MADRID.- El Hindenburg, la famosa aeronave alemana que se incendió cuando realizaba un viaje en 1937, ya tiene sustituto. Se trata de El Airlander 10, la aeronave híbrida considerada la más grande del mundo, que ha volado esta semana por primera vez.

Sus 92 metros de longitud han despegado desde la pista de Cardington, en Reino Unido y ha estado en el aire alrededor de dos horas. La peculiaridad de esa nave es la forma en que funciona: está diseñado para usar menos combustible que un avión, puede llevar una carga más pesada que las aeronaves convencionales y puede permanecer durante dos semanas en vuelo, según su creador.

Este híbrido de aerostato, helicóptero y avión, a diferencia del hidrógeno que hizo estallar el Hindenburg, se alimenta de helio no inflamable, inerte y también de aire. Además cuenta con cuatro motores diésel.

"Es una gran innovación británica", ha dicho el director ejecutivo Stephen McGlennan. "Es una combinación de una aeronave que tiene partes de un avión de alas fijas, de helicóptero y de aerostato". El Airlander 10 tiene un peso total de 20.000 kg y una capacidad de carga hasta 10.000 kilos.

En un principio fue ideada para las fuerzas armadas estadounidenses, que planeaban usarlo en misiones de reconocimiento y vigilancia en Afganistas, sin embargo, el proyecto fue abandonado en 2013 y desde entonces, se ha especulado que podría tener diversos usos: búsqueda y rescate, patrullaje, turismo de lujo, servir como plataforma de WiFi para festivales o la investigación académica, según ha explicado el Jefe de Comunicación de la compañía. Chris Daniels.

El Airlander 10, valorado en 32 millones de dólares, es poco ruidoso y respetuoso con el medio ambiente y está diseñado para despegar y aterrizar en una corta distancia en todo tipo de terrenos, según sus diseñadores. Además, en 2020 verá la luz su hermano mayor, el Airlander 50.