacer juegos políticos que se parecen al toreo de salón, cuando una situación dramática como la que vivimos en Doñana y en los regadíos requieren tomarse las cosas en serio, agarrar el toro por los cuernos, tomar decisiones probablemente impopulares, gastar dinero y trabajar, todo lo contrario de hacer proposiciones de ley que no se pueden cumplir y que no van a ningún lado".

Para Manuel Delgado Cabeza, catedrático de Economía Aplicada por la Universidad de Sevilla, "el Parque de Doñana y su entorno está siendo sometido a una agresión permanente que se ha visto intensificada con la globalización y que hoy constituye un auténtico saqueo. Un saqueo que tiene que ver con dos cuestiones".

"Una –prosigue el profesor–, con la profundización del papel de Andalucía como abastecedor de materias primas, alimentarias, minerales y turismo de masas. Una especialización que nos empobrece social y ecológicamente y que se viene estimulando desde el sistema político (Ayuntamientos, Junta y Gobierno Central). Sistema económico y sistema político vienen condenando a Doñana y a Andalucía al papel de sirvienta en beneficio de un capital global que para satisfacer su necesidad de acumulación necesita apropiarse de la riqueza aquí generada".

"La segunda cuestión –remacha Delgado Cabeza–, relacionada con la primera, tiene que ver con una manera de entender la economía que encubre los costes sociales y ecológicos de las actividades extractivas localizadas en zonas de sacrificio como Doñana y Andalucía, organizadas para alimentar la expansión y el poder de las grandes corporaciones que gobiernan las cadenas de valor en las que se insertan estas actividades".

Falta de agua: pérdida de biodiversidad

Así, la inacción, unida al cambio, ha llevado a que hábitats considerados como prioritarios hayan sufrido daños y la biodiversidad haya disminuido drásticamente. Se mueren los alcornoques centenarios, que dependen del nivel freático –el superior– de las aguas. De una prospección sobre 121 de estos árboles (la mayoría muy antiguos, solo doce era jóvenes), han muerto dese el año 2010 el 8.3%, y otro 10.7% adicional está en muy mal estado. "En el periodo 2008-2022 […] se observa además un aumento significativo de la cobertura representada por especies arbóreas de baja exigencia hídrica (sabinas y pinos piñoneros)", recoge el trabajo presentado por el CSIC.

Se mueren los alcornoques centenarios, que dependen del nivel freático de las aguas

La desaparición de las lagunas ha causado también estragos en algunas poblaciones vegetales. "Las especies flotantes han ido restringiendo su área a dos de las grandes lagunas (Dulce y Sopetón). Entre ellas destacan especies amenazadas, como Wolffia arrhiza [una planta acuática, lenteja de agua] o Ricciocarpos natans [un musgo]. También es muy importante la regresión de las especies del género Potamogeton [espiga de agua, dos de ellas], que se citaban en el parque nacional hace 20 años, hoy en día han desaparecido, mientras que [otras dos] aún están presentes, gracias a poblaciones marginales", según el CSIC.

La fauna también retrocede por la escasez de agua: Los anfibios "han perdido un gran número de sus lugares de reproducción, al acortarse el periodo de inundación de todos ellos, lo que afecta a las especies con un periodo larvario más largo, como el sapo de espuelas, que a menudo no pueden completar: La riqueza de especies de anfibios se ha reducido de una media de 4.3 especies por kilómetro cuadrado en 2003 a 2.5 especies por kilómetro cuadrado en 2021. En Doñana se conservan tortugas y dos especies de galápagos autóctonos de la península ibérica, incluidos en listas rojas europeas, "que hoy solo está presente en el 33% de las cuadrículas que ocupaba en los años 90".

Además, la pérdida de hábitats acuáticos ha tenido un "notable efecto" sobre la riqueza de especies de libélulas y caballitos del diablo (odonatos). "Este grupo es un excelente indicador del estado de conservación de los medios acuáticos debido a la diversidad de hábitats que las distintas especies requieren para su reproducción. Doñana estaba considerada como un punto de alta diversidad de odonatos al haberse descrito desde 1959 un total de 43 especies. En la última década solo se han detectado 26 especies, con tan solo doce especies observadas en 2022".

Los peces, según el CSIC, sufren también la falta de agua. Doñana conserva especies amenazadas, como la colmilleja, el salinete y la anguila. "Estas especies se encontraban tradicionalmente en los caños de la vera, que en los últimos años se secan en verano, por lo que han desaparecido. La desecación total de Santa Olalla en 2022 ha supuesto la muerte de las anguilas que quedaban en esa última laguna permanente".

Algunas propuestas de solución

"Para ser sostenibles económica, social y ambientalmente, las actividades humanas, también las económicas, necesitan de un medio ambiente predecible y bien conservado", reflexionó Revilla. El director de la Estación Biológica propuso en la reunión del Consejo varias ideas sobre las que construir el futuro del Parque Nacional.

Así, para el biólogo se deben "reducir de forma urgente la cantidad total de agua que se extrae del acuífero hasta unos niveles que permitan el inicio de su recuperación. Solo así su explotación podrá ser sostenible a corto, medio y largo plazo". También "realizar evaluaciones anuales de la disponibilidad de agua en el acuífero que permitan definir las cantidades máximas que se pueden extraer del mismo, en función de la recarga anual y de su estado de conservación. Mientras tanto, es necesario establecer restricciones al consumo de agua del acuífero".

Considera necesario además "actualizar el sistema de evaluación del estado del acuífero de Doñana ya que el actual es tan conservador que solo detecta el mal estado del mismo una vez se han producido daños permanentes sobre los sistemas naturales que dependen del mismo".

Por otra parte, para el director de la Estación Biológica se debe "restablecer de forma urgente la gobernanza en la explotación y gestión del agua y el suelo en Doñana y su comarca de manera que estén dentro de la legalidad vigente. Atender el desamparo en el que se encuentran los agricultores legales ante la incertidumbre creada por la proposición de ley, la pérdida de valor de marca de sus productos y la competencia desleal que hacen los productores ilegales y la incertidumbre de cara al futuro".

Por último, Revilla, reclama que se haga "un análisis socioeconómico que permita diseñar las políticas adecuadas para poder desarrollar una agricultura sostenible en la comarca dentro del actual escenario de cambio climático, que incluyan las medidas de reconversión del sector y de fomento de otros sectores que sean necesarias: Es necesario responder a los legítimos intereses y expectativas de la población de la comarca con incentivos para la diversificación de la actividad económica que incluyan la inversión en educación, y en una industria y unos servicios de valor añadido que sean sostenibles en los escenarios ambientales a los que nos vamos a enfrentar".

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