Dónde viajar si eres amante del turrón
El turrón es el postre navideño por excelencia en España, aunque hay algunas localidades en los que se vive intensamente.

Zaragoza-
El turrón es el dulce navideño por excelencia. Toda una bandera de la gastronomía española, que con el paso del tiempo ha ido evolucionando en varias formas distintas. De hecho, en la actualidad sus iteraciones más populares están más relacionadas con la variante praliné, caracterizada por la presencia de chocolate. No obstante, el peso específico que posee la tradición dentro del contexto navideño hace que no se pierdan las formas más históricas.
El origen del turrón es desconocido, aunque se sabe que en la antigua Grecia ya se utilizaba una pasta de almendras y miel como forma de acumular energía antes de una prueba física. Una combinación que también estaba presente en civilizaciones mediterráneas como el Imperio Romano o los diversos califatos que existieron en el norte de África y también en España. De hecho, se cree que esa podría haber sido la vía de entrada del turrón a nuestro país, cuya cuna eso sí está en Jijona.
Jijona (Alicante)
El turrón Jijona es el llamado popularmente blando, por su textura cremosa y suave. Se trata de una pasta de almendras tostadas, mezcladas con miel y clara de huevo. Aunque su principal característica es que esta se muele, lo que implica que las almendras liberen sus aceites. De ahí su toque característico y que lo convierten en una variante única.
La tradición del turrón de Jijona data, al menos, del siglo XVI, aunque es probable que ya se fabricará con anterioridad. Concretamente, aparece reseñado por el cronista oficial de la localidad en un manuscrito de 1531, aunque el propio autor afirma que se trata de un manjar que lleva preparándose en la zona desde hace mucho tiempo. En la actualidad, el turrón de Jijona cuenta con la protección Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que asegura que este se produce siguiendo los métodos tradicionales.
Alicante
Si el turrón de Jijona se caracteriza por ser blando, el turrón de Alicante es conocido como el duro por su textura, en ocasiones a prueba de mordiscos. La principal diferencia es que en esta variante la almendra no pasa por los molinos, por lo que no libera sus aceites y puede ser más complicada de deglutir. Aún así, es el favorito de muchos comensales en las celebraciones navideñas y rara vez suele faltar sobre la mesa o en el aguinaldo.
Tiene sentido que Alicante sea la zona turronera por excelencia en España, ya que se trata de un área con gran producción de almendras y miel, los dos ingredientes básicos con los que se produce el postre. Además, la presencia musulmana en la zona de los siglos VIII al XIII ayudó a consolidar una tradición repostera que se representa en manjares dulces el turrón, el nougat o el halva. Tras la Reconquista, esas recetas no desaparecieron, sino que fueron adaptadas y perfeccionadas por la población cristiana.
Agramunt (Lleida)
Agramunt es otro de los grandes nombres propios cuando se habla de turrón en España, especialmente por su versión de turrón duro, elaborado a base de almendra marcona, miel y clara de huevo. A diferencia del turrón de Alicante, el de Agramunt se presenta en forma circular y envuelto en obleas, un rasgo distintivo que lo hace fácilmente reconocible. Su textura firme y su sabor intenso responden a una elaboración artesanal muy ligada al territorio.
La tradición turronera de Agramunt se remonta también a la Edad Moderna y ha estado históricamente vinculada a la feria de Sant Ermengol, así como a las celebraciones de otoño e invierno. Con el paso del tiempo, el turrón de Agramunt se ha convertido en uno de los grandes referentes catalanes para las fiestas de Navidad, manteniendo sus métodos clásicos y reivindicando una identidad propia dentro del mapa turronero.
Castuera (Badajoz)
Aunque no solo la parte oriental de la península puede presumir de tradición en turrones. Castuera es conocida por su producción de turrón artesanal de almendra. La localidad pacense ha desarrollado a lo largo del tiempo una sólida tradición en la elaboración de este dulce, siguiendo recetas que combinan almendra, miel, azúcar y clara de huevo. Su producción se caracteriza por mantener técnicas artesanales, lo que le otorga un sabor y una textura únicos que la distinguen dentro del mapa turronero nacional.
La tradición turronera de Castuera se consolidó principalmente en el siglo XX, cuando la localidad se especializó en la producción de turrones de alta calidad destinados a las celebraciones navideñas. En la actualidad, sus turrones cuentan con reconocimiento por su calidad y vinculación con el territorio, y la localidad celebra eventos y ferias que ponen en valor su papel como uno de los referentes de la Navidad en el oeste peninsular.
Estepa (Sevilla)
Aunque Estepa no es un destino turronero en el sentido estricto, su nombre es inseparable del universo de los dulces navideños. La localidad sevillana es conocida, sobre todo, por sus mantecados y polvorones, productos que comparten con el turrón el uso de la almendra, así como su omnipresencia en las fiestas. Por ello, su inclusión en este recorrido tiene sentido ya que ayuda a entender cómo, más allá del turrón, existen otros dulces que han marcado de forma decisiva la Navidad española.
La relevancia de los mantecados de Estepa se explica por varios factores. Por un lado, su origen está ligado a la repostería conventual y doméstica, que se remonta al siglo XIX. Pero además, su posterior producción industrial permitió a la localidad sevillana convertirse en el principal centro de mantecados del país. Los polvorones de Estepa están elaborados a partir de manteca de cerdo, harina, azúcar y almendra. Actualmente también cuentan con una Indicación Geográfica Protegida, lo que avala su calidad y su papel dentro de la Navidad.


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