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Ana Milán y Sebastián Gallego en una imagen promocional de su podcast 'La vida y tal'. Foto: Podimo.
Ana Milán y Sebastián Gallego en una imagen promocional de su podcast 'La vida y tal'. Foto: Podimo.

‘La vida y tal’: sexo, confesiones y… ¡Un Premio Ondas!

El fenómeno del pódcast está superando todas las expectativas y muchos formatos han abandonado los estudios de grabación para saltar a los escenarios. El show de Ana Milán y Sebastián Gallego ya lleva una temporada llenando salas con una fórmula que ya explotaba Elena Francis. No les hace falta ni confeti, sus consejos son puros fuegos artificiales para el público.

Actualizado: Tiempo de lectura del artículo: 14min

El 20 de noviembre de 2020 se estrenó de By Ana Milán, una webserie de metaficción para la plataforma digital Atresplayer, creada y protagonizada por la actriz que hasta ese momento todos recordábamos por personajes secundarios como el de Victoria de la Vega en Camera Café,  Olimpia en Física o química o la polifacética Sandra de Yo soy Bea. Sin embargo, fue esta comedia la que provocó el flechazo más absoluto entre los telespectadores y la intérprete alicantina.

La trama la coloca por fin en el papel principal, a punto de casarse y rodar una película, pero entonces se ve sorprendida por un inesperado giro que la deja sin rumbo. Este descalabro en la ficción hace que Milán luche por encontrar su sitio justo en un momento en el que media humanidad andaba igual de descolocada por la pandemia. Ella supo sacarle partido y ganarse el afecto de millones de personas.

La pandemia y sus directos vespertinos

«Hoy hace tres años que fui muy feliz. Sonó el teléfono y era Sonia Martínez [la directora editorial de Buendía Estudios] preguntándome si querría hacer una serie de mis movidas. Puse voz de persona normal y le dije que nos viéramos. Grité después de colgar», rezaba una publicación en Instagram con la que la actriz recordaba hace poco más de una semana el mayor triunfo de su carrera. Lo celebró, precisamente, en la plataforma que supuso el inicio de todo. Allí, durante el confinamiento, Milán se convirtió en fenómeno. Sus directos vespertinos juntaban a miles de personas para escuchar sus anécdotas mientras tomaba una copa de vino. Aquello desveló algo que la mayoría de sus fieles ya sabía: su mejor personaje solo podía ser ella misma.

Como analizaba Xavi Sancho en El País, la capacidad de Ana Milán para reírse de ella misma en lugar de apuntar con el dedo crítico hizo que muchos encontrasen un refrescante paréntesis en esos ratitos suyos de exposición pública.

Consejos sobre el papel

Tiempo atrás [2011], la actriz ya se había aventurado en el mercado editorial con Sexo en Milán, un manual de supervivencia para afrontar las mil quinientas crisis por las que pasa cualquier relación. Aunque contenía algunas pinceladas, no se trataba de una disertación sobre el sexo, pero recogía algunos consejos impagables. «No se cocina jamás para alguien a quien se odia» o «Si hay algo importante que he aprendido, es que la vida hay que celebrarla a la menor ocasión» son solo algunas de las perlas que dejaba sobre el papel.

No le fue mal en las librerías. Llegaron a venderse nueve ediciones, pero como todo el mundo sabe, Milán es infinitamente más disfrutable en vivo y en directo. Así fue como se fraguó La vida y tal, un podcast que se estrenó en junio del pasado año después de que Madrid despertase con una lona de 154 metros cuadrados en La Latina con el lema: «A veces la paz interior necesita mandar un poquito más a la mierda».

Sentencias lapidarias y una Elena Francis actualizada

Hasta Pablo Motos sabía que Ana Milán es una generadora nata de titulares para grabar en piedra y dejar como sentencias para la posteridad. Tanto es así que las verdades como verdades como puños que le dedicó a modo de zascas en El Hormiguero cuando fue a promocionar su primera novela fueron resucitadas el pasado año por los tuiteros para recordarnos que, con metaficción o sin ella, el ministerio de Igualdad no fue el primero en denunciar el machismo del presentador. El vídeo de la reacción de Milán a sus preguntas lleva más de un millón de reproducciones casi una década después.

«El ego solo es confeti, luego hay que barrerlo» o «Si trata mal a un camarero, no te lo tires» son frases que podrían imprimirse como eslogan en camisetas y en tazas, pero además de ser madera de buen merchandising, estas reflexiones eran merecedoras de un podcast. Podimo hizo la magia y ella se unió a su amigo Sebastián Gallego para crear una especie de consultorio a lo Elena Francis pero sin aleccionamientos ni espacio de ningún tipo para la ideología patriarcal. Este duo inseparable llegó a las ondas para hacer justo lo contrario.

«Envíanos un audio de WhatsApp al 613 811 316 y cuéntanos tu movida. La que sea. Para dejar constancia de tu paso por el mundo o para que te aconsejemos que no le cojas el teléfono a tu ex», animaba Milán a sus seguidores en un vídeo de presentación. Ya llevan tres temporadas ofreciendo un nuevo episodio a la semana en el que evitan que su audiencia tenga fritos a sus amigos con audios en los que les cuentan sus dramas.

Ellos les han dado el relevo para adoptar, por un rato, el papel incómodo de aquellos que dicen siempre la verdad, aunque duela. Lo que pasa es que son capaces de abrazar las historias de amor y desamor con tanto cariño y desparpajo, que los momentos más what the fuck acaban por desembocar en una carcajada que se rinde ante el surrealismo y la cultura pop. ¿Quién dijo que Shakespeare y Chenoa no podrían ser la fusión perfecta para resolver tus problemas sentimentales?

¿Quién es Sebastián Gallego?

Este es un proyecto de dos y aunque Gallego ha debutado ante los mircrófonos con este podcast es muy posible que te suene. Este abogado dedicado a la comunicación y apasionado de la decoración comenzó a ocupar espacio en las revistas cuando Pilar Rubio subió en 2020 a su perfil de Instagram el proceso para decorar su árbol de Navidad. El vídeo tuvo casi 800.000 reproducciones y el responsable del diseño fue él. Ambos se conocían por el trabajo de Gallego en Thinketers, la agencia que la representa.

«Somos dos amigos que se han dicho de todo», confesaba durante la presentación del formato en referencia a Ana Milán. Ese vínculo se nota y no solo convenció a la audiencia, sino que les hizo merecedores de uno de los premios más codiciados del universo radiofónico: el Premio Especial al Podcast Revelación en la II edición de los Premios Ondas Globales del Podcast.

Triunfadores en ‘los Goya’ para podcasts

En el quinto capítulo de la serie By Ana Milán, la actriz recibe el Premio mujer 10 del año y acude a la gala junto a Rebeca, una amiga que se muestra preocupada porque sus tetas ya no son lo que eran y comprobar que son las más viejas del sarao tampoco ayuda. Por eso, cuando sube a recoger el galardón, se lo dedica a todas las que están hartas de perseguir la perfección.

@atresplayer ¿Qué es ser una ‘Mujer 10’ para vosotr@s? 💪🏼 @byanamilan 💜 #ByAnaMilán #ATRESplayer #AnaMilán ♬ By Ana Milán Mujer 10 – atresplayer

Este antecedente hacía presagiar un discurso memorable cuando un jurado compuesto por expertos en la industria del audio, la comunicación y creatividad digital de varios países decidió otorgar una mención especial a La vida y tal por hibridar lo mejor del género reaction con el podcast. Milán no decepcionó.

«Siempre me ha gustado el alma de la gente rara, los folios arrugados. Porque solo hay una forma de ser un folio liso y es no salir del paquete», manifestó la intérprete en una declaración de intenciones. Casi en un spin off de su alegato en la ficción, quiso ceder su protagonismo en la gala a «los que estamos llenos de dudas, errores y fuegos artificiales. Los que no sabemos dónde nos da el aire y aún así nos atrevemos a volar. Los que llevamos el mapa grabado en forma de cicatrices somos la sal de la vida, el tequila del día a día y el limón».

Aquel momentazo fue la antesala de una firma en los despachos. El formato quedaba renovado por dos temporadas más y, lo que es mejor, se anunciaba una gira con paradas del show en el teatro Teatre Victòria de Barcelona o el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid.

No bailan ni cantan, pero no se los pierdan

La semana pasada subieron su última entrega de esta tercera temporada pero aún quedan lives para seguir cotorreando, aunque no es fácil conseguir localidades. En su tercer encuentro con las masas lograron vender 1.000 entradas en solo 50 minutos y la alta demanda los acompaña una cita tras otra.

No hay efectos especiales. A Milán y a Gallego les basta con poner un sofá y un café para que todas las miradas se posen sobre ellos. El show de Madrid sirvió de celebración anticipada del aniversario de la actriz, que como Belén Esteban cumple 50 años este mes de noviembre. Ambas se han regalado unos fastos por todo lo alto. «Hasta mariachis me han mandado. Tengo tantas flores en casa que parece el camerino de una vedette de los años veinte», relata en Instagram. El pistoletazo de salida a este despliegue fue una sorpresa de su compañero que pactó una palabra secreta para que todo el mundo se arrancase a cantar cumpleaños feliz: Lola Flores. ¿Podría haber un detonante más cañí?

Lo mejor de La vida y tal es que es un espectáculo auténtico y despeinado como el día a día de cualquiera. En una misma sesión pueden confluir temas como el uso de las impresoras de la oficina como desencadenante de un choque intercultural, proyectos escolares emotivos, la oferta de solteros entre el público o los objetos inesperados que una enfermera puede rescatar de cuerpos humanos durante una guardia de urgencias. Aquí, nunca mejor dicho, hay cabida para todo.

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