Receta de ‘pasta alla gricia’: una carbonara ‘fast food’
Se trata de una pasta muy simple en cuanto a su elaboración, típica de la región del Lacio, por lo que no pueden faltar el típico queso pecorino romano y la pimienta negra.

La pasta alla gricia está considerada como una especie de eslabón perdido entre distintos platos italianos. Sería algo así como una línea evolutiva entre el cacio e pepe (pasta con salsa de queso y pimienta) y la amatriciana (que lleva cerdo), además de compartir ingredientes y espíritu con la carbonara.
Se trata de una pasta muy simple en cuanto a su elaboración, típica de la región del Lacio, por lo que no pueden faltar el típico queso pecorino romano y la pimienta negra. Al igual que en la carbonara, se utiliza guanciale (embutido elaborado con la papada del cerdo) y se prepara, en su versión blanca, únicamente con queso y el caldo de la pasta.
La única dificultad reside en ligar bien la salsa. Por eso, nunca te excedas con la cantidad de líquido: trabaja la mezcla poco a poco, removiendo y añadiendo más queso, ya fuera del fuego, hasta que adquiera la textura adecuada. Si quieres un truco para intensificar el sabor, cuece la pasta en caldo de pollo o de carne en lugar de agua.
Ingredientes (2 personas):
200 g de pasta seca (rigatoni o spaghetti)
100 g de guanciale (papada curada de cerdo; si no hay, panceta curada, aunque cambia el sabor)
50 g de queso pecorino romano rallado fino
Sal (solo para el agua de cocción, con cuidado porque el guanciale y el pecorino ya son salados)
Pimienta negra recién molida (abundante)
Prepara el embutido:
Corta el guanciale en tiras de unos 5 mm de grosor.
Pon una sartén fría (sin aceite) y añade el guanciale.
Cocínalo a fuego medio-bajo hasta que se vuelva dorado y crujiente, y suelte su grasa.
Retira parte de la grasa si queda demasiado (deja unas 2 cucharadas).
Hierve la pasta en agua con poca sal o caldo. Si hay menos agua, se concentrará mejor el almidón y te ayudará a ligar la salsa.
Cuécela al dente y reserva una taza del agua de cocción.
Mezcla todo:
Pasa la pasta escurrida a la sartén con el guanciale y un poco de su grasa.
Añade unas cucharadas del agua de cocción caliente y saltea para emulsionar.
Apaga el fuego.
Incorpora el pecorino rallado y un poco más de agua de cocción para formar una salsa cremosa.
Mezcla rápido para evitar que el queso se engome.
Termina con pimienta negra generosa al gusto.
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