Este artículo se publicó hace 16 años.
Los ritmos angoleños del kuduro se cargan el caribeño reaggeton
En el segundo día del Sónar se confirma el reinado del ‘dubstep'
Remontada. En la segunda jornada, Sónar recuperó el pulso y disfrutamos del nivel habitual de intensidad sonora. La noche arrancó con Yelle, nueva diva francesa del pop electrónico. Sus canciones no son nada del otro mundo, pero ella sabe exponerlas con la rotundidad y sencillez que usaba Madonna en sus comienzos.
Nada más terminar nos encontramos en el escenario grande con unos Madness más enérgicos que el año pasado en Bénicassim. Les siguió Diplo con su receta habitual: hip hop callejero, funk de las favelas, el Drain You de Nirvana y un amago del Smack my bitch up de Prodigy que revolucionó la pista.
Mientras Diplo reinaba en el escenario grande, los oídos más inquietos disfrutaban con Shackleton y Flyng Lotus. El dubstep y sus derivados sigue siendo la delicatessen más sustanciosa de 2008. El primero convenció a los fieles con estructuras retorcidas y guarnición de cantos árabes. El segundo se puso frenético y ecléctico pinchando rágafas de ritmos dispares, de Aphex Twin a Burial y del drum'n'bass a Palomitas de maíz.
En ese mismo escenario, con una hora de retraso, llegó el show más caliente de la noche: Buraka Som Sistema ofreció un pase altamente inflamable. sistimos al desembarco en España del kuduro, ritmo festivo de origen angoleño infectado a Europa vía Portugal. Dos mc's, una vibrante vocalista y una brutal sección rítmica se encajaron a la perfección durante más de una hora. Acabaron por todo lo alto y dejándonos con ganas de más. Su show se ganó en chicha y picante a cualquier estrella del reggaetón que haya tocado en España. El Caribe tendrá que ponerse las pilas.
Justice vale para todoHubo sorpresa cuando pasamos por el maratón de Minus:
cuatro horas de artistas del sello dándose relevos bajo atenta supervisión del jefe Richie Hawtin. No esperábamos que entre tanto minimal pudieran encajar una ráfaga del Yeké Yeké de Mory Kanté . Lo que tampoco era previsible es que el grupo de moda en el planeta fashion, Hercules & Love Affair, tuviera tan escaso voltaje.
El Sónar noche de este año también destacó por una alta asistencia. La mayor concentración humana se dio en los franceses Justice, ritmos simples y eficaces, toda una garantía de fiesta para cualquier festival, ya sea electrónico o rockero.
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