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Armas químicas en Siria: ¿un nuevo caso Sadam Husein?

El régimen da a conocer por primera vez que posee armamento de este tipo. Occidente lleva semanas extendiendo la idea de que podría usarlas contra la población civil

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El régimen de Bashar al Asad reconoció ayer por primera vez estar en posesión de un supuesto arsenal de armas químicas. Las declaraciones del portavoz del Ministerio de Exteriores, Jihad Makdissi, en las que aseguraba que solo las emplearía si el país sufriera una 'intervención militar extranjera', han encendido las alarmas, sobre todo de Israel, que teme que el armamento caiga en las manos equivocadas dada la inestabilidad del conflicto.

'Por el momento todo el sistema de armas no convencionales está en poder del régimen', dijo a Israel Radio este martes el funcionario de Defensa, Amos Gilad. La frase no es nada tranquilizadora. Con anterioridad, el ministro de Defensa, Ehud Barak, advirtió de que Israel consideraría una intervención militar para evitar que ese arsenal pudiera llegar a manos de miembros de Hizbulá.

Francia, EEUU, Reino Unido y Alemania también mostraron ayer su malestar. En un comunicado, el presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que el régimen tendría 'que rendir cuentas ante la comunidad internacional y ante EEUU si comete el trágico error de utilizar esas armas'.

Por su parte, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, dijo que su uso es 'completamente inaceptable' a la vez que aseguró que el arsenal está 'en constante control por parte de la comunidad internacional'.

William Hague, el ministro de Exteriores británico, dijo que 'es típico del completo delirio en el que vive el régimen [...] lo que está pasando es que su propio pueblo se está rebelando contra el brutal estado policial [...] y en cualquier caso es inaceptable decir que usarían armas químicas sea cual sea la situación'. Su homólogo alemán, Guido Westerwelle dijo que las declaraciones de Makdissi eran 'horrorosas' y que esta era 'una nueva prueba de la crueldad del régimen'.

Siria nunca había reconocido públicamente que poseía este tipo de armas. De hecho, el pasado día 13, en un artículo en The Wall Street Journal en el que se aseguraba que el régimen estaba trasladando su arsenal químico, el propio Makdissi se defendía diciendo que 'esto es algo ridículo y falso. Si EEUU está tan bien informado, ¿por qué no ayuda a Kofi Annan a frenar la entrada de armas ilegales en Siria para poner fin a la violencia?'.

En un momento en el que la presión internacional va cada vez más en aumento para forzar la salida de Al Asad, ¿qué sentido tendría hacer un anuncio de este tipo? Es muy posible que con el avance de las tropas rebeldes, las últimas deserciones y, sobre todo, después del atentado del pasado miércoles en Damasco, en el que murieron cuatro hombres clave de la cúpula militar siria, el régimen necesite reafirmar su superioridad. Diciendo que posee armas químicas el dictador manda una advertencia clara a los rebeldes. Además, se trata de un aviso también para los países vecinos y la comunidad internacional en el caso de que se decidiera una intervención militar.

¿Pero existen estas armas? No hay informes independientes que lo hayan certificado, solo el recelo que despierta Damasco al no haber ratificado ni la Convención de Armas Químicas de 1992, el Tratado contra las Pruebas nucleares de 1996, o el Tratado de no proliferación en 2004.

En cualquier caso, desde hace tiempo se da por sentado que Siria comenzó a acumular armas biológicas desde los setenta -a raíz de la Guerra de los Seis Días- y que hoy en día podría tener el cuarto arsenal más importante del mundo, con grandes reservas de agentes como Sarin, Mostaza y VX. Los principales centros de producción química de Al Asad se encontrarían en Homs, Hama, Latakía, Al Safir y Alepo.

El armamento configurado con los tres compenentes está considerado como armas de destrucción masiva por la Resolución 87 de Naciones Unidas.

Desde hace años la Inteligencia estadounidense publica con periodicidad informes que apuntan a que el régimen sirio posee un arsenal de armas químicas y que ha estado produciéndolo sin ningún tipo de control desde hace cuarenta años. En 2001, la CIA aseguraba en un informe que 'Siria ya posee reservas del agente nervioso Sarin y todo hace indicar que está tratando de desarrollar más agentes tóxicos [...] También es muy posible que Siria esté desarrollando instalaciones para la producción de armas biológicas'.

En 2003, tras la invasión de Irak, EEUU comenzó a hablar de la posibilidad de ampliar la intervención a Siria y el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, no dudaba en afirmar que Damasco estaba llevando a cabo pruebas de armamento químico. A su leal socio, el exprimer ministro británico, Tony Blair, tampoco le temblaba la voz al amenazar al régimen si se le pasaba por la cabeza proporcionar esas armas biológicas a los iraquíes.

En el mismo artículo en The Wall Street Journal, el diario apoyaba el argumento del supuesto traslado del arsenal con declaraciones de funcionarios de la Inteligencia estadounidense bajo condición de anonimato. Uno de ellos llega a afirmar que de confirmarse los informes de la CIA, 'esto podría ser el precedente del uso de armas de destrucción masiva a nuestras espaldas'. 'El régimen tiene un plan de limpieza étnica', dijo otro.

La brutalidad con la que está reprimiendo el régimen las protestas iniciadas en marzo de 2011 es indudable. Naciones Unidas ha defendido desde el primer momento la vía política ya que intervenir por la fuerza y derrocar al régimen, teniendo en cuenta la escasa organización de la oposición, podría desestabilizar más no solo al país sino a toda la región. 

Pero que Occidente empiece a hablar de armas de destrucción masiva con cierta ligereza puede ser la excusa perfecta para una intervención.

Al fin y al cabo, el comportamiento es muy similar al que hubo con Sadam Husein. Él también sacó pecho amenazando con usar las armas contra los estadounidenses. Estos mintieron a todo el mundo diciendo que el régimen iraquí tenía armas de destrucción masiva, que suponía un peligro para el mundo, para la región y convencieron a sus socios de actuar. El resto ya se sabe cómo siguió.

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