Con la cena de Fin de Año o la comida de Año Nuevo ya casi encima, este es un buen momento para rebuscar en el recetario algunas ideas de aperitivos que sean sencillos a la par de deliciosos. Inventos culinarios que sin demasiado esfuerzo nos ofrezcan un resultado excepcional en la mesa si tenemos múltiples invitados.  

El paté de champiñones y nueces es perfecto para estos días. Económico y muy sencillo de preparar, en apenas media hora tendrás un exquisito paté que puedes servir con tostadas o crudités (como palitos de zanahoria o apio).

En cuanto a las setas, puedes utilizar tanto la variante de portobello como la de champiñón blanco. Básicamente, se sofríen los hongos junto a cebolla y ajo y con especias al gusto. Se le añaden los frutos secos y, luego, puedes sacarlo con una textura más rústica (machacado solo con un tenedor), o pasarlo por algún triturador para conseguir un resultado más fino y sedoso.

Prepara la base:

Si no están tostadas, tuesta las nueces en una sartén seca a fuego medio durante 2-3 minutos, moviéndolas para evitar que se quemen. Reserva.

Calienta un chorro de aceite de oliva en una sartén a fuego medio.

Agrega la cebolla y saltea hasta que esté transparente, aproximadamente 5 minutos.

Incorpora el ajo y cocina por 1 minuto más. Cocina a fuego lento hasta que se poche.

Añade los champiñones picados y cocina hasta que estén tiernos y suelten su jugo, aproximadamente 8-10 minutos. Sazona con sal, pimienta y hierbas.

Añade un vasito (unos 30 ml.) de vino blanco seco. Espera a que se evapore el alcohol.

Agrega los frutos secos y remueve. Añade a su vez la mantequilla para dar textura y sabor.

Introduce el queso crema y remueve.

Tritura el paté de champiñones:

En un procesador de alimentos, introduce la mezcla de champiñones y nueces tostadas.

Procesa hasta obtener una textura cremosa o ligeramente granulada. Si el paté está demasiado espeso, puedes añadir un chorrito de agua o aceite de oliva.

Prueba y ajusta el sabor, la sal y las especias, si fuera necesario.

Enfría y sirve:

Transfiere el paté a un recipiente hermético y refrigera durante al menos 1 hora para que los sabores se integren.

Sirve frío o a temperatura ambiente con pan, tostadas, o vegetales frescos.