A los británicos les gusta decir que la Premier requiere un complicado proceso de adaptación a los jugadores extranjeros. Será por eso que no salen de su asombro al comprobar que el Kun Agüero necesitó sólo 30 minutos en su estreno para poner sus credenciales sobre el campo. Hizo dos goles, regaló otro y dio tal muestra de desparpajo que parecía que acababa de llegar del aeropuerto.

En la segunda jornada, Agüero volvió a dejar su sello. Se movió con facilidad, marcó un gol anulado por una discutible falta anterior y se asoció con frecuencia con David Silva. Su movilidad le convierte en un complemento perfecto del canario y de Dzeko, un delantero más de área.

El Manchester City ganó su segundo partido consecutivo –2-3 en el campo del Bolton con un gol de Silva– para confirmar que puede ser el gran rival de sus vecinos del Manchester United en la lucha por el título.

Sólo el Chelsea, que acaba de cerrar el fichaje de Juan Mata, podría estar cerca de la pelea. Liverpool, Arsenal y Tottenham forman el grupo que se disputará la cuarta plaza de la Liga.

El único problema del City es acomodar en el campo a tanto fichaje de ataque. Ayer dejó de inicio a Tévez y Balotelli en el banquillo. El argentino dijo en junio que no iba a volver a Manchester “ni de vacaciones”, pero sus agentes no han encontrado a nadie que pague para sacarlo del frío del centro de Inglaterra.

Puede que al Kun le dé igual jugar en España o Inglaterra, pero eso no vale para todos. David de Gea se enfrenta el lunes en el partido ante el Tottenham a una prueba que la prensa ha pintado de tonos dramáticos.

Tras sus dos errores en la Charity Shield y la primera jornada, da la impresión de que no puede permitirse más descuidos. El que no pierde la calma es su entrenador. Ferguson no va a aplicar sobre el joven portero más presión de la necesaria.

Tampoco parece preocupado por el hecho de que en las jugadas a balón parado los contrarios vayan al choque contra él: “Recuerdo que Schmeichel chillaba como un cerdo pidiendo más protección (del árbitro) cuando llegó y jugamos contra el Wimbledon”.

El danés recibió golpes por todos los lados hasta que se acostumbró y culminó una memorable carrera de ocho temporadas en Old Trafford.

Los árbitros no protegen mucho a los porteros en la Premier. Por eso, el portugués Heurelho Gomes, del Tottenham, dijo que “el fútbol inglés es para la gente con cojones” (sic). Además de ese ingrediente, De Gea no debería incurrir en los errores de concentración que se apreciaron en los dos partidos anteriores.