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¿Jugadores mercenarios?

El Atlético cae derrotado en el Calderón y eliminado de la Copa con un gol del Albacete a los 24 segundos de partido. Las decisiones de Manzano fueron de una crueldad insana y sus jugadores se portaron como tarugos

ALFREDO VARONA

Hay algo más importante que la lógica: la imaginación. A veces, puede ser tan entretenida como para liquidar al Atlético de la Copa. Lo hizo el Albacete, un equipo inteligente que abandonó el miedo en la carretera. Jugó con libertad y madurez. Tuvo hasta suerte lo que le hizo imbatible. Marcó a los 24 segundos y luego enseñó un puñado de buenos futbolistas.

Frente a esa marca, el Atlético recurrió a Asenjo para no retirarse al descanso con 0-2. El portero lo pasó mal ante Víctor Curto, un delantero de clase obrera que pareció un tiburón. Toda su carrera ha viajado en mercancías: Girona, Alcoyano, Tarrasa o Gavá. Tiene 29 años y anoche fue mejor que Adrián o Falcao, delanteros sin suspense.El placer del Atlético, como el de los cómicos, está en el error. Ha encontrado una adicción infinita, así que no es fácil tomarle en serio. Su cerebro es como una miga de pan. El amor propio, con el que resolvió la primera parte, fue insuficiente. Sólo procuró ocasiones de sabor rancio. Pero los destinatarios las devolvieron rápido a su sitio. Godín fue uno de ellos, y lo que hay que reprocharle es que estuviese allí. En el área rival no debería presentarse nunca, porque allí es una víctima. Falcao es otro caso. Ahora mismo, está dividido entre lo horrible y lo miserable. Así que es un don nadie que sólo entiende de peluquería y que no se cansa de pedir prórrogas frente al gol. Y, claro, en un ambiente así, el Albacete se sintió como Woody Allen: lo suficientemente bajo y lo suficientemente feo como para triunfar por sí mismo. Sólo debía acompañar al Atlético en su deseo de quitarse la vida.La reanudación se jugó en la M-30. Incapaz de hacer frente a la cesta de la compra, el Atlético se atascó. Al final, encontró ocasiones en las que sus futbolistas se portaron como tarugos. La hinchada ya les había acusado de mercenarios. Así que sería apreciable que Falcao les quitase la razón bajándose el sueldo. Pero no lo hará. Los futbolistas no hacen esas cosas. Los entrenadores como Manzano tampoco dimiten y esperan a cobrar hasta el último céntimo. Tampoco se irá tan mal.

Los manchegos sólo tuvieron que acompañar el deseo local de suicidarse

Anoche, tuvo una despedida pacífica en la que no necesitó de su abogado y, quién sabe, tal vez el sábado celebre orgulloso la Nochebuena. Sus decisiones, eso sí, fueron de una crueldad insana. No sólo dejó en la grada a Reyes. En el descanso también retiró a Diego y procuró que los futbolistas del Atlético que menos saben se dedicaron a enseñar. Fue tan triste que da pena contarlo, dicho sea con el máximo respeto para el Albacete, que fue un equipo de ministros a medida que avanzó la noche. Sus jugadores encajaron el éxito sin pasar vergüenza. No fue fácil, porque juegan en Segunda B. Y ahí no existe gente que cobre una indemnización como la de Manzano antes de que llegue Simeone.

0 - Atlético de Madrid: Asenjo; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Gabi (Salvio, m. 64), Assuncao, Koke; Diego; Adrián y Falcao.

1 - Albacete: Campos; Alba, Joan Castillo, Santa María, Zurdo; Tete (Añón, m. 67), Rocha, Candela (Sumy, m. 75), Adria; Víctor Curto (David, m. 82) y Calle.

Goles: 0-1, m. 1: Víctor Curto, desde la frontal del área.

Árbitro: Álvarez Izquierdo (C. Catalán). Amonestó a los locales Gabi (m. 24), Filipe Luis (m. 60) y Paulo Assuncao (m. 88) y a los visitantes Zurdo (m. 24), Joan Castillo (m. 40) y Campos (m. 56).

Incidencias: partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 15.000 espectadores, con presencia de unos 2.500 aficionados del Albacete.

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