Kate Winslet es una de las actrices más importantes de la industria del cine desde que se estrenase Titanic en 1997. En estos más de 25 años, la situación de las mujeres en Hollywood parece haber cambiado algo, especialmente gracias al movimiento #MeToo. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer para deconstruir esta imagen de mujeres perfectas, guapas, delgadas y felices, que actrices como Winslet se ven presionadas a cumplir de cara al público.

La promoción de la película Avatar: El sentido del agua, en la que la Winslet lleva inmersa semanas, ha dejado varios momentos estelares de la actriz británica. En una de sus últimas entrevistas, la intérprete ha sido clara: "Si pudiera volver atrás en el tiempo usaría mi voz de una manera completamente diferente. Les hubiera dicho a los periodistas: 'No te atrevas a tratarme así'".

Winslet es consciente del papel de las actrices a la hora de representar lo que es un cuerpo normativo. Por eso, siempre que tiene oportunidad recalca la necesidad de no juzgar el cuerpo de ninguna mujer. La actriz ha señalado que, "cuando una mujer está en la alfombra roja y se ve espectacular con lo que está vistiendo", determinados comentarios irresponsables "alimentan las aspiraciones de las jóvenes hacia ideas de perfección que no existen". 

Con la perspectiva de los años, Winslet ha calificado muchos comentarios de la prensa de "bullying", incluso rozando "lo abusivo". La interprete remarca lo complejo de convivir con un cuerpo cuando eres una mujer joven constantemente presionada a cumplir con una imagen perfecta. "Mi cuerpo está cambiando. Estoy intentando comprender, soy muy insegura y estoy aterrada. No hagas esto algo más difícil de lo que ya es". 

En la misma entrevista, Winslet habla en primera persona de las vejaciones que sufrió tras el estreno de Titanic en relación a su cuerpo. "Por lo visto yo estaba demasiado gorda ¿Por qué fueron tan malos conmigo?", ha declarado en el podcast Happy, Sad, Confused. 

La actriz de The Holiday o Sentido y Sensibilidad se expresa con su característica cercanía y humor. "Solo es una noche en la que estamos metidas en ese maldito vestido. Y créeme, me lo quito nada más llegar al coche para ir a casa, ponerme el pijama, comer patatas fritas y tirarme pedos ¡Eso es lo que hacemos!".