Este artículo se publicó hace 2 años.
'Roar', la lucha en clave de fábula de la mujer frente a la invisibilización
Apple TV+ estrenó el pasado viernes esta antología 'seriéfila' que destila feminismo del primer al último episodio.
María José Arias
Madrid-Actualizado a
Ocho relatos cortos convertidos en capítulos de unos 30 minutos de duración y con el feminismo como hilo conductor conforman Roar, una antología tan inquietante por momentos como liberadora en sus desenlaces que llegó el pasado viernes a Apple TV+. Delante de la cámara, actrices de la talla de Nicole Kidman, Merritt Wever, Cynthia Erivo y Alison Brie dan cuerpo y forma a las historias escritas por Cecelia Ahern y adaptadas por Liz Flahive y Carly Mensch.
Roar es muchas cosas a la vez y por eso resulta complicado compararla con cualquier otro título o encasillarla bajo una sola etiqueta. Es cosas que se han visto y que ya se han contado. Sin embargo, ese prisma de realismo mágico desde el que se abordan sus historias convierte su visionado en una experiencia tan diferente como enriquecedora. En unos capítulos la apuesta funciona mejor que en otros, pero en todos aporta un toque de frescura y diferencia que le otorgan un valor añadido en el prolífico panorama seriéfilo.
Crítica, real, rara, inquietante, divertida e incómoda (a veces). Cualquiera de estos términos sirven, por separado y juntos, para definir algunos de los mejores capítulos de Roar. Centrados todos en las distintas formas existentes de invisibilizar a la mujer, de ningunearla, de hacerla de menos y de arrinconarla, uno de sus grandes aciertos es el buen sabor de boca que deja, ese mensaje de 'sí se puede' y de que no es necesario un príncipe a caballo al rescate. Mujeres independientes y autosuficientes que, en sus peores momentos, logran plantar cara al machismo y reivindicarse. La riqueza de Roar reside en su planteamiento un tanto rocambolesco, en sus interpretaciones y en el viaje, que lo mismo sigue el camino del terror psicológico que se marca una comedia negra o un thriller.
Así, por ejemplo, la lectura que puede hacerse de The Woman Who Disappeared es que la trama propuesta es la de una mujer invisibilizada por su condición de mujer, pero también por ser afroamericana y escritora. Porque en una sala de guionistas y productores, la voz de la autora deja de ser escuchada. Su punto de vista no importa y, por mucho que grite, nadie le va a hacer caso. ¿O sí? Ella es Issa Rae y es la protagonista del primer episodio. En realidad pueden verse en el orden que cada uno quiera, pero la plataforma de acceso para los periodistas le otorgó el número uno y lo cierto es que funciona como una puerta de entrada perfecta. Resulta chocante, algo perturbador y prepara al espectador para todo lo que vendrá después.
Los dos más inquietantes quizá sean The Woman Who Ate Photographs, con Nicole Kidman devorando fotografías para revivir recuerdos y luchando con el hecho de que su madre está perdiendo la memoria, y The Woman Who Was Fed By A Duck, en el que una maravillosa Merritt Wever se convierte en una opositora aislada por sus estudios que cae en las garras de una relación abusiva con un pato. Sí, con un pato.
Más que inquietante, The Woman Who Found Bite Marks on Her Skin es terrorífico, porque convierte en heridas físicas, en mordiscos, las consecuencias del estrés, de una conciliación vampírica y de un sentimiento de culpa que muchas mujeres viven en carne propia cuando se reincorporan a la vida laboral tras ser madres. Quien sufre todo ese dolor y toda esa presión es Cynthia Erivo. La apariencia y cómo se juzga a una mujer en base a ella tienen mucho que decir en The Girl Who Loved Horses y The Woman Who Was Kept on a Shelf. En el primero, porque Kara Hayward, en un capítulo con estética de western, debe vestirse de hombre para ser tomada en serio y llevar a cabo la venganza que no le permitirían como mujer. En el segundo, porque Betty Gilpin es convertida en una mujer florero, casi literalmente, por su esposo.
Para cerrar este repaso sobre cuáles son los episodios que componen Roar, qué cuentan y qué se puede esperar de ellos, quedan los dos más divertidos, con mucho de humor negro e ironía a repartir. El más divertido de todos es, sin duda, The Woman Who Solved Her Own Murder. El personaje de Alison Brie aparece muerto y dos detectives que destilan machismo en cada frase y gesto son los encargados de resolver su asesinato. Pero su egocentrismo y sus prejuicios no les dejan. Así que ella, como un fantasma con una deuda pendiente, tendrá que encargarse de dar con quien la mató. Y luego está The Woman Who Returned Her Husband, protagonizado por Meera Syal como una señora de 60 años que se ha cansado de su aburrido marido y de su matrimonio rutinario y decide devolverlo a la tienda en busca de nuevas experiencias. Un capítulo que destila amor y ternura. El más amable de todos.
Los ocho capítulos de Roar funcionan a la perfección como historias independientes y autoconclusivas, aunque ver todos ofrece una visión más completa de ese mundo tan real que dibuja (pese a sus toques fuera de lugar merced a destellos de ciencia ficción) y de cómo el machismo de todo tamaño y condición contribuye a invisibilizar a la mujer. Y, lo más importante, no se queda en eso, sino que tiene un mensaje que dar y lo hace de una manera directa y eficaz.
Además de las protagonistas principales del relato, el reparto cuenta con pequeñas y grandes sorpresas como las apariciones de Daniel Dae Kim, Hugh Dancy, Judy Davis y Alfred Molina. Y junto a ellos figuran los nombres de Jake Johnson, Jason Mantzoukas, Chris Lowell, Ego Nwodim, Griffin Matthews, Peter Facinelli, Simon Baker, Jillian Bell, Bernard White, Justin Kirk y muchos más.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.