Port Aventura, clínicas, educación o MasOrange: el fondo proisraelí KKR mantiene inversiones de 6.700 millones en España
Su cartera incluye una decena de empresas, desde el Instituto Valenciano de Infertilidad, hasta una gestora inmobiliaria contratada por la Sareb o la primera universidad 'online' andaluza.
A través del gigante mundial Superstruct Entertaiment, organiza en España una decena de festivales, como Sónar, Viña Rock, Resurrection Fest, Arenal Sound o FIB de Benicàssim.

Madrid--Actualizado a
El fondo KKR, en la conversación pública tras desvelarse como inesperado propietario de los principales festivales de música que se organizan cada verano en España, y por sus intereses económicos en los territorios palestinos ocupados por Israel, lleva años acaparando titulares en la prensa económica. No es para menos: la firma estadounidense, que responde a las iniciales de sus tres fundadores, Jerome Kohlberg, Henry Kravis y George R. Roberts, no sólo es uno de los mayores fondos de capital riesgo del mundo, sino también uno de los inversores más activos en España desde 2010.
Fue ese año cuando firmó su primera operación en el mercado español, la compra del 49,9% de la empresa de helicópteros Inaer –Babcock desde 2017– por 350 millones de euros. Desde entonces su cartera española no ha hecho más que aumentar, de forma que en 2023 su primer ejecutivo, Iñaki Cobo, cifraba en 10.000 millones el volumen de sus inversiones en el país. En la actualidad, mantiene participaciones en al menos una decena de empresas, pero si se añaden aquellas en las que entró y desinvirtió en los últimos 15 años, una veintena de compañías españolas han llevado la marca KKR. Y en todos los sectores, desde el cemento y las renovables hasta la educación y las clínicas dentales y de fertilidad. Por las 11 empresas en las que aún está presente, el fondo estadounidense pagó casi 6.700 millones de euros. En todo el mundo, KKR gestiona activos por importe de 590.000 millones, según las últimas cuentas publicadas el pasado día 7.
La mayor inversión española la desembolsó el fondo para comprar el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en 2022 y las clínicas de Generalife, también especializadas en reproducción asistida, un total de 3.500 millones de euros. Además, fue de primer orden la compra a Telefónica en 2017 del 40% de Telxius, una empresa de infraestructuras de telecomunicaciones que gestiona una red de cables submarinos de fibra óptica, por 1.275 millones. Cinco años después, KKR vendió su participación a Telefónica y a Pontegadea, la sociedad de inversiones de Amancio Ortega, por un precio muy inferior, 215 millones de euros.
Pero quizá su compra más sonada fue la de MasMovil, que firmó con otros dos fondos, el estadounidense Providence y el británico Cinven. Los tres pagaron en 2020 casi 3.000 millones de euros. Cinco años después, y tras fusionar la empresa con Orange e integrar al grupo Euskaltel, KKR cuenta con el 13,4% de la nueva MasOrange.
A Red Eléctrica le compró en diciembre de 2021 Reintel, dedicada al mantenimiento y alquiler de cables de fibra óptica. Puso 971 millones de euros por el 49% de la empresa.
De las renovables al cemento
También son sustanciosas las inversiones de KKR en renovables. Primero se fijó en la fotovoltaica T-Solar, donde permaneció una década, de 2011 a 2021. Después llegó X-Elio, la antigua Gestamp Solar, en la que entró a cambio de 739 millones de euros en 2015. Vendió su 50% en 2023 al fondo canadiense Brookfield por 1.000 millones. Y al año siguiente firmó un acuerdo con Ignis para invertir 400 millones en proyectos de hidrógeno y amoníaco verdes para aplicaciones industriales en sectores industriales de difícil descarbonización.
Buen ejemplo de las amplias miras de KKR son sus operaciones en un sector más tradicional, pero atractivo mientras España vivía de la burbuja inmobiliaria: el cementero. En diciembre de 2022 se deshizo de Intermonte Investments y su filial Surgyps, adquiridas seis años antes y que vendió a Cementos Portland Valderrivas. Ya en 2021 había salido de Cementos Balboa, adquirida en 2014. En 2019 tomó el control del grupo Gallardo Balboa, propietario de Cementos Balboa, por 225 millones de euros, tras una tumultuosa renegociación de la deuda de la siderúrgica extremeña. También estuvo un tiempo en Uralita, la histórica empresa española de materiales de construcción hoy renombrada como Coemac: primero le concedió un préstamo de 320 millones, en 2013, dos años después se hizo con el 79% de la compañía y comenzó a desinvertir en 2017.
Inmobiliaria y educación
Más lucrativa, en principio, iba a resultar su participación del 84% en Hipoges, el segundo servicer –sociedad gestora de activos inmobiliarios– español, cuando se hizo con un contrato con la Sareb, el banco malo, en abril de 2022. Entonces a Hipoges se le adjudicó una cartera de 13.906 millones de euros –8.077 millones en préstamos al promotor impagados y 5.829 millones en inmuebles y suelos–. Pero KKR ya puso el cartel de Se vende en el servicer hace un par de años. Pagó 30 millones en 2017 y ahora quiere venderla por más de 100, según publicó El Confidencial.
La inversión en Saba Infraestructuras, que gestiona aparcamientos en toda España, tuvo también fecha de caducidad. Fue una de sus primeras operaciones, en 2011. Vendió siete años después a Criteria Caixa, junto con Torreal y ProA el 49,9% de la empresa por 438 millones de euros.
Donde se mantiene firme el fondo es en el sector de la educación. De hecho, presume de contar con una red de más de un centenar de centros que supera los 100.000 alumnos, sobre todo en formación profesional, tanto reglada como en cursos para trabajadores. En 2022 entró en Implika y ya antes lo había hecho en Medac –200 millones– y MasterD –160 millones–. Ahora, a través de la malagueña Medac –fundada por el ex político de Ciudadanos Javier Imbroda–, está detrás de la Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (Utamed), la primera universidad online de Andalucía, aprobada por el Gobierno de Juanma Moreno Bonilla en 2023 y cuya apertura se prevé para el próximo septiembre. Sus otros promotores son el grupo Vocento y la Fundación Unicaja.
Port Aventura y festivales
Desde 2013 KKR posee el 49,9% de Port Aventura, el parque temático de Tarragona, por el que pagó 200 millones. En 2023 buscaba comprador, pero aún sigue allí. Como se sabe, no es en absoluto su única incursión en el mundo del entretenimiento. A través del gigante mundial Superstruct Entertaiment, en el que entró en 2024, organiza en España una decena de festivales: Sónar, Viña Rock, Resurrection Fest, Monegros Desert Festival, Arenal Sound, FIB de Benicàssim, Brunch-In the Park, Morriña Fest, Granada Sound, Son do Camiño… Todos ellos se han desmarcado enseguida de las actividades de KKR en los territorios ocupados por Israel, donde se dedica a la promoción inmobiliaria.
No ha sido ésta la única inversión accidentada de KKR en España, aunque por motivos muy distintos. A Telepizza llegó en 2015 tras pagar 156 millones de euros, y la abandonó en mayo de 2023, tras acumular pérdidas de 278 millones y acometer un duro plan de reestructuración de su deuda, que había alcanzado los 413 millones en 2022.
La experiencia en Dentix ha sido más amarga. El fondo concedió un préstamo de 200 millones de euros a la cadena de clínicas dentales creada por Ángel Lorenzo Muriel, que llegó a convertirse en la mayor de España. Hasta su quiebra en 2020. Un año antes, KKR había adquirido la mayoría de la empresa, pero su relación terminó en los tribunales: el fondo se querelló contra Muriel por falsedad de cuentas, estafa e insolvencia punible. La Audiencia Nacional sobreseyó el caso, pero el administrador del concurso de acreedores consideró que la causa de la quiebra había sido el incumplimiento por KKR de su compromiso de invertir 260 millones en la empresa. Y este mismo año ha conseguido que el fondo se avenga a pagar 250 millones a las decenas de miles de clientes perjudicados que se quedaron sin los tratamientos que habían pagado.
Otra empresa en la que KKR ha inyectado millones es el Grupo Alvic, de la que tiene un 65% y que se dedica a la fabricación de muebles de cocina. Entró en 2019 junto a Artá, el fondo de capital privado de la familia March. Ambos pusieron 300 millones en la operación.
Santander y BBVA
Finalmente, KKR también ha suscrito acuerdos con los dos principales bancos españoles. El pasado febrero compró al Santander una cartera de 90 millones de euros en financiación morosa con garantía, una operación bautizada como Proyecto Rock. En 2023 el banco de Ana Patricia Botín ya le había vendido 200 millones en inmuebles adjudicados tras su ejecución hipotecaria, esta vez bajo el nombre del Operación Frankel.
Con el BBVA, firmó en septiembre de 2024 un acuerdo por el cual invertirá 187 millones de dólares para “identificar nuevas oportunidades de inversión relacionadas con infraestructuras climáticas”, en especial las que apoyen la transición energética y la electrificación.
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