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Maruja en las nubes

La escritora gana el Nadal con la novela 'Esperando en el cielo' y Gaspar Hernández el Premi Josep Pla

LIDIA PENELO

'Si quieres escribir, huye del éxito fácil, no confíes en los halagos de la gente sin criterio, sé humilde, sé paciente, sé perseverante', escribió Maruja Torres (Barcelona, 1943) en Mientras Vivimos, novela con la que ganó el Premio Planeta en el año 2000. Todo una puesta en limpio de un principio que podría resumirse en algo así: huye del éxito fácil como sea. Ayer por la noche con Esperando en el cielo conquistó el Premio Nadal, el más antiguo de las letras hispanas con 65 años y una dotación de 18.000 euros.

La mujer que afirmó que presentarse al Premio Planeta fue 'como ir a un concurso de belleza', eclipsó la velada, y el finalista del galardón Rubén Abella (Valladolid, 1967), premiado por El libro del amor esquivo, interpretó a la perfección el papel del finalista cándido. Por su parte, el periodista Gaspar Hernández (La Garrotxa, 1971) fue el ganador del Premi Josep Pla, de prosa en lengua catalana.

Recordamos aquellas palabras suyas: 'Sólo por la belleza del regreso se explica la existencia de un sentimiento tan desinteresado como la nostalgia', que aclaran el hecho de que Esperando en el cielo coquetee con la autobiografía y la ciencia ficción. Narrada en primera persona, la novela cuenta la historia de una mujer que termina reuniéndose en el más allá con dos de sus amigos acá, Terenci y Manuel.

¿Moix y Vázquez Montalbán? Juntos los tres hablan, comentan y revisan los escenarios de su educación, 100% cosmopolita de la buena: desde las calles del barrio del Raval de la posguerra, al parque del Retiro, pasando por Beirut.

'No todo el mundo nace para hacer catedrales. Algunos hacemos mesas', argumentó la reportera de guerra en una entrevista, en referencia a las maneras de Ken Follett. Acostumbrada a beber de su memoria, 'ganarlo todo a pulso y trabajar mucho', Maruja disfruta de una cosecha dorada.

Amante de la guerra y de la polémica, en 2005 no tuvo reparos en llamar 'hijos de puta' a los votantes del PP; tampoco al recomendar que a Esperanza Aguirre deberían 'sedarla en el hospital de Leganés'; ni mucho menos cuando comparó a los políticos israelíes con los nazis. Antisionista declarada, el último revuelo de esta 'mujer en guerra' fue en la Expo de Zaragoza. Habló de sus fórmulas para ahorrar agua: 'Si hago un pis cargado por la mañana no tiro de la cadena, espero varias horas con la ventana abierta'. 'No me ducho cada día, no soy tan guarra como para necesitarlo. Yo me hago abluciones'.

La continencia verbal no es uno de los fuertes de la ganadora del Premio Nadal 2009, pero sí lo es de la protagonista de la obra ganadora del Premi Pla. El silenci de Gaspar Hernández, sucede en Formentera y el personaje principal es una japonesa que padece un cáncer y confía en la paz silenciosa de un monasterio zen para paliar la enfermedad.

Los tres premiados se llevaron todas las atenciones de la noche de los Nadal, aunque hubo un homenajeado que estuvo presente en el recuerdo de todos los asistentes en el salón del Hotel Avenida Palace: Francisco Casavella, ganador del Nadal en la edición anterior y fallecido el pasado 17 de diciembre.

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