Este artículo se publicó hace 13 años.
"Es una pena que se lleven la Semana Negra de Gijon"
Los ciudadanos expresan su tristeza por el posible traslado del festival tras los desaires de la nueva administración de la ciudad
"Sería una pena que desapareciera la Semana Negra. Mi sobrino hasta viene desde Valladolid todos los años, y nosotros no nos lo perdemos". Taqui está sentada junto a su marido en la carpa A Quemarropa. Ambos esperan a que comience la charla de Steve Redwood y Elia Barceló, autores de ciencia-ficción, género al que la SN presta especial interés durante los primeros días. "Algunos hablan de que si el festival es ruidoso, pero depende de dónde te metes. Están las casetas y también las charlas de los escritores", continúa Taqui.
La polémica sobre la posible desaparición del festival de Gijón debido a los roces entre la nueva administración de Gijón -de Foro Asturias- y los organizadores de la SN está en boca de todos. El viernes, día de su inauguración, no acudió ningún miembro del nuevo Gobierno. Curiosamente sí lo hizo el expresidente autonómico Vicente Álvarez Areces (PSOE), uno de los fundadores de la SN que ha dado su apoyo durante los 24 años que ya dura el encuentro.
Las vallas que por primera vez rodean el recinto, y que fueron colocadas por orden del rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Miguel Gotor, ofrecen, además, un aspecto de campo de concentración peligroso. Un preservativo que costó 70.000 euros. Entre las casetas también se ve al nutrido grupo de agentes de seguridad privada contratados por el rector. "Es mejor prevenir, que curar", dijo Gotor en alusión a estas medidas. Ante estas palabras, los organizadores ya barajan otros lugares como Avilés.
"No entiendo por qué lo lúdico se convierte en peligroso. La palabra placer nos provoca miedo. Desde luego, sería una pena que el proyecto se tirara por la borda", afirma Fritz Glöckner, librero que lleva veinte años acudiendo a la Semana Negra. "La tradición de este festival es muy importante para la ciudad. Ahora es el momento en el que el ciudadano debe expresarse, porque aquí viene gente de toda Asturias", añade Glöckner.
Precisamente, desde Llanera acudió ayer Beatriz González junto a dos amigos para escuchar a Laura Gallego. La escritora de Memorias de Idhun se convirtió en una de las principales atracciones y la fila de personas que se creó para lograr su firma fue una de las más largas que se recuerdan en la SN. "Nosotros venimos por los libros. Si la ponen en otro sitio, en principio, nos da igual, pero es una pena", insistió González.
Para los ovetenses Luis y Bernardo también "sería una pena". Ambos son lectores asiduos de novela negra y cómic y suelen acercarse al festival para hacer acopio de un buen número de novedades. "Quizá echamos un poco en falta más casetas de libros, que este año parece que hay menos, pero de ahí a que desaparezca... No estaría bien", apunta Luis.
La Semana Negra no ha hecho más que empezar, pero en el aire ya hay una extraña sensación de pérdida.
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