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'The Lancet' se retracta de un estudio

El trabajo asociaba la administración de la vacuna triple vírica al autismo

AINHOA IRIBERRI

La prestigiosa revista médica The Lancet se retractó ayer de un estudio publicado en sus páginas en 1998, que ligaba la administración de la vacuna triple vírica (MMR) que protege del sarampión, las paperas y la rubeola con una alteración gastrointestinal y el autismo.

La decisión se tomó después de que la edición on line del British Medical Journal recogiera el lunes la declaración formal del Colegio General Médico Británico (GMC) pidiendo a la revista que se retractara, 'para que se deje de hablar del estudio como un trabajo científico'.

Con esta decisión parece finalizar una historia que, aún hoy, enfrenta a partidarios y detractores de Andrew Wakefield, el gastroenterólogo del Royal Free Hospital de Londres que firmó el estudio y que, según concluyó la semana pasada el propio GMC tras una investigación de más de dos años, actuó 'de forma deshonesta e irresponsable'.

La polémica surgió en 2004, cuando un periodista de The Times, Brian Deer, acusó a Wakefield de que los 12 niños participantes en el estudio no habían sido derivados, como Wakefield relataba, al Servicio de Gastroenterología, sino que habían sido seleccionados por los abogados de una pareja interesada en demandar a los fabricantes de la vacuna triple vírica. Además, explicaba el periodista, esos mismos letrados habrían contratado a Wakefield para probar sus teorías.

Aunque The Lancet negó que los niños fueran pacientes derivados realmente al autor del estudio, no tuvo más remedio que reconocer que la vinculación de Wakefield con los abogados debería haber sido declarada por éste, 'al representar un claro conflicto de interés'.

En paralelo a las dudas sobre la ética del autor del estudio, la ciencia fue desmontando la teoría que asociaba a esta vacuna con el autismo, lo que llevó a 10 de los 13 coautores del estudio a retractarse de la interpretación del mismo.

El revuelo del artículo del Times propició que el GMC abriera la investigación sobre el trabajo de Wakefield. En ella se ha demostrado que el médico no sólo tenía relación con demandantes de la vacuna sino que, además, sometió a los niños participantes a test innecesarios, según las guías clínicas del GMC.

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