Entrevista a Paco Pastor, de Fórmula V"El franquismo prohibió en la radio 'En la fiesta de Blas' porque pensaba que iba por Blas Piñar"
Jose Carmona
Madrid-Actualizado a
Paco Pastor (1949) fue vocalista de Fórmula V, la banda que conquistó al público joven español los últimos años de la dictadura. Pastor es uno de los mitos del pop nacional y aún hay canciones entonadas por él que siguen siendo vigentes. Cuéntame es el mejor de los ejemplos, pero Eva María o En la fiesta de Blas han quedado grabadas con letras de oro en la memoria nacional.
Giras mundiales, un éxito sin precedentes en España y una trayectoria fugaz. Ahora, participa en el disco Todos juntos por el rock en el que regraba alguno de sus grandes éxitos. Toda oportunidad es buena para charlar con él.
¿Era más díficil triunfar en la música en su época o lo es ahora?
Antes teníamos una ventaja, que solo había una televisión, pocas emisoras y pocos medios. Si tenías la suerte de colarte ahí te hacías muy popular. Si salías en la tele, al día siguiente era como si hubieras salido en las etiquetas de anís del mono [Risas]. Te conocía todo el mundo. Ahora se ha democratizado más e incluso hay artistas que no editan discos y solo suben sus canciones a redes sociales. Está todo mucho más atomizado y es más complicado ser popular en todas las franjas de edad. Yo creo que es más complicado ahora.
Ahora, en tu casa con una habitación más o menos acondicionada y un poco de conocimiento técnico te haces grabaciones extraordinarias. Nuestro primer disco lo grabamos en Milán, que por cierto fue un desastre, pero luego el resto lo grabamos en los estudios de Philips en Avenida de América. Antes era todo más manual y obrero, lo tenías que trabajar más. Para empalmar dos pistas tenías que cortar la cinta y ahora es un corta-pega en ordenador.
Los comienzos antes y ahora son muy diferentes. Su primer disco lo graban en Milán y ahora quien empieza se graba en su habitación.
"Nos daban muchos palos por ser música comercial, estábamos hasta los huevos"
Cuando empezamos fue de una manera muy pretenciosa, con Mi día de suerte es hoy grabada en Milán con la filarmónica de la ciudad. Luego llegaron Pablo Herreros y Jose Luis Armenteros [compositore de las canciones que les llevaron al éxito] a poner orden. Yo tenía 17 años cuando empezamos, éramos unos críos y nos comportábamos como tal. Ellos encontraron el tipo de canción que nos iba: desenfadada y divertida. Si me tuviera que comparar, sería con The Monkeys.
Su amor por The Beatles le llevó a montar una banda. ¿Ha llegado a conocer a alguno de ellos?
No, los he visto en directo en Las Ventas cuando vinieron a España y siempre que Paul McCartney ha venido a Madrid le he visto. Al único que he conocido fue a un artista que The Beatles adoraban: Harry Nilsson. Coincidí con él en una ocasión y me enrollé como las persianas [Risas] porque me conocía todo lo que había hecho. Le di una vara al pobre… Luego he tenido la ocasión de conocer a Billy Joel, que su obra me parece una maravilla.
¿Qué tal les trataba la crítica musical?
Se nos criticaba mucho pero después de 55 años canciones como Cuéntame, La fiesta de Blas o Eva María son canciones que han trascendido. Sigo haciendo conciertos y vamos mucho a Sudamérica y me asombro de que vengan tres generaciones: los de mi edad, sus hijos y sus nietos. Y todos conocen las canciones. Nos daban muchos palos por ser música comercial, pero dices: ¿Entonces para qué escribes un libro o cantas? Si lo haces para ti, entonces no lo publiques, pero si lo haces para los demás, quieres que vaya bien.
¿Hay alguna canción de la que se aburra después de tantos años cantándola?
Pues Eva María la he cantado imagínate de veces [Risas]. Creo que un artista jamás puede renunciar al éxito de una canción aunque no le guste y esté aburrido de cantarla. Pasa mucho, pero no lo entiendo. Es renunciar a lo que realmente ha gustado a la gente y eres tú el artífice. Pasa mucho y no lo entiendo. Nosotros abrimos los conciertos con Cuéntame y cerramos con Eva María. No hay ninguna canción de las populares que falte en nuestros conciertos. Al final es un baño de ego, me encanta tocarlas.
Hay una anécdota increíble de un viaje a Cuba en la que les pedían una canción que ni se acordaban de ella...
Con el primer disco nos comimos un colín, pero tenía una Cara B que se llamaba Vuelve a casa, una adaptación de The Dave Clark Five. Nosotros publicamos esa canción en los 60, pero en 1992 viajamos a Cuba y mientras nos llevaban en coche al hotel nos dice el conductor: "¡Oye, vais a cantar La Carta?". Y en el hotel otra vez. Estaba convencido de que se confundían de grupo y de canción. Ya en el desayuno le cuento a un músico cubano que nos piden una canción todo el rato y él se sorprendió y me dijo "¡Pero cómo!" y la cantó y ya supe que se referían a Vuelve a casa. Nunca la habíamos hecho en directo, pero era famosa porque era la canción de cabecera de un programa de radio. Esa vez actuamos frente a 100.000 personas en el Malecón. La empezamos a tocar y la cantó el público entera, se me saltaban las lágrimas. El repertorio en América Latina es totalmente distinto, nos tienen como un grupo romántico.
Y antes, el franquismo les quiso censurar 'En la fiesta de Blas' porque decían que era una broma contra Blas Piñar. ¿Eso es un mito o es cierto?
"Ni nuestra música ni nuestra popularidad interesaba al régimen"
Es real. No nos lo dijeron así, eran mucho más sibilinos. La canción nos la prohibieron en Radio Nacional, la metieron en la lista negra porque pensaban que iba por Blas Piñar [notario y dirigente del franquismo que fundó el partido ultraderechista Fuerza Nueva]. Era la única emisora junto a Radio Peninsular que tenía cobertura nacional y sonaba en todos lados. La prohibieron porque Blas Piñar era líder de Fuerza Nueva y al decir "todo el mundo salía con unas cuantas copas de más" no gustó. Pero Herreros y Armenteros pusieron Blas como podían poner Tomás. Ahora que digo esto, por ejemplo, sí hubo otras canciones en las que hicimos cambios. Eva María era la mujer del teclista. La canción se iba a llamar Ana María, pero se acaban de casar y como regalo de bodas le cambiamos el nombre [Risas].
¿Notaron alguna vez que el régimen intentaba aprovecharse de ustedes?
En aquella época, así como Lola Flores u otros eran invitados a las fiestas del Caudillo (a ver quién se negaba), nosotros éramos demasiado pachangueros para los oídos de aquella gente y jamás tuvimos relación. No nos utilizaron en ningún sentido. Ni nuestra música ni nuestra popularidad interesaba al régimen. En aquella época arrastrábamos a la gente muy joven, y la gente joven no interesaba, lo que interesaba eran los de 40 para arriba. Pasaron ampliamente de nosotros, lo cual me parece muy bien [Risas].
¿Por qué lo dejaron? ¿Agotamiento? ¿Tensión entre ustedes?
Es normal. Estuvimos 8 años y fueron de convivencia absoluta. Girábamos y hacíamos unos 100 conciertos al año. Teniendo en cuenta las carreteras de entonces. Era estar continuamente de viaje. A Latinoamérica ibamos dos veces al año. Quieras que no, surgen roces, cada uno tira por su lado… Además, la crítica nos atizaba constantemente. Cuando sacamos Tras de ti (en 1970) ya estaba el rollo underground de Pink Floyd y nosotros no gustábamos. Así que estábamos hasta los huevos. Decidimos que se acababa en Caracas. Fui yo quien dio el primer paso. La compañía de discos, el manager y demás lo recibieron fatal. Y dentro de grupo hubo un par que lo llevaron mal, pero los demás lo entendieron porque también estaban hartos.
¿Con los años se recuperó la relación?
Hoy en día está todo muy bien. Incluso me he ido de viaje en autocaravanas con alguno; he comido hace poco con Tony y Chapete; Mariano se ha vuelto a unir a las últimas giras… A excepción de Quino, que le tengo más perdido (aunque hace poco nos vimos en un acto), la relación con el resto es prácticamente diaria.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.