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Servicio a domicilio

Las reuniones de ‘tuppersex' se imponen como uno de los métodos divulgativos que más triunfan entre las mujeres

ISABEL REPISO

Quien piense que un tuppersex sólo sirve para vender juguetes sexuales se equivoca. 'Más que el producto, importa el mensaje: transmitir que la sexualidad es dinámica y asumirla con humor', explica Dina Hornezke, fundadora de La Maleta Roja. Estas reuniones sirven para poner en común experiencias, despejar dudas y pasarlo bien. Tanto es así que algunos sex shops las han integrado en su oferta comercial.

A partir de 200 euros, Los Placeres de Lola (Doctor Fourquet, 34/Madrid) organiza encuentros en los que participan una especialista en sexologíay una psicóloga.Ana Pérez, coordinadora de tuppersex de este sex shop, apunta a los fetiches más demandados. 'Lo más vendido son las bolas chinas y, si hablamos de cosmética sensorial, los aceites comestibles'. Desde que hace año y medio albergaran la primera sesión, la demanda ha ido creciendo sin cesar. 'Al principio, empezamos con ocho encuentros al mes y durante el mes de febrero, ya llevamos 20', lo que supone un incremento del 150%
en los pedidos.

Pero ¿quién los solicita? La mayoría de las consumidoras de tuppersex son mujeres. 'Los grupos mixtos son una rareza y normalmente ellas prefieren estar solas', apunta Pérez. Aunque los grupos no responden a una media de edad determinada. 'Algunas veces son asociaciones; otras, chicas que se reúnen para celebrar una despedida de soltera y otras, grupos de amigas que llevan a sus hijas adolescentes'.

Reacciones variadas

Las reacciones a estos encuentros son variopintas, aunque 'la respuesta más extendida es la risa'. En estos encuentros, el conjunto de las participantes suele dejar unos 600 euros, según Pérez y los grupos pueden ir de cinco a veinte personas. Normalmente la sesión se celebra en la casa de la anfitriona o de quien lo organiza, aunque Los Placeres también ofrece la posibilidad de hacerlo en el propio sex shop.

Dina Hornezke empezó a tantear el asesoramiento en este campo hace tres años y en febrero de 2006 creó La Maleta Roja, un bazar erótico on-line que también realiza tuppersex. 'La sexualidad y el erotismo es fundamentalmente comunicación. Y al mismo tiempo, vivimos en una sociedad muy amiga de las apariencias y el consumismo, que genera muchas inseguridades', critica. 'Las mujeres se proyectan cada vez más masculinas en imagen y en su forma de consumir. El objetivo de nuestros tuppersex es que la mujer asuma su responsabilidad sexual y que no obvie los problemas con su pareja', puntualiza.

El gancho de estas reuniones es tal que hasta MTV lo usó de cebo en su campaña de comunicación para presentar su nuevo reality, La gran duda de Tila Tequila, en el que una chica bisexual deberá elegir pareja entre 16 lesbianas y otros tantos hombres heterosexuales.

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