El enrevesado libreto de la Liga ha emparejado en el último capítulo a dos equipos que se juegan la vida, Valladolid y Málaga, con los dos poderosos que se ventilan el título, Barça y Madrid, respectivamente. Para enredar más la madeja, otros tres clubes, Racing, Tenerife y Xerez, luchan por la salvación y, por tanto, hay que contar con ellos para echar cuentas. Sólo los pucelanos tienen el futuro en su mano, pero, otra retorcida paradoja, su partido en el Camp Nou es, teóricamente, el más difícil.

Las matemáticas condenan al Xerez, último con tres puntos menos que los otros cuatro, pero las simpatías generales le inyectan una dosis extra de ánimo. 'Es el partido más importante de mi carrera', reconoce Gorosito, entrenador argentino artífice de la inesperada y meritoria resurrección del club andaluz. Hoy juega en Pamplona, donde Camacho, su colega de Osasuna, no parece proclive a la benevolencia: 'Tienen que tener su ilusión, pero no dependen de ellos en ningún momento. Primero, creo que no nos van a ganar; y, después, tendrán que ver lo que pasa en otros campos'.

Uno de esos estadios de referencia es Mestalla, donde el Tenerife se bate el cobre ante el Valencia, que nada se juega ya. 'Es cuestión de fe, yo la tengo y espero que el equipo salga igual de seguro al campo pensando que nos vamos a salvar', arenga Oltra, técnico chicharrero, a los suyos.

Donde no hacen falta discursos grandilocuentes es en Santander. El Racing cuenta con los tres puntos. Hasta el presidente del Gobierno de Cantabria se los ha pedido por carta al Sporting y en Gijón se deja querer. Preciado, técnico rojiblanco y cántabro, niega el pacto, pero anuncia una alineación plagada de suplentes. 'Hay muchos jugadores que están fundidos, ahora es el momento de darles descanso', argumenta.