El informe World Inequality Report 2022, creado por el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales, ha concluido que durante el 2020 la distribución de la riqueza ha sido más desigual que en anteriores años, siendo los multimillonarios quienes más riqueza han acumulado. De esta forma, el 10% de la población más rica del mundo acumula un 76% de todos los activos, mientras que la mitad más pobre de la población solo llega a obtener un 2% de lo mismo. En concreto, en España, el 1% de la población concentra la cuarta parte de la riqueza del país.

Además, la desigualdad más amplia se da en los países de Oriente Medio y África del Norte donde el 10% de las personas más ricas tienen casi un 60% de todo el capital y la mitad de la población más pobre no llega ni al 10%. En este análisis Europa sale ganando como la región más igualitaria.

Sin embargo, las desigualdades han crecido en todos los países durante las dos últimas décadas y se acercan a niveles de comienzos del siglo XX, en la cúspide del imperialismo occidental. De esta forma, la desigualdad ha crecido dentro de los propios países y a su vez se ha igualado de forma global.

Gobiernos más pobres y países en manos de ricos

El estudio ha explorado la riqueza neta de los Gobiernos, la cual ha sufrido grandes pérdidas en pos de la riqueza neta del sector privado. Mientras que los países se han vuelto significativamente más ricos, los Gobiernos se han vuelto más pobres. Según el informe, esto se debe a a la desregulación, la privatización y el aumento de la deuda pública.

De esta forma, la riqueza en manos de los actores públicos es cercana a cero o negativa en los países ricos, lo que significa que la totalidad de la riqueza está en manos privadas. Esta tendencia se ha visto magnificada por la crisis de la covid, durante la cual los gobiernos tomaron prestado el equivalente al 10-20% del PIB, esencialmente del sector privado.

Aunque en todos los países se ha dado este alza de la riqueza privada, España es el país que más ha visto crecer este dato, llegando casi a un 700% de la riqueza privada en comparación con la pública que se muestra en negativo.

La desigualdad siempre se encuentra del lado de las mujeres

Otro dato que se ha estudiado como variable dentro del informe es el género, que no se había estudiado en el anterior informe de 2018. La conclusión a la que ha llegado el estudio es que la equiparación de riqueza entre ambos géneros es nula. No se llega en ningún caso al 50-50. 

En 1990, los ingresos laborales de las mujeres eran del 30% mientras que en la actualidad son del 35%. Por tanto, en treinta años, el crecimiento ha sido tan solo de un 5%, lo que supone que el progreso ha sido muy lento a nivel mundial y la dinámica ha sido diferente entre los países; algunos registraron avances, pero otros vieron reducciones en la participación de las mujeres en los ingresos.