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La pegada del líder deja petrificado al Atlético

El Real Madrid ha vuelto a sacar un buen resultado del Calderón (0-2) gracias a los goles de Raúl y Van Nistelrooy ante un conjunto rojiblanco que tembló en defensa y dependió mucho de Agüero

JORGE YUSTA

El Atlético de Madrid disputaba su primer derbi sin Fernando Torres, aquel que siempre se echaba el equipo a las espaldas pero que nunca tuvo la fortuna de cara ante el Real Madrid. La historia se repitió pero con cambio de hombre. Sergio Agüero heredó ese protagonismo, fue el mejor jugador del partido, intentó batir a Casillas de mil maneras pero tuvo detrás un equipo que no le acompañaba y enfrente otro que demostró el empaque y la pegada que debe tener un sólido candidato a la Liga.

Esa pegada se puso de manifiesto sin cumplirse el primer minuto de juego. Robinho se metió en el área, dribló a Pablo y metió el pase perfecto para Raúl cruzara el balón ante la pose de Abbiati. El gol pudo influir en el desarrollo posterior del partido pero es que el equipo de Aguirre no tuvo síntomas de reacción, comenzó a acercarse a la portería de Casillas con anarquía y pedendiendo de la inspiración del 'Kun'.

Pepe y Simao, lesionados 

En el minuto diez, Pepe, que partió de titular, se resintió de su lesión en el talón  y tuvo que retirarse. Michel Salgado salió a ocupar la banda derecha y Ramos pasó al centro de la defensa junto a Cannavaro. Esta circunstancia la aprovechó Simao para volcar el peligro rojiblanco por la banda izquierda y de ahí llegaron las mejores ocasiones, con dos balones al larguero y un gran estirada de Casillas a tiro de Forlán.

El primer tiro al larguero fue un cabezazo de Motta. El italo-brasileño volvió a jugar de titular junto a Raúl García y sostuvo al equipo en el centro del campo. El segundo choque al travesaño puso el ¡uy! en las gradas gracias a un tiro colocado del Kun que culminaba una jugada trenzada por los rojiblancos. Pero minutos antes se había tenido que retirar Simao con una lesión muscular. Michel respiró con la entrada de Reyes, empeñado en meterse al centro y no explotar su capacidad de regate.

Pero el Real Madrid seguía manejando el partido a su antojo, no venía peligrar el resultado, controlaba los tiempos, le daba el balón al Atlético y montaba contragolpes demoledores. A esto le prestó gran ayuda una defensa rojiblanca que parecía un flan. Pero eso un córner templadito de Sneijder llegó a Van Nistelrooy, que remató de volea al palo de Abbiati ante un nuevo regalo de Pablo.

Raúl y Van Nistelrooy no perdonan 

Segunda vez que remataba el equipo de Schuster entre los tres palos y segundo gol. Podría parecer un castigo excesivo para el Atlético, pero los grandes equipos no perdonan. Tras el descanso, el partido se reanudó sin novedades en los dos equipos. El Vicente Calderón esperaba una reacción de los suyos, pero todo siguió por los mismo derroteros. Una caída de Agüero en el área ante Salgado y un tiro de Sneijder al lateral de la red fue lo más destacado de los primeros minutos del segundo tiempo.

A partir de ahí el encuentro se trabó más de la cuenta. El Atlético controló mal su impaciencia y comenzó a endurecer su juego. Muñiz Fernández tuvo que frenar la situación con tarjetas amarillas. Aguirre intentó oxigenar el centro del campo. Salió Motta exhausto y entró Luis García. Más tarde, Maxi Rodríguez dejaría su puesto a Cleber Santana. Schuster imitó al mexicano y sentó en el banquillo a Guti para apostar por la marcha directa que imprime Baptista.

Agüero, el mejor rojiblanco, volvió a perder ante Casillas 

Con Forlán desaparecido, Agüero tuvo que moverse mucho más, pedir el balón continuamente y en cuanto podía probar el aspecto humano de Casillas. A diez minutos para el final del partido, el argentino cogió un balón al borde del área, se revolvió y su tiró cruzado salió lamiendo el palo. Fue la última gran ocasión colchonera, que a partir de ahí bajó los brazos definitivamete.

Sin embargo, el Real Madrid tuvo la oportunidad de poner el 0-3 en un balón que se le escapó a Abbiati y que Robinho no supo definir. En los minutos finales, el conjunto blanco controló la situación dejó pasar el tiempo, el público comenzaba a abandonar las gradas del Vicente Calderón hasta que Muñiz Fernández pitó el final.

Nuevo golpe de autoridad del Real Madrid en otro de los estadios complicados de la Liga. La distancia entre ambos se amplía a trece puntos. El Atlético deja la imagen de equipo dividido en dos, con pólvora en ataque y mucha inocencia en defensa.

 

 

 

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