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El Real Madrid lo fía todo al Palacio

EFE

El Real Madrid no ha sido capaz de aprovechar la ventaja de 2-0 con la que salió rumbo a Atenas y se jugará toda la temporada europea a una carta esta noche (20:45 horas) ante el actual campeón de la Euroliga, el Olympiacos. El partido, 40 minutos a cara de perro, dirimirá cuál de los dos equipos saca una de las cuatro plazas para la Final Four de Milán. Para los blancos, después de que la temporada pasada perdieran la final ante el mismo rival, la Euroliga es un objetivo que está marcado como prioridad máxima. Caerse en el penúltimo peldaño sería un importante contratiempo al proyecto de Laso.

El Palacio de Deportes madrileño dictará sentencia definitiva y sin posibilidad de recurso, gracias a la trayectoria de un Real Madrid que se hizo acreedor de esta ventaja. Ante un público que abarrotará el feudo madridista, los de Laso han demostrado comportarse con solvencia a lo largo de la temporada. Sin embargo, la experiencia en este tipo de partidos de los griegos les hace un rival de lo más temible pese a no estar al nivel de temporadas pasadas.

Llegados a este punto, todo es analizable. El cansancio, la tensión, el juego, el acierto, la ventaja de campo, los arbitrajes, la calidad de los jugadores, pero lo único cierto es que cuarenta minutos de baloncesto decidirán quién se enfrenta al Barcelona en la semifinal de Milán el próximo 16 de mayo. El Real Madrid, que durante siete meses ha asombrado en España y en Europa por su juego y resultados, se juega más de media temporada ante un Olympiacos que está defendiendo sus opciones hasta sus últimas consecuencias.

El Olympiacos griego ha demostrado que no es el campeón de las dos últimas ediciones de la Euroliga por casualidad. Pese a no tener las plantillas campeonas de las recientes campañas, sigue teniendo en el pabellón de La Paz y la Amistad un auténtico seguro de vida que al Madrid se le ha atragantado como no lo había hecho ningún otro recinto.

Si en el Palacio de Deportes el Real Madrid se anotó un claro 2-0 jugando con sus señas de identidad -un fluido ataque con muchos puntos y una defensa efectiva-, el Olympiacos hizo lo propio en El Pireo (Atenas) con un juego cuerpo a cuerpo, una defensa asfixiante y una gran circulación de balón en ataque, para dejar la eliminatoria en el 2-2.

El Madrid tiene claro que debe volver a sus orígenes, a anotar muchos puntos, a correr, a jugar en rápidas transiciones y, a ser posible, algún contraataque. Y a defender e ir al choque al menos con la misma intensidad que han demostrado sus rivales. Ahí es donde deben aparecer tres jugadores fundamentales, que siempre han aparecido en este tipo de partidos: Sergio Lllull, Rudy Fernández y Sergio Rodríguez.

Olympiacos sabe que no puede plantear una batalla abierta al Real Madrid. Sabe que sus opciones pasan por un partido controlado, duro, farragoso, con interrupciones, áspero. Como juez principal estará el italiano Luigi Lamonica, un colegiado curtido en mil batallas, y especialista en contemporizar en partidos de alta tensión. Otra cosa será ver dónde establece el listón en los primeros treinta minutos.

La afición del Real Madrid será más clave que nunca, esta temporada. Los jugadores necesitan recuperar la autoestima y el rugido de las gradas tras una buena acción ayuda a la siguiente, al tiempo que parece que ayuda a que las piernas pesen menos. El Palacio tendrá que volver a rugir. El Barça ya espera en Mián.

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