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Acerinox, 40 días de huelga con "represión" y sin solución

Este viernes en Sevilla se sientan empresa y trabajadores para buscar una salida a un conflicto laboral que ha estado muy enquistado y en el que ya ha habido una condena exprés de un año de cárcel a un trabajador tras un corte de carreteras.

El presidente de la Junta conversa el pasado 22 de febrero con los trabajadores de Acerinox.
El presidente de la Junta conversa el pasado 22 de febrero en el Parlamento de Andalucía con los trabajadores de Acerinox. / MARÍA JOSÉ LÓPEZ / EUROPA PRESS

La huelga indefinida en Acerinox, una potente acería ubicada en Los Barrios (Cádiz), cumplirá 40 días con sus noches este viernes. Se inició el pasado 5 de febrero. La fábrica está parada desde entonces, con servicios mínimos que se ocupan de la vigilancia y mantenimiento de las instalaciones, según afirma a Público el portavoz del comité de huelga, José Antonio Gómez Valencia, del sindicato Asociación de Trabajadores del Acero (ATA). El nuevo convenio colectivo lleva más de un año abierto y no ha podido firmarse ante las desavenencias.

La empresa, que cotiza en el Íbex 35, es una multinacional española. En la factoría de Los Barrios trabajan unas 1.800 personas. "Es un número importante, en la comarca [con tasas de paro por encima del 20%] es una empresa importante", afirma Valencia. Él lleva, asegura, casi 26 años en Acerinox. En el comité, en el que además de ATA, están CCOO, UGT y USO, lleva dos. Ha trabajado de todo en la empresa: carretillero, gruista, "dependiendo de lo que hiciera falta". También ha sido responsable de cargas.

La situación ha estado muy enquistada hasta este martes pasado, cuando la empresa ha aceptado por fin sentarse a negociar con los representantes elegidos por la plantilla. "La empresa no reconocía a este comité de huelga. Pero lo han elegido los trabajadores", resume Valencia

Así, este viernes, los trabajadores y la empresa negociarán una salida en Sevilla en la sede del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL), que depende del Gobierno andaluz, de Juan Manuel Moreno Bonilla. Ese día, bajo la dirección del CARL, se acordará un calendario de negociación y se intentará desbloquear las cuestiones judiciales que aun queden pendientes, según indicó Acerinox en un comunicado, recogido por Europa Press. Entre ellas, están las demandas por huelga ilegal y abusiva que la empresa consideraba que se estaba produciendo.

La compañía plantea un nuevo modelo laboral, que pasa por la flexibilidad de la jornada laboral

La compañía plantea un nuevo modelo laboral, que pasa por la flexibilidad de la jornada laboral y la disponibilidad de la plantilla durante sus descansos. Este es el tema fundamental que centra las discrepancias, según las fuentes consultadas: los trabajadores rechazan esa flexibilidad horaria, porque afecta a la conciliación familiar. El otro asunto son los salarios. Valencia asegura que llevan prácticamente de 2008 con los sueldos congelados. "Sobre todo, lo que defendemos es el empleo, se perderían puestos de trabajo de gente joven, en una comarca castigada por la falta de empleo", añade el sindicalista.

"Trabajamos de noche, a turnos, los días de fiesta. Eso hay que pagarlo. Además, está el factor peligrosidad. Trabajamos con productos químicos, estrés térmico de más de 50 grados, el acero se funde a 1.500 grados. Es una fábrica de acero. Teníamos sueldos que nos permitían vivir. Había una diferencia con los sueldos de otras empresas [de la zona], pero es verdad que hemos ido perdiendo derechos sociales, lo que ha llevado a esta huelga", afirma Valencia.

Los trabajadores no quieren perder el tiempo del que disponen para sus vidas. "Lo que no podemos tratar es la conciliación familiar", afirma Valencia. "La empresa quiere una flexibilidad horaria por debajo del Estatuto de los Trabajadores. Trabajamos a turnos y la empresa pretende que haya un retén o una flexibilidad. Por ejemplo, se avería una máquina y se manda a los trabajadores a casa y luego, pues debemos los días, como si estuviéramos en un retén. [Con esto], perderíamos la conciliación familiar".

La empresa ha venido asegurando en diversos comunicados que se debe cambiar el sistema de producción en la fábrica y alega pérdidas económicas en los últimos ejercicios. Así, por ejemplo, Acerinox ha planteado modificaciones de la prima de producción con las que "los empleados habrían ganado 700 euros más en 2023", según recoge Efe.

"La empresa quiere polivalencia y que trabajemos en diferentes zonas de la fábrica. Si quieres que yo maneje más maquinaria, eso requiere un incentivo, eso necesita una formación, horas de dedicación. Todas esas cosas se pueden negociar. Vamos a hablarlo y a tratarlo", afirma Valencia.

Sobre las pérdidas que alega la compañía, el sindicalista reflexiona: "Ellos usan sus armas. Si tienes una previsión de que vas a ganar 400, y ganas 300, para ti es como estar perdiendo dinero. ¿Una empresa va a tener pérdidas durante dos años de 100 millones? El salario de los trabajadores es el mínimo de gasto que tienen. Gastan más en energía y suministros que en salario. Nosotros no podemos cargar con toda la carga de subida de precios: los trabajadores no tenemos culpa de eso".

Cortes de carretera y sentencia

En este tiempo de huelga, que ya se hace largo, ha habido cortes de carretera y de la autovía A-7. Una jueza incluso ha impuesto una condena exprés de un año de cárcel, que está de momento suspendida, a un trabajador. A Valencia y otros miembros del comité de huelga les imputan también delitos contra la seguridad vial. ¿Considera el comité que ha existido represión del Estado?

"Nos tratan como a delincuentes. No lo somos. Somos trabajadores que pedimos derechos".

"Empezamos con los cortes de carreteras tranquilamente. La guardia civil está en la obligación de velar por la seguridad. Hemos estado media hora, tres cuartos de hora, pero llegó un día que la gente no quería salirse tan pronto. Y dieron la orden de cargar. No tuvieron en cuenta que había niños en coches. Rompieron lunas con botes lacrimógenos, las pelotas. Fue desproporcionado. Un caos. Una barbaridad", responde Valencia.

"Detuvieron a un compañero –prosigue– y le cayó un año de cárcel. Nos tratan como a delincuentes. No lo somos. Somos trabajadores que pedimos derechos. Claro que hemos sufrido represión. No nos están dejando libremente que nos manifestemos".

La huelga se hace larga. Día que no se trabaja, día que no se cobra. Sin embargo, la moral está alta. "Echamos las ocho horas en la puerta. Cubrimos los turnos en la calle. La gente tiene ganas de volver a trabajar, pero no vamos a hacerlo con cualquier acuerdo", resume, firme, el portavoz del comité.

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