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El Villarreal termina asustado pese a Mati Fernández

El árbitro anuló a los locales el gol del empate.

HUGO JIMÉNEZ

Diez minutos. Ése es el tiempo que tardó en desvanecerse la efervescencia local. A base de patadas, y de una asfixiante presión para intimidar al rival, el Mladá arrinconó de salida a los hombres de Pellegrini.

Daba la impresión de que el Villarreal continuaba de turismo por la República Checa, contra un equipo que presentaba poco más que pundonor. En ése éxtasis de testosterona checa, Diego López se picó. El cancerbero, vendido a su suerte, paró con la cara un tiro a bocajarro de Matejovsky. Ahí acabó el efecto gaseosa para los checos.

A partir de entonces el Villarreal comenzó a hacer lo que mejor sabe. Empezó a jugar al fútbol. Ya que el tridente diseñado por el entrenador checo anulaba la salida de balón de Josico y Mavuba, el Villarreal buscó alternativas. Las encontró rápido. Cazorla y Mati retrasaron su posición y empezaron a tocar. Se comenzaron a suceder las ocasiones amarillas mientras el Mlada sólo pensaba en buscar una gasolinera donde repostar. Los checos aceleraron mucho en los primeros kilómetros, y no les quedó más remedio que aguantar con la primera marcha metida hasta su destino.

Todavía quedaba muy lejano y se quedaron tirados por el camino. Con el choque abandonado, los amarillos no tuvieron piedad del pobre autoestopista. Nihat se agazapó entre la defensa rival y, con la ayuda de un sublime Mati, le robaron las pertenencias a la indefensa zaga checa. Cazorla pareció sentenciar en la reanudación, pero un gol local en el 89 y otro, que el árbitro anuló previamente por falta, acabaron asustando sobremanera a los amarillos.

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