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Mirándose en Tenerife

El Madrid sueña con revivir, pero al revés, las dos ligas que veía ya ganadas y perdió en la isla

RUT VILAR / LADISLAO MOÑINO

Aunque el campeón también se decidirá en el último partido, esta vez no será el Barcelona quien juegue pendiente de un transistor. Casi 20 años después de las ligas de Tenerife, en esta ocasión es el equipo azulgrana quien llega a la última jornada del campeonato con ventaja con un punto más que el Madrid, 93 por 92, y el gol average, también a favor. Además, ahora, al equipo catalán le toca decidir en casa. Aún así, Guardiola, que cantó el alirón in extremis del 92 y el 93, insiste en no vender la piel del oso hasta cazarlo.

'Todos hubiésemos firmado llegar así a la última jornada', apuntó Xavi, que se perderá el partido ante el Valladolid por sanción. 'Tenemos una oportunidad de oro de ganar la Liga en el Camp Nou', abundó Valdés tras vencer al Sevilla.

El Barcelona no canta el alirón en casa desde 1998, cuando el equipo que dirigía Louis Van Gaal se proclamó campeón, a cuatro jornada para la conclusión del torneo, tras ganar al Zaragoza (1-0). Ahora, las ligas de Tenerife remiten, por un lado, a la prudencia y, por el otro, a la esperanza.

En la temporada 91-92, el Madrid llegó a la última jornada como líder (54 puntos). Por detrás, presionaba el Barcelona con 53, que despedía el campeonato en casa frente al Athletic. Para ganar la Liga, al conjunto blanco le valía con superar al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez, pero mientras el Barça hacía los deberes (2-0), el Madrid, tras ponerse 0-2, acabó perdiendo en la isla (3-2). En el conjunto catalán ya destacaba Guardiola; en el Madrid, jugaba Chendo, hoy delegado del equipo que dirige Pellegrini. Y Valdano era el técnico del Tenerife.

Para sorpresa de la mayoría, al año siguiente la Liga se decidió tras un final casi calcado al de la temporada anterior. Los de Chamartín se plantaron en la última jornada con 57 puntos, uno más que el Barcelona. Pero el Madrid volvió perder en Tenerife (2-0) y los azulgrana no fallaron frente a la Real Sociedad (1-0). Guardiola, recién operado de la rodilla, vivió desde la grada el desenlace del campeonato.

El 'hilo de esperanza' del que habla precisamente Valdano para no dar por perdida la Liga tiene un nombre propio muy controvertido para el Madrid y el madridismo: Clemente. Nunca ha sido bien recibido en el Bernabéu, que siempre lo ha sentido como un personaje ofensivo. Durante sus años en el candelero, la hinchada madridista lo procesaba como un enemigo directo, capaz de atacar verbalmente a la institución cualquier día y con cualquier asunto.

Clemente tiene ahora una oportunidad similar a la que tuvo Valdano de redimirse ante el madridismo. Aquellas dos ligas perdidas en Tenerife propiciaron su llegada al banquillo del Bernabéu en la temporada 94-95. Aterrizó con una promesa que borró de la memoria del madridismo, con la conquista de ese campeonato, su condición de verdugo: 'Vengo para devolver al Madrid lo que le he quitado'.

Si Clemente le da el título al Madrid, es probable que muchos madridistas ya no lo miren tan mal. Nunca ha gustado el libreto de Clemente en el Bernabéu, pero ahora Arbeloa se lo implora para que la historia de Tenerife sea al revés: 'Que Clemente ponga un autobús o dos si hace falta'.

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