Este artículo se publicó hace 2 años.
Elecciones en Castilla y León: el ruido digital vuelve a cuestionar el sentido de la 'jornada de reflexión'
Volvemos al debate sobre la conveniencia de una regulación tan estricta sobre la distribución de propaganda política cuando la información (y, sobre todo, la desinformación y el ruido) viajan a la velocidad de la luz por las redes.
Madrid-
En cada convocatoria electoral en España, y a medida que la digitalización social avanza a pasos agigantados, surge la pregunta inevitable: ¿para qué sirve ya la llamada 'jornada de reflexión'? Por cierto, no intente buscar "jornada de reflexión" en la normativa: ese término no existe como tal.
En España, los comicios tienen lugar en domingo y la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), en su artículo 53, obliga a los políticos y a la prensa a "amordazarse" y no publicar ninguna información sobre los comicios una vez terminada la campaña; esto es, desde las 00:00 horas del día anterior a la cita con las urnas.
La norma dice, literalmente, que "no puede difundirse propaganda electoral ni realizarse acto alguno de campaña electoral una vez que ésta haya legalmente terminado". La misma Ley Orgánica especifica, en su artículo 69.7, que "durante los cinco días anteriores al de la votación queda prohibida la publicación y difusión o reproducción de sondeos electorales por cualquier medio de comunicación".
Pero si ese votante tiene acceso a grupos, chats, redes sociales... en donde cualquiera (también simpatizantes de un partido u otro, incluso responsables políticos convenientemente "camuflados") puede decir cualquier cosa y es casi imposible monitorizar los mensajes, nos preguntamos por qué se mantiene regulada semejantes prohibiciones cuando, 'de facto', es muy difícil aplicarla fuera de los medios de comunicación social tradicionales.
¿Quién no ha discutido en grupos de WhatsApp algo sobre las elecciones el sábado anterior a las mismas? ¿Quién no visto publicadas alguna vez encuestas realizadas desde Andorra, en pleno periodo de prohibición, y reflejadas por los medios españoles con una variedad de iconos muy fáciles de 'traducir', como frutas de color coincidente con cada formación?
Es conveniente recordar que la Junta Electoral Central, en una instrucción que data de 2007, recuerda que "con independencia de la responsabilidad que pudiera incumbir a los autores de las infracciones electorales, los responsables de los referidos sistemas de información y de comunicación electrónicos podrán incurrir en responsabilidad por el incumplimiento de dicho deber conforme a lo dispuesto en la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, así como en el resto de la normativa aplicable en la materia".
Castilla y León (y Vox)
Al menos en Twitter, Vox es el partido que más jaleo ha protagonizado en esta red social abierta y, por tanto, fácil de monitorizar. A falta de un análisis más profundo, Marcos Mangas, estudiante investigador en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Valladolid y que saca los datos día a día, avanza a Público que algo que ha le ha llamado la atención es que "los hashtags más relacionados con la campaña están liderados indiscutiblemente por Vox".
"Aún no sabemos si es por una grandísima participación de castellanoleoneses o por algún tipo de injerencia externa", añade, y agrega: "Por ejemplo, muchos de estos mensajes asociados a las etiquetas electorales de Castilla y León en Twitter tienen que ver con El Ejido (Almería), ya que muchas cuentas publicitaron un acto en esa ciudad incluyendo el hashtag #siembra, que es el lema de Vox en estos comicios". Quizá esta relación podría denotar una cierta artificialidad, concluye.
No podemos adelantar si estas dinámicas, tanto en redes abiertas como Twitter como en las de mensajería instantánea (que son opacas), van a continuar durante el sábado. Es imposible saberlo ahora mismo. Pero sí podemos plantear cuestiones sobre la existencia de ciertos preceptos legales, como la consabida 'jornada de reflexión, y su regulación, que además castiga severamente a quienes se salten sus límites.
"Replanteamiento"
Según Eva Campos, investigadora en Mediaflows y profesora en la Universidad de Valladolid, "la 'jornada de reflexión' requiere un replanteamiento, ya que tal y como está planteada ahora tiene sentido en un espacio en el que los medios de comunicación pudiesen mediar más en la comunicación durante ese día, pero actualmente vivimos un momento de enorme desintermediación con el mundo digital, y ese contexto hace necesaria una reformulación para esta 'jornada de reflexión'".
Esta investigadora alude, por otro lado, al momento de "enorme polarización" política en el que estamos desde hace unos años; en este sentido, sí que ve necesario que exista "un espacio para la reflexión", aunque tal y como está planteado el contexto de la comunicación "es materialmente imposible hacer cumplir estrictamente lo que plantea la normativa actual". Y ello sin mencionar "los espacios que no pueden ser controlados porque son privados, como los grupos de Facebook, de WhatsApp, los canales de Telegram... que son opacos".
Los políticos pueden seguir pidiendo el voto de varias formas, mediante mensajes e incluso algo que no se puede ignorar: sus mensajes en redes sociales, sus perfiles y sus mensajes, no se borran en esa jornada; quedan ahí al alcance de cualquiera y se pueden volver a compartir una y otra vez. "Hemos visto cómo el último mensaje de la campaña, el último tuit, suele estar calculado intencionadamente para que su mensaje se mantenga vigente durante el día anterior al de los comicios", apunta esta experta.
¿Tiene sentido?
Como apunta Campos, sí sería conveniente un "espacio de reflexión" frente a la polarización creciente en los mensajes y las posturas políticas. Mientras que para Mario Mangas, su compañero de investigación, no parece tener mucho sentido estas restricciones que, como hemos visto tantas veces, se pueden esquivar fácilmente. "Yo creo que en realidad esa 'jornada de reflexión' no existe, pero insisto en que ésta es una opinión muy personal", apunta.
Volvemos a preguntar a Raúl Magallón, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y experto en comunicación política y desinformación. Él, personalmente, cree que "sigue teniendo sentido la jornada de reflexión, y la principal razón ya no tiene que ver con el ritual democrático iniciado con nuestra democracia sino que creo que ayuda a que actores extranjeros, partidos políticos, 'lobbies' ideológicos, etc. no intenten desestabilizar la propia votación".
"Hemos visto cómo, desde el punto de vista de la desinformación, en procesos electorales polarizados la jornada de reflexión se ha convertido en un día de gran intensidad informativa en redes sociales y sistemas de mensajería", apunta Magallón, y añade que aunque "no se puede controlar ese tipo de movilización, sí se establece al menos un acuerdo de buenas prácticas que impida que pueda haber incidentes durante la jornada de votación, que se ponga en cuestión el proceso democrático, etc.".
"En una cultura digital, la desconexión puede ser considerada un valor democrático"
Este experto va más allá al afirmar que "en una cultura digital, donde todo es una batalla cultural, la desconexión puede ser considerada un valor democrático".
Por último, Magallón cree que "sería importante que las instituciones públicas realizaran campañas de alfabetización mediática sobre como funcionan las instituciones, el voto por correo, el recuento de voto y temas por el estilo con el objetivo de generar confianza y establecer una respuesta proactiva a intentos de manipulación relacionados con el proceso de expresión popular de la ciudadana más sensible en democracia".
Son, en definitiva, buenas ideas al servicio de una democracia más sana.
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