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La paradoja de Nadal

Nadal se mueve en una gran paradoja estos días. El domingo por la noche arranca el Abierto de Australia, el torneo que puede auparle a la primera posición del Ranking de la ATP

IGNACIO ROMO

Nadal sabe que se mueve en la cuerda floja. Por un lado, todo su futuro deportivo ha quedado ensombrecido por la noticia de la lesión crónica que sufre en su pie izquierdo. Para mayor preocupación, el pasado domingo sufrió la derrota más tremenda de toda su carrera profesional al perder por un global de 12 juegos a 1 frente al ruso Youzhny, el actual número 15 de la clasificación mundial.

En el lado opuesto figura un dato que llena de optimismo al tenis español. Nadal, como el funambulista que consigue llegar a la plataforma, puede convertirse este mes en número uno del mundo si logra un buen resultado y Federer realiza un mal torneo. En concreto, si Nadal logra la victoria en el Abierto de Australia (Melbourne, del 14 al 28 de enero) y el suizo se queda en cuartos de final, el español se convertirá en el líder del tenis mundial. Soñar no cuesta nada.

Cábalas

Nadal lleva varios días haciendo cálculos y pensando en los posibles cruces a los que se puede enfrentar en Australia. Es la primera vez que el mallorquín, en toda su carrera deportiva, cuenta con la posibilidad de situarse como número uno del mundo.

Actualmente, Federer disfruta de una ventaja de 1.400 puntos sobre el tenista español. El suizo suma a día de hoy 7.180 puntos frente a los 5.780  de Nadal. Pero los puntos del Open de Australia de 2007 caducan este domingo y serán restados del total actual. Eso cambiará mucho las tornas.

650 puntos

El próximo lunes la distancia entre los números uno y dos del mundo quedará reducida a 650 puntos porque Federer pierde la ventaja de su triunfo en Melbourne hace 12 meses. Pensando en positivo, si Rafa Nadal lograra la victoria en el Abierto de Australia, las posibilidades de alzarse a lo más alto del ranking de la ATP se multiplican. El tenista mallorquín necesitaría que Roger Federer quedara eliminado en cuartos de final para ser el nuevo número uno.

Por el contrario, si Federer alcanzara las semifinales quedarían empatados a puntos (con un total de 6.630) pero el suizo conservaría el número uno mundial por su superior suma de puntos en los 14 torneos obligatorios (Grand Slams y Masters Series). En el caso de que Nadal llegara a la final de este primer Grand Slam del año pero la perdiera, necesitaría que Roger Federer quedara eliminado en la segunda ronda.

El partido más largo

La dolorosa derrota sufrida por Nadal el domingo se explica por lo que sucedió el día anterior. El número dos se enfrentaba en el encuentro de semifinales a Carlos Moyá –uno de sus mejores amigos fuera de la pista– y el partido se prolongó eternamente.

El encuentro que disputaron los dos mallorquines en Madrás duró exactamente tres horas y 54 minutos. Una eternidad teniendo en cuenta que se trataba de un partido disputado al mejor de tres sets. De hecho, fue el partido más largo de los últimos 15 años en el circuito de la ATP, exceptuando a los que se disputan a cinco sets.

Esas casi cuatro horas sobre la pista dejaron una fatiga acumulada en la musculatura de Nadal que se dejaron ver al día siguiente. La final tan sólo duró 57 minutos, menos de la cuarta parte que la semifinal.

Nueva superficie

La principal novedad de este año en la Rod Laver Arena de Melbourne será la superficie sobre la que jugarán los tenistas. La nueva pista, fabricada con un nuevo material sintético denominado Plexicushion, más blanda que el tradicional Rebound Ace y que parece restar mucha rapidez al ritmo de juego.

Algunos especialistas en pista rápida, como Novak Djokovic, se han apresurado a criticar el nuevo material.  “Es un poco rústica y bastante lenta” declaró el serbio. Puede ser una ventaja para Nadal.

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